Disidencias atacaron a indígenas en el Cauca; Petro dice que se violó el cese al fuego
De acuerdo con el Consejo Regional Indígena del Cauca, integrantes del grupo armado intentaron llevarse un menor de edad de Toribio.
El secuestro de un menor de edad de la Institución Educativa Sesteadero, en Toribio, Cauca, fue el origen de una serie de hecho que terminaron con un ataque armado de las disidencias contra una comunidad indígena en la vereda La Bodega, que dejó a dos comuneros heridos. Además de condenar el ataque, el presidente Gustavo Petro señaló que con esto, las disidencias violaron “el acuerdo de cese al fuego”.
Según informó el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), sobre el mediodía del pasado sábado 16 de marzo, se conoció el secuestro del menor de edad, por lo que la comunidad indígena y la guardia comenzaron la búsqueda, en medio de la cual interceptaron una camioneta en la que irían integrantes del Frente Dagoberto Ramos del Estado Mayor Central (EMC) de las Farc.
Al exigirles explicaciones sobre el paradero del joven, el CRIC denuncia que los integrantes del grupo armado los amenazaron. “De la camioneta se baja el comandante alias Zapata, segundo al mando del Frente Dagoberto Ramos, y amenaza a la comunidad diciendo que si no se retiraban serían atacados ‘como ocurrió en la masacre de la luz en 2019′, donde fueron asesinados cuatro guardias y la autoridad Cristina Bautista”.
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La decisión de la comunidad indígena fue retener a alias Zapata y otro conocido como Maicol, a quienes llevan hacia el parque de Toribio, en el casco urbano, pero a la par, el CRIC señala que a la comunidad en la vereda La Bodega llegaron otros hombres armados, acompañados de alias Amazonas, quienes atacaron a los indígenas con disparos.
“El ataque armado indiscriminado del grupo contra la población dejó gravemente heridos a la Mayora Carmelina Yuli Pavi (52 años), guardia y lideresa del proceso de mujeres del Pueblo Nasa de Toribio, y al comunero Rodrigo Ul Musique (34 años)”, indicó la ONU en comunicado, que además exigieron “a los actores armados no estatales el respeto incondicional de la vida y demás derechos y libertades fundamentales de la población y el respeto de los derechos a la autonomía, gobierno propio y jurisdicción de los pueblos indígenas”.
Tras conocerse los hechos, el presidente Gustavo Petro condenó el ataque y aseveró que: “con este hecho el EMC del Cauca viola el acuerdo de Cese al fuego”.
Por último, el CRIC señaló que se logró rescatar al joven secuestrado, así como resaltaron que el ataque ocurrió tan solo un día después de que se realizó la minga que finalizó con la presentación de su posición en la búsqueda de la paz. Líderes en el territorio pidieron que tomar medidas para que se respete la vida de las comunidades indígenas.
Los hechos de violencia protagonizados por el EMC en el norte del Cauca se dan, precisamente, en simultánea, a la visita al departamento de las delegaciones del Gobierno y el grupo ilegal en la mesa de diálogos de paz. Desde este domingo, voceros de ambas partes llegaron al cañón del Micay, en el oriente del Cauca, para verificar el cumplimiento de acuerdos y escuchar a las comunidades afectadas por el conflicto.
El secuestro de un menor de edad de la Institución Educativa Sesteadero, en Toribio, Cauca, fue el origen de una serie de hecho que terminaron con un ataque armado de las disidencias contra una comunidad indígena en la vereda La Bodega, que dejó a dos comuneros heridos. Además de condenar el ataque, el presidente Gustavo Petro señaló que con esto, las disidencias violaron “el acuerdo de cese al fuego”.
Según informó el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), sobre el mediodía del pasado sábado 16 de marzo, se conoció el secuestro del menor de edad, por lo que la comunidad indígena y la guardia comenzaron la búsqueda, en medio de la cual interceptaron una camioneta en la que irían integrantes del Frente Dagoberto Ramos del Estado Mayor Central (EMC) de las Farc.
Al exigirles explicaciones sobre el paradero del joven, el CRIC denuncia que los integrantes del grupo armado los amenazaron. “De la camioneta se baja el comandante alias Zapata, segundo al mando del Frente Dagoberto Ramos, y amenaza a la comunidad diciendo que si no se retiraban serían atacados ‘como ocurrió en la masacre de la luz en 2019′, donde fueron asesinados cuatro guardias y la autoridad Cristina Bautista”.
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La decisión de la comunidad indígena fue retener a alias Zapata y otro conocido como Maicol, a quienes llevan hacia el parque de Toribio, en el casco urbano, pero a la par, el CRIC señala que a la comunidad en la vereda La Bodega llegaron otros hombres armados, acompañados de alias Amazonas, quienes atacaron a los indígenas con disparos.
“El ataque armado indiscriminado del grupo contra la población dejó gravemente heridos a la Mayora Carmelina Yuli Pavi (52 años), guardia y lideresa del proceso de mujeres del Pueblo Nasa de Toribio, y al comunero Rodrigo Ul Musique (34 años)”, indicó la ONU en comunicado, que además exigieron “a los actores armados no estatales el respeto incondicional de la vida y demás derechos y libertades fundamentales de la población y el respeto de los derechos a la autonomía, gobierno propio y jurisdicción de los pueblos indígenas”.
Tras conocerse los hechos, el presidente Gustavo Petro condenó el ataque y aseveró que: “con este hecho el EMC del Cauca viola el acuerdo de Cese al fuego”.
Por último, el CRIC señaló que se logró rescatar al joven secuestrado, así como resaltaron que el ataque ocurrió tan solo un día después de que se realizó la minga que finalizó con la presentación de su posición en la búsqueda de la paz. Líderes en el territorio pidieron que tomar medidas para que se respete la vida de las comunidades indígenas.
Los hechos de violencia protagonizados por el EMC en el norte del Cauca se dan, precisamente, en simultánea, a la visita al departamento de las delegaciones del Gobierno y el grupo ilegal en la mesa de diálogos de paz. Desde este domingo, voceros de ambas partes llegaron al cañón del Micay, en el oriente del Cauca, para verificar el cumplimiento de acuerdos y escuchar a las comunidades afectadas por el conflicto.