"Colombia es el único país del mundo que usa glifosato"
Trascendió hace algunas semanas que el gobierno colombiano negoció con el gobierno ecuatoriano para evitar que la corte de La Haya fallara, muy posiblemente, en contra de Colombia por las fumigaciones con glifosato en la frontera con ese país.
Juan Pablo Barrientos Hoyos*
Daños al medio ambiente, enfermedades y sobre todo, resultados paupérrimos, son las consecuencias del nefasto uso de este químico para erradicar los cultivos ilícitos, según evidencia científica, ampliamente aceptada y acogida en el mundo, excepto en Colombia.
¿Por qué Colombia acepta, al pagar 15 millones de dólares y evitar otra derrota en La Haya, que el glifosato es perjudicial en Ecuador y no en el propio territorio nacional? ¿Por qué somos el único país en el mundo que usa el glifosato como herramienta de erradicación? ¿Qué tiene que ver Estados Unidos en todo esto?
El doctor Daniel Mejía Londoño es profesor asociado y director del Centro de Estudios de Seguridad y Drogas de la Universidad de los Andes. Lleva 12 años investigando las políticas de drogas, con un enfoque especial en las políticas de reducción y oferta implementadas bajo el Plan Colombia. Desde enero de 2013 es el presidente de la Comisión Asesora para la Política de Drogas, grupo creado por los ministerios de Salud y Justicia para hacer una evaluación rigurosa de la política de drogas en Colombia.
El pasado 9 de octubre, el doctor Mejía renunció a esta Comisión por cuestionamientos de la cancillería a “mi honestidad y a la rigurosidad académica de mis trabajos académicos sobre los efectos que la aspersión de cultivos ilícitos con glifosato tiene sobre la salud de los colombianos”. Dos días después recibió respuesta de parte del ministro de Justicia, Alfonso Gómez Méndez, quien no aceptó su dimisión y defendió la independencia de dicha comisión y les pidió a todos los miembros que la integran avanzar en los objetivos trazados desde el momento de su conformación.
En abril de este año, funcionarios de la cancillería colombiana, encabezados por la señora Sonia Pereira, visitaron al profesor para pedirle que pospusiera la publicación de sus estudios hasta que La Haya dictara su fallo. Según el doctor Mejía “ellos sabían que el gobierno de Ecuador utilizó mis estudios para sustentar su demanda, y de ahí que hayan llegado alterados a mi oficina, y no solo eso, sino que descalificaron mis estudios, afirmando que no eran rigurosos, situación que rechacé de inmediato”.
Ante la negativa del profesor Mejía de posponer la publicación de sus estudios, la cancillería comenzó una indebida presión mediática, en la que no solo descalifican al docente, sino que le filtran a reconocidos medios de comunicación las minutas de la reunión de abril. Minutas, vale la pena aclarar, que elaboró la cancillería sin la firma del profesor y en las que lo dejan como mentiroso al no plasmar allí la petición que hizo la señora Pereira de no sacar los estudios hasta que la Corte falle. El papel puede con todo, definitivamente.
JPB: ¿Si Colombia hubiera seguido adelante con la disputa en La Haya, usted cree que Ecuador le hubiera ganado?
DML: “Yo creo que sí, siempre lo he creído. En la reunión les dije que lo mejor era conciliar, ya que una segunda pérdida en La Haya sería muy costosa para el gobierno. Les propuse que de la mano de reconocer esto y conciliar con Ecuador, hicieran el anuncio de querer reevaluar la política de aspersión. Es decir, que acompañaran esto de un reconocimiento público de que la aspersión no está funcionando, que hace demasiados daños colaterales para el efecto tan pequeño que tiene sobre los cultivos. Hay que reevaluar esa política sin importar que aumenten los cultivos y la producción de cocaína, pero no se puede seguir pagando un costo tan alto en el país”.
JPB: ¿Cuál fue el argumento de Ecuador para demandar a Colombia?
DML: “Argumentaron que la aspersión en la zona de frontera estaba haciéndole daño a los pobladores del lado ecuatoriano. Afirmaron que los aviones se equivocaban constantemente y que el viento pasaba parte del glifosato a la zona fronteriza”.
JPB: ¿Por qué es malo el glifosato?
DML: “Porque los cultivadores han diseñado mecanismos para evadir la efectividad del glifosato con resiembra, pues tienen semilleros listos de matas de hoja de coca si es que el glifosato destruye los cultivos; intercalan cultivos lícitos con ilícitos para evitar que los asperjen con glifosato; desplazan los cultivos de un lado para otro para evitar la aspersión; rocían con melaza las hojas de coca y eso evita que el herbicida penetre la hoja y la destruya. Es entonces una estrategia, según lo demostrado por la evidencia, que poco afecta los cultivos, no tiene efectos sobre precios, genera daños sobre la salud y, hay evidencia de que crea problemas en el medio ambiente.
JPB: ¿Por qué entonces el gobierno de Colombia insiste en el glifosato como herramienta para erradicar cultivos?
DML: En el fondo es porque gran parte de la ayuda militar del Plan Colombia no es en dinero sino en aviones, en contratistas para que hagan la aspersión, canecas de glifosato, etc. Es un regalo que le dan a Colombia para que haga aspersión y así tratar de acabar con los cultivos ilícitos. Hay una presión de Estados Unidos, a pesar de que exdirectores de la Policía Nacional reconocen que la estrategia no está funcionando.
JPB: ¿A qué se debe la presión de Estados Unidos?
DML: Es difícil saberlo. Algunas personas dicen que es presión de Monsanto, la compañía estadounidense que patentó la molécula de glifosato en los 70 y empezó a comercializarla entre el 75 y el 80. Ellos son los que producen el glifosato y mucha gente los señala como los responsables de la presión, pero la verdad, yo no sé, no me consta ni tengo una base sólida para afirmarlo.
JPB: Usted tiene sus argumentos y son muy válidos, pero hay otros que piensan que la otra forma de erradicar, la manual, es muy peligrosa, ha costado muchas vidas. Entonces, ¿cuál es la mejor solución para erradicar los cultivos ilícitos?
DML: De acuerdo. La erradicación manual es otra estrategia muy costosa, pero déjeme le digo, yo mismo he mostrado que la interdicción ha sido una política exitosa desde el 2008, es decir detección y destrucción de laboratorios para procesamiento de cocaína, incautación de envíos de cocaína al exterior, detención de aeronaves, control de precursores químicos, en otras palabras, esa estrategia que ataca eslabones posteriores de la cadena y no el cultivo, golpea mucho más el negocio del narcotráfico porque ataca eslabones con un valor agregado.
JPB: Un momento, pero si el problema no se ataca de raíz, ¿no cree que es algo de nunca acabar?
DML: No, eso es un error, pensar que hay que atacar solo la raíz, es decir, los cultivos. Cuando Juan Manuel Santos llegó al ministerio de Defensa reevaluó la estrategia antidrogas y comenzó a caer la erradicación manual y la aspersión, y por el contrario, subieron todas las estadísticas de la interdicción: el número de laboratorios destruidos, la cantidad de cocaína incautada, etc. Entre 2008 y 2009 la producción potencial de cocaína neta de incautaciones se redujo en 50%, cosa que nunca había pasado en 8 años de aspersión. En ese momento, la política antidrogas empezó a ser efectiva en Colombia, pues se reforzaron las labores de interdicción y de ataque a los eslabones posteriores.
JPB: ¿Qué otros países en el mundo han renunciado al glifosato como herramienta para erradicar los cultivos?
DML: El más reciente es Afganistán. En el 2004 renunció a la aspersión de glifosato y su argumento fue que estaba poniendo a los cultivadores de opio al servicio del Talibán, ya que la aspersión hacía que se fueran con ellos, que fueran acogidos. Bajo ese argumento decidieron detener la aspersión con glifosato.
JPB: Pero Estados Unidos tiene mucha injerencia en Afganistán, ¿por qué allá no se ejerce la misma presión que en Colombia?
DML: Ellos pararon la aspersión aérea de cultivos de opio, pero no estoy seguro de la injerencia de Estados Unidos. México también ha rechazado la constante oferta de Estados Unidos para la aspersión de cultivos de marihuana y amapola con glifosato. Por un tiempo la tuvieron, pero la supieron detener y ahora no la permiten.
JPB: ¿Es Colombia el único país en el mundo que usa glifosato como herramienta para la erradicación?
DML: Es el único país del mundo que permite aspersión aérea de herbicidas para atacar cultivos ilícitos.
JPB: Bueno, pero seamos optimistas, ¿usted cree que estamos ad portas de que el gobierno colombiano cambie de estrategia?
DML: Tengo la esperanza de que todas estas peleas y debates lleven a que el presidente Santos alinee su discurso internacional, que tanto hemos aplaudido, con la política doméstica.
Periodista Mesa de Trabajo de La Fm
Daños al medio ambiente, enfermedades y sobre todo, resultados paupérrimos, son las consecuencias del nefasto uso de este químico para erradicar los cultivos ilícitos, según evidencia científica, ampliamente aceptada y acogida en el mundo, excepto en Colombia.
¿Por qué Colombia acepta, al pagar 15 millones de dólares y evitar otra derrota en La Haya, que el glifosato es perjudicial en Ecuador y no en el propio territorio nacional? ¿Por qué somos el único país en el mundo que usa el glifosato como herramienta de erradicación? ¿Qué tiene que ver Estados Unidos en todo esto?
El doctor Daniel Mejía Londoño es profesor asociado y director del Centro de Estudios de Seguridad y Drogas de la Universidad de los Andes. Lleva 12 años investigando las políticas de drogas, con un enfoque especial en las políticas de reducción y oferta implementadas bajo el Plan Colombia. Desde enero de 2013 es el presidente de la Comisión Asesora para la Política de Drogas, grupo creado por los ministerios de Salud y Justicia para hacer una evaluación rigurosa de la política de drogas en Colombia.
El pasado 9 de octubre, el doctor Mejía renunció a esta Comisión por cuestionamientos de la cancillería a “mi honestidad y a la rigurosidad académica de mis trabajos académicos sobre los efectos que la aspersión de cultivos ilícitos con glifosato tiene sobre la salud de los colombianos”. Dos días después recibió respuesta de parte del ministro de Justicia, Alfonso Gómez Méndez, quien no aceptó su dimisión y defendió la independencia de dicha comisión y les pidió a todos los miembros que la integran avanzar en los objetivos trazados desde el momento de su conformación.
En abril de este año, funcionarios de la cancillería colombiana, encabezados por la señora Sonia Pereira, visitaron al profesor para pedirle que pospusiera la publicación de sus estudios hasta que La Haya dictara su fallo. Según el doctor Mejía “ellos sabían que el gobierno de Ecuador utilizó mis estudios para sustentar su demanda, y de ahí que hayan llegado alterados a mi oficina, y no solo eso, sino que descalificaron mis estudios, afirmando que no eran rigurosos, situación que rechacé de inmediato”.
Ante la negativa del profesor Mejía de posponer la publicación de sus estudios, la cancillería comenzó una indebida presión mediática, en la que no solo descalifican al docente, sino que le filtran a reconocidos medios de comunicación las minutas de la reunión de abril. Minutas, vale la pena aclarar, que elaboró la cancillería sin la firma del profesor y en las que lo dejan como mentiroso al no plasmar allí la petición que hizo la señora Pereira de no sacar los estudios hasta que la Corte falle. El papel puede con todo, definitivamente.
JPB: ¿Si Colombia hubiera seguido adelante con la disputa en La Haya, usted cree que Ecuador le hubiera ganado?
DML: “Yo creo que sí, siempre lo he creído. En la reunión les dije que lo mejor era conciliar, ya que una segunda pérdida en La Haya sería muy costosa para el gobierno. Les propuse que de la mano de reconocer esto y conciliar con Ecuador, hicieran el anuncio de querer reevaluar la política de aspersión. Es decir, que acompañaran esto de un reconocimiento público de que la aspersión no está funcionando, que hace demasiados daños colaterales para el efecto tan pequeño que tiene sobre los cultivos. Hay que reevaluar esa política sin importar que aumenten los cultivos y la producción de cocaína, pero no se puede seguir pagando un costo tan alto en el país”.
JPB: ¿Cuál fue el argumento de Ecuador para demandar a Colombia?
DML: “Argumentaron que la aspersión en la zona de frontera estaba haciéndole daño a los pobladores del lado ecuatoriano. Afirmaron que los aviones se equivocaban constantemente y que el viento pasaba parte del glifosato a la zona fronteriza”.
JPB: ¿Por qué es malo el glifosato?
DML: “Porque los cultivadores han diseñado mecanismos para evadir la efectividad del glifosato con resiembra, pues tienen semilleros listos de matas de hoja de coca si es que el glifosato destruye los cultivos; intercalan cultivos lícitos con ilícitos para evitar que los asperjen con glifosato; desplazan los cultivos de un lado para otro para evitar la aspersión; rocían con melaza las hojas de coca y eso evita que el herbicida penetre la hoja y la destruya. Es entonces una estrategia, según lo demostrado por la evidencia, que poco afecta los cultivos, no tiene efectos sobre precios, genera daños sobre la salud y, hay evidencia de que crea problemas en el medio ambiente.
JPB: ¿Por qué entonces el gobierno de Colombia insiste en el glifosato como herramienta para erradicar cultivos?
DML: En el fondo es porque gran parte de la ayuda militar del Plan Colombia no es en dinero sino en aviones, en contratistas para que hagan la aspersión, canecas de glifosato, etc. Es un regalo que le dan a Colombia para que haga aspersión y así tratar de acabar con los cultivos ilícitos. Hay una presión de Estados Unidos, a pesar de que exdirectores de la Policía Nacional reconocen que la estrategia no está funcionando.
JPB: ¿A qué se debe la presión de Estados Unidos?
DML: Es difícil saberlo. Algunas personas dicen que es presión de Monsanto, la compañía estadounidense que patentó la molécula de glifosato en los 70 y empezó a comercializarla entre el 75 y el 80. Ellos son los que producen el glifosato y mucha gente los señala como los responsables de la presión, pero la verdad, yo no sé, no me consta ni tengo una base sólida para afirmarlo.
JPB: Usted tiene sus argumentos y son muy válidos, pero hay otros que piensan que la otra forma de erradicar, la manual, es muy peligrosa, ha costado muchas vidas. Entonces, ¿cuál es la mejor solución para erradicar los cultivos ilícitos?
DML: De acuerdo. La erradicación manual es otra estrategia muy costosa, pero déjeme le digo, yo mismo he mostrado que la interdicción ha sido una política exitosa desde el 2008, es decir detección y destrucción de laboratorios para procesamiento de cocaína, incautación de envíos de cocaína al exterior, detención de aeronaves, control de precursores químicos, en otras palabras, esa estrategia que ataca eslabones posteriores de la cadena y no el cultivo, golpea mucho más el negocio del narcotráfico porque ataca eslabones con un valor agregado.
JPB: Un momento, pero si el problema no se ataca de raíz, ¿no cree que es algo de nunca acabar?
DML: No, eso es un error, pensar que hay que atacar solo la raíz, es decir, los cultivos. Cuando Juan Manuel Santos llegó al ministerio de Defensa reevaluó la estrategia antidrogas y comenzó a caer la erradicación manual y la aspersión, y por el contrario, subieron todas las estadísticas de la interdicción: el número de laboratorios destruidos, la cantidad de cocaína incautada, etc. Entre 2008 y 2009 la producción potencial de cocaína neta de incautaciones se redujo en 50%, cosa que nunca había pasado en 8 años de aspersión. En ese momento, la política antidrogas empezó a ser efectiva en Colombia, pues se reforzaron las labores de interdicción y de ataque a los eslabones posteriores.
JPB: ¿Qué otros países en el mundo han renunciado al glifosato como herramienta para erradicar los cultivos?
DML: El más reciente es Afganistán. En el 2004 renunció a la aspersión de glifosato y su argumento fue que estaba poniendo a los cultivadores de opio al servicio del Talibán, ya que la aspersión hacía que se fueran con ellos, que fueran acogidos. Bajo ese argumento decidieron detener la aspersión con glifosato.
JPB: Pero Estados Unidos tiene mucha injerencia en Afganistán, ¿por qué allá no se ejerce la misma presión que en Colombia?
DML: Ellos pararon la aspersión aérea de cultivos de opio, pero no estoy seguro de la injerencia de Estados Unidos. México también ha rechazado la constante oferta de Estados Unidos para la aspersión de cultivos de marihuana y amapola con glifosato. Por un tiempo la tuvieron, pero la supieron detener y ahora no la permiten.
JPB: ¿Es Colombia el único país en el mundo que usa glifosato como herramienta para la erradicación?
DML: Es el único país del mundo que permite aspersión aérea de herbicidas para atacar cultivos ilícitos.
JPB: Bueno, pero seamos optimistas, ¿usted cree que estamos ad portas de que el gobierno colombiano cambie de estrategia?
DML: Tengo la esperanza de que todas estas peleas y debates lleven a que el presidente Santos alinee su discurso internacional, que tanto hemos aplaudido, con la política doméstica.
Periodista Mesa de Trabajo de La Fm