Este lunes 28 de noviembre, en La Unión, atardeció lloviendo como de costumbre. La zona montañosa del municipio apenas se divisa por la nubosidad del cielo, incluso Cerro El Gordo, que recibe su nombre por los 2.600 metros de altura sobre el nivel del mar en el que está, no suele verse con claridad. Además, el terreno escarpado se enloda y vuelve más difícil el acceso al lugar, como anoche, cuando los cuerpos de socorro del municipio de La Unión llegaron a asistir el trágico accidente, en el que el avión con matrícula CP2933 de Lamia, que se transportaba el equipo Chapecoense, se accidentó.
Se estrelló en el límite de La Unión y La Ceja, en la vereda Pantalio precisamente. “El área del accidente pertenece a una estación Aerocivil desde donde se realiza control de tráfico aéreo, antes de cada aterrizaje, es decir, el avión del siniestro estaba a cuatro minutos del aeropuerto”, indicó Alexander Tavas, ingeniero civil y técnico operativo de planeación del municipio antioqueño.
La cabecera municipal está a 20 minutos en campero del lugar de la tragedia, una distancia de diez kilómetros. Los rescatistas tuvieron que caminar 400 metros para llegar a la inclinación donde se precipitó la aeronave. El sitio es una mezcla entre terrenos despejados cultivables y presencia de bosques, y alrededor, hay grandes parcelas de población campesina.
De acuerdo con el ingeniero, en el lugar no han existido otros accidentes aéreos, ni siquiera en zonas cercanas. Más allá, los cerros concluyen en la planicie de La Ceja, muy cerca al aeropuerto Internacional José María Córdova, donde el equipo Chapecoense debió haber llegado este lunes, en las horas de la mañana, para cumplir un sueño.