El año negro de Manizales
Desde octubre de 2010 la ciudad ha sufrido los embates del invierno y no se recupera.
Alexánder Marín Correa/Enviado especial
Manizales vio en los últimos dos meses cómo la principal empresa de los caldenses, la Industria Licorera, fue escenario de un incendio que dejó pérdidas por casi medio billón de pesos; luego, una avalancha en la planta Luis Prieto dejó a la ciudad sin agua casi dos semanas. El hecho más reciente fue la tragedia del barrio Cervantes que dejó 48 muertos.
Ya en octubre del año pasado un alud destruyó la tubería de la planta Niza, bocatoma alterna de tratamiento de agua; un deslizamiento en marzo destruyó diez viviendas en el sector de Villa Kempis; una avalancha se llevó un bus de Expreso Bolivariano con 22 pasajeros y otra afectó la zona industrial. A esto se suman dos grandes incendios que dejaron 60 familias damnificadas.
Quedaron al desnudo las falencias de las autoridades en el trabajo preventivo y su ineficiencia para atender las emergencias. De acuerdo con el reporte del Cuerpo Oficial de Bomberos de la ciudad, en lo corrido del último año se han registrado en la ciudad 60 deslizamientos, 24 incendios, 31 inundaciones y 5 colapsos estructurales. Un año negro que llevó a todos los organismos de control a abrir investigaciones penales, fiscales y disciplinarias.
Hechos en cadena
La aparición del fenómeno de ‘La Niña’ el año pasado generó avalanchas. Una destruyó la tubería de la planta Niza, que es la bocatoma alterna de suministro de agua. La recuperación de esta construcción, que era el plan de emergencia en caso de que la planta principal fallara, apenas comenzó a finales de junio. La ciudad quedó con una sola planta.
Y fue mientras avanzaban los trabajos de la planta Niza que regresó el fenómeno de ‘La Niña’ sobre Manizales y a comienzos de octubre una nueva avalancha en el sector de Gallinazo afectó la planta Luis Prieto, que era la única en funcionamiento. Lo que más cuestionan los manizaleños sobre esta emergencia es que los riesgos sobre la planta estaban anunciados desde meses antes y hasta horas previas al deslizamiento que dañó la tubería, el gerente de Aguas de Manizales, Álvaro Andrés Franco, dijo que no había riesgo inminente.
La capital caldense quedó dos semanas sin el servicio. La situación enfrentó a la ciudad a un problema mayor: al recuperar el suministro de agua, en el proceso de presurización las tuberías podrían causar daños en algunas zonas de la ciudad, según lo explicaron los técnicos de Aguas de Manizales y lo informó el propio alcalde de la ciudad, Juan Manuel Llano. Con lo que no contaron fue que estos daños, sumados a las fuertes lluvias, podrían convertirse en una bomba de tiempo.
Por esto, de acuerdo con algunos investigadores, la reciente tragedia no parece un hecho fortuito. Esta fue una de las razones que llevó a la Fiscalía a dejar bajo custodia judicial los tubos del acueducto que cruzaban por el barrio del desastre.
Sobre los anunciados daños con el restablecimiento de agua, al parecer, el tubo que cruzaba por la parte alta del barrio Cervantes fue uno de esos con problemas. Los vecinos del sector insisten en que el riesgo en el que estaba la ladera lo habían anunciado desde meses antes.
Siguen los líos
Esta semana un tubo que cruzaba por la parte alta de un talud en el barrio La Castellana, cerca de la Plaza de Toros, se rompió y empezó a brotar agua por la ladera. La comunidad encendió las alarmas y las autoridades corrieron a atender la emergencia. Cincuenta familias fueron evacuadas.
Parece que la red de acueducto está a punto de colapsar. El pasado viernes los manizaleños pidieron a la empresa Aguas de Manizales cerca de 300 revisiones en diferentes puntos de la ciudad por rupturas de tubos. Esto ya generó la preocupación de los organismos de prevención de desastres, debido a que no existe un consolidado preciso de los lugares de alto riesgo.
A lo largo de su historia la ciudad no había estado sin agua tanto tiempo y no se tenía un plan previsto para manejar una emergencia de estas. Ni los organismos de socorro, ni los ingenieros de prevención de riesgos, ni los de la empresa de acueducto dan abasto. Pese a que las lluvias han disminuido, la alerta roja sigue.
“Estamos muy preocupados por la situación de las tuberías y, especialmente, porque no tenemos el reporte preciso de los sitios afectados. Tenemos que coordinar con Aguas de Manizales el trabajo y no hemos podido”, indicó Sandra Inés López, directora de la Oficina Municipal de Atención y Prevención de Desastres (Ompad). Según ella, lo más grave es que a pesar de que en la ciudad se han hecho inversiones en obras de estabilidad y reubicación, los cambios climáticos no están afectando cualquier zona.
Por ahora, la ciudad trata de establecer un plan para enfrentar la temporada invernal que, según el Ideam, apenas está empezando.
Seguidilla de desastres en la capital de Caldas
Avalancha en zona industrial: se registraron dos (marzo 21 y abril 13 de 2011), que destruyeron 14 viviendas y afectaron 170 familias.
Deslizamiento Villa Kempis: ocurrió el 26 de marzo y destruyó 10 viviendas. No hubo víctimas.
Bus de Bolivariano: en abril de 2011 una avalancha se llevó un bus de Expreso Bolivariano, cobrando 22 víctimas.
Incendio barrio Galán: Mayo 2 de 2011. Siete viviendas incineradas y 38 familias damnificadas.
Incendio barrio El Agucate: Septiembre 2011. Destruidas 16 viviendas y 57 familias damnificadas.
Barrio Marmato: Septiembre 30 de 2011. Por problemas con el acueducto se registró hundimiento en el sector causando daños en cuatro viviendas y dejando ocho familias damnificadas.
Deslizamiento Cervantes: Noviembre 5 de 2011. El deslizamiento destruyó 17 viviendas, causó 48 muertes y dejó 176 personas damnificadas.
Manizales vio en los últimos dos meses cómo la principal empresa de los caldenses, la Industria Licorera, fue escenario de un incendio que dejó pérdidas por casi medio billón de pesos; luego, una avalancha en la planta Luis Prieto dejó a la ciudad sin agua casi dos semanas. El hecho más reciente fue la tragedia del barrio Cervantes que dejó 48 muertos.
Ya en octubre del año pasado un alud destruyó la tubería de la planta Niza, bocatoma alterna de tratamiento de agua; un deslizamiento en marzo destruyó diez viviendas en el sector de Villa Kempis; una avalancha se llevó un bus de Expreso Bolivariano con 22 pasajeros y otra afectó la zona industrial. A esto se suman dos grandes incendios que dejaron 60 familias damnificadas.
Quedaron al desnudo las falencias de las autoridades en el trabajo preventivo y su ineficiencia para atender las emergencias. De acuerdo con el reporte del Cuerpo Oficial de Bomberos de la ciudad, en lo corrido del último año se han registrado en la ciudad 60 deslizamientos, 24 incendios, 31 inundaciones y 5 colapsos estructurales. Un año negro que llevó a todos los organismos de control a abrir investigaciones penales, fiscales y disciplinarias.
Hechos en cadena
La aparición del fenómeno de ‘La Niña’ el año pasado generó avalanchas. Una destruyó la tubería de la planta Niza, que es la bocatoma alterna de suministro de agua. La recuperación de esta construcción, que era el plan de emergencia en caso de que la planta principal fallara, apenas comenzó a finales de junio. La ciudad quedó con una sola planta.
Y fue mientras avanzaban los trabajos de la planta Niza que regresó el fenómeno de ‘La Niña’ sobre Manizales y a comienzos de octubre una nueva avalancha en el sector de Gallinazo afectó la planta Luis Prieto, que era la única en funcionamiento. Lo que más cuestionan los manizaleños sobre esta emergencia es que los riesgos sobre la planta estaban anunciados desde meses antes y hasta horas previas al deslizamiento que dañó la tubería, el gerente de Aguas de Manizales, Álvaro Andrés Franco, dijo que no había riesgo inminente.
La capital caldense quedó dos semanas sin el servicio. La situación enfrentó a la ciudad a un problema mayor: al recuperar el suministro de agua, en el proceso de presurización las tuberías podrían causar daños en algunas zonas de la ciudad, según lo explicaron los técnicos de Aguas de Manizales y lo informó el propio alcalde de la ciudad, Juan Manuel Llano. Con lo que no contaron fue que estos daños, sumados a las fuertes lluvias, podrían convertirse en una bomba de tiempo.
Por esto, de acuerdo con algunos investigadores, la reciente tragedia no parece un hecho fortuito. Esta fue una de las razones que llevó a la Fiscalía a dejar bajo custodia judicial los tubos del acueducto que cruzaban por el barrio del desastre.
Sobre los anunciados daños con el restablecimiento de agua, al parecer, el tubo que cruzaba por la parte alta del barrio Cervantes fue uno de esos con problemas. Los vecinos del sector insisten en que el riesgo en el que estaba la ladera lo habían anunciado desde meses antes.
Siguen los líos
Esta semana un tubo que cruzaba por la parte alta de un talud en el barrio La Castellana, cerca de la Plaza de Toros, se rompió y empezó a brotar agua por la ladera. La comunidad encendió las alarmas y las autoridades corrieron a atender la emergencia. Cincuenta familias fueron evacuadas.
Parece que la red de acueducto está a punto de colapsar. El pasado viernes los manizaleños pidieron a la empresa Aguas de Manizales cerca de 300 revisiones en diferentes puntos de la ciudad por rupturas de tubos. Esto ya generó la preocupación de los organismos de prevención de desastres, debido a que no existe un consolidado preciso de los lugares de alto riesgo.
A lo largo de su historia la ciudad no había estado sin agua tanto tiempo y no se tenía un plan previsto para manejar una emergencia de estas. Ni los organismos de socorro, ni los ingenieros de prevención de riesgos, ni los de la empresa de acueducto dan abasto. Pese a que las lluvias han disminuido, la alerta roja sigue.
“Estamos muy preocupados por la situación de las tuberías y, especialmente, porque no tenemos el reporte preciso de los sitios afectados. Tenemos que coordinar con Aguas de Manizales el trabajo y no hemos podido”, indicó Sandra Inés López, directora de la Oficina Municipal de Atención y Prevención de Desastres (Ompad). Según ella, lo más grave es que a pesar de que en la ciudad se han hecho inversiones en obras de estabilidad y reubicación, los cambios climáticos no están afectando cualquier zona.
Por ahora, la ciudad trata de establecer un plan para enfrentar la temporada invernal que, según el Ideam, apenas está empezando.
Seguidilla de desastres en la capital de Caldas
Avalancha en zona industrial: se registraron dos (marzo 21 y abril 13 de 2011), que destruyeron 14 viviendas y afectaron 170 familias.
Deslizamiento Villa Kempis: ocurrió el 26 de marzo y destruyó 10 viviendas. No hubo víctimas.
Bus de Bolivariano: en abril de 2011 una avalancha se llevó un bus de Expreso Bolivariano, cobrando 22 víctimas.
Incendio barrio Galán: Mayo 2 de 2011. Siete viviendas incineradas y 38 familias damnificadas.
Incendio barrio El Agucate: Septiembre 2011. Destruidas 16 viviendas y 57 familias damnificadas.
Barrio Marmato: Septiembre 30 de 2011. Por problemas con el acueducto se registró hundimiento en el sector causando daños en cuatro viviendas y dejando ocho familias damnificadas.
Deslizamiento Cervantes: Noviembre 5 de 2011. El deslizamiento destruyó 17 viviendas, causó 48 muertes y dejó 176 personas damnificadas.