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Un nuevo hecho de violencia se registró en Amazonas: cuatro personas fueron asesinadas en un establecimiento comercial del casco urbano de Leticia, por sujetos armados que se movilizaban en una motocicleta. Esta es por lo menos la tercera masacre que se registra en el departamento en 2022, pese a que ya se había advertido la disputa que se daría por la presencia de nuevos grupos armados en la zona.
Los hechos aun no son muy claros. Se sabe que el asesinato ocurrió durante el fin de semana, que terminó el Festival Pirarucú de Oro. Así mismo, según Indepaz, entre las víctimas se encuentran tres hombres identificados como Leonardo Alexander Moreno Manuares, Antoni Manuares y Khan Carlos Valderrama, mientras que en la ciudad se dice que en la lista también se encontraría un menor de edad.
Aunque no se ha hallado relación, el crimen se asemeja al de un brasileño y una neerlandesa, en junio pasado, que murieron en medio de un ataque en un restaurante en Leticia y en el que dos personas resultaron heridas. A esto se suma al asesinato múltiple, en marzo, de dos contratistas de una empresa de telecomunicaciones y la persona que los transportaba en un bote por Puerto Alegría, tras una incursión de las disidencias.
De acuerdo con información de Indepaz, en la zona operan los Comandos de la Frontera, el Frente Carolina Ramírez de las disidencias de las Farc y otras bandas, con influencia de organizaciones criminales brasileñas, que se disputan las rentas ilegales en la zona de frontera, para, por ejemplo, grupos organizados como la Familia del Norte, Primer Comando de la Capital y los Comandos Vermelhos, quienes a su vez estarían relacionados con Sinaloa- La Mafia.
“Estos afluentes son estratégicos para la movilidad de la población residente en dichos territorios, pues permite conectar los departamentos de Caquetá, Putumayo y Amazonas entre sí y con las fronteras internacionales de Perú y Brasil. El río Putumayo demarca la frontera con el Perú en su paso por el departamento de Amazonas, y se adentra en Brasil, donde se denomina río Izá”, indicó la Defensoría del Pueblo en la alerta 02/2021 sobre la situación que se vive en Amazonas.
De acuerdo con el ente de control, los principales puntos de influencia son Puerto Nariño y Leticia, que hacen parte de la ruta fronteriza utilizada para el paso de hombres, armas, la regulación de actividades de explotación de recursos naturales y el narcotráfico, que se ha ido fortaleciendo y que por la zona estaría moviendo alrededor de treinta toneladas de cocaína mensualmente por el puesto fronterizo fluvial de Tarapacá, zona abandonada por presiones de la guerrilla, donde se desembarca la droga y se pasa por trochas para volver a embarcarla río abajo.
“La disputa en este momento es sobre el río Putumayo, el Frente Primero Carolina Ramírez, una disidencia, y los Comandos de Frontera, que son un grupo de reciclaje, ahí hay desmovilizados del frente 48 de las Farc, gente de la Constru, que es una banda del Putumayo”, aseguró meses atrás una fuente de la Defensoría a este medio.
Sumado a esto están las condiciones socioeconómicas, ya que de acuerdo con el ente de control, las necesidades sociales no solo hacen más vulnerables a las áreas rurales, sino además más propensas a “sufrir extorsiones, amenazas, desplazamientos forzados, confinamientos, reclutamiento y utilización ilícita de niños, niñas y adolescentes, homicidios selectivos con especial afectación de autoridades tradicionales, incluyendo aquellas que son defensoras de los derechos colectivos y del ambiente”.
Esto es finalmente lo que se está viendo. En septiembre de 2021, se alertó el reclutamiento de menores de edad en un área no municipalizada de La Pedrera, Amazonas, dinámica que se estaría repitiendo sobre las comunidades del río Apaporis y la subregión eje Caquetá. Además, el pasado 3 de septiembre fue asesinado en Leticia el líder social William Pedraza, quien hacía parte de la junta de administradora de la urbanización Ñia Nee Mechi y de la Red de Veedurías del Amazonas, así como había denunciado las dinámicas del microtráfico.
Así mismo, en los últimos dos años se ha visto un aumento considerable de los asesinatos, por lo que desde la región no solo piden acciones, sino además un consejo de seguridad con los gobiernos de Brasil y Perú para atender las problemáticas que ha generado la presencia de los nuevos grupos armados.