Noticias

Últimas Noticias

    Política

    Judicial

      Economía

      Mundo

      Bogotá

        Entretenimiento

        Deportes

        Colombia

        El Magazín Cultural

        Salud

          Ambiente

          Investigación

            Educación

              Ciencia

                Género y Diversidad

                Tecnología

                Actualidad

                  Reportajes

                    Historias visuales

                      Colecciones

                        Podcast

                          Cromos

                          Vea

                          Opinión

                          Opinión

                            Editorial

                              Columnistas

                                Caricaturistas

                                  Lectores

                                  Blogs

                                    Suscriptores

                                    Suscriptores

                                      Beneficios

                                        Tus artículos guardados

                                          Somos El Espectador

                                            Estilo de vida

                                            La Red Zoocial

                                            Gastronomía y Recetas

                                              La Huerta

                                                Moda e Industria

                                                  Tarot de Mavé

                                                    Autos

                                                      Juegos

                                                        Pasatiempos

                                                          Horóscopo

                                                            Música

                                                              Turismo

                                                                Marcas EE

                                                                Colombia + 20

                                                                BIBO

                                                                  Responsabilidad Social

                                                                  Justicia Inclusiva

                                                                    Desaparecidos

                                                                      EE Play

                                                                      EE play

                                                                        En Vivo

                                                                          La Pulla

                                                                            Documentales

                                                                              Opinión

                                                                                Las igualadas

                                                                                  Redacción al Desnudo

                                                                                    Colombia +20

                                                                                      Destacados

                                                                                        BIBO

                                                                                          La Red Zoocial

                                                                                            ZonaZ

                                                                                              Centro de Ayuda

                                                                                                Newsletters
                                                                                                Servicios

                                                                                                Servicios

                                                                                                  Descuentos

                                                                                                    Idiomas

                                                                                                    EE ADS

                                                                                                      Cursos y programas

                                                                                                        Más

                                                                                                        Blogs

                                                                                                          Especiales

                                                                                                            Descarga la App

                                                                                                              Edición Impresa

                                                                                                                Suscripción

                                                                                                                  Eventos

                                                                                                                    Foros El Espectador

                                                                                                                      Pauta con nosotros en EE

                                                                                                                        Pauta con nosotros en Cromos

                                                                                                                          Pauta con nosotros en Vea

                                                                                                                            Avisos judiciales

                                                                                                                              Preguntas Frecuentes

                                                                                                                                Contenido Patrocinado
                                                                                                                                21 de junio de 2021 - 11:47 a. m.

                                                                                                                                El Darién, un abismo para los sueños de la migración

                                                                                                                                Miles de personas que cruzan una densa frontera natural sin muros ni concertinas, van rumbo a Centroamérica en búsqueda de un futuro mejor.

                                                                                                                                Migrantes de diversas partes del mundo abordan vehículos el 3 de mayo de 2021 para salir del municipio de Capurganá.
                                                                                                                                Foto: EFE - Mauricio Duenas Castañeda
                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                El infierno -o eso dicen- está escondido entre playas cristalinas y el verdor denso de la selva. Entre el sol caribeño y las lluvias torrenciales. Entre vallenatos, patacones y lanchas. Entre turistas buceando y migrantes buscando una mejor vida. Entre Colombia y Panamá.

                                                                                                                                Como los miles de personas que cruzan el Darién, una densa frontera natural sin muros ni concertinas, rumbo a Centroamérica Juan Carlos quiere un futuro mejor para su familia, una educación para su hijo y que así “no sea uno más del montón”.

                                                                                                                                Lea también: En el corazón de un “primera línea”.

                                                                                                                                CRUZAR LA SELVA

                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Para conseguirlo se enfrentó a una de las fronteras más peligrosas del planeta: “Lo más arriesgado de una de las selvas más inexploradas del mundo son las mismas personas”; ni las víboras ni otros animales, asegura este venezolano.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                Salió de Capurganá, un turístico pueblo colombiano colindante con Panamá, avanzando en la selva por la orilla del río. Descansaba en duermevela, “aguantando hambre” y siempre atento, aferrado a un “zapatico” de su hijo, que se convirtió en el amuleto que le empujaba a seguir.

                                                                                                                                Viajó con setenta haitianos, entre los que había diez “niñitos de brazos”, aferrados a sus madres, que no se desprendían de sus chupetes. “Los niños no deciden migrar y cuando ves tantos niños es cuando te das cuenta de la situación en sus países”, lamenta Juan Carlos.

                                                                                                                                “Puedes ver huesos humanos, cráneos que ya llevan diez años ahí y quién sabe de quién serán”, relata este joven. Él vio a un niño morir.

                                                                                                                                Una vez en Panamá supo que su experiencia no fue la peor. Allí encontró hombres que habían sido violados, mujeres abusadas, gente que se quedó en el camino...

                                                                                                                                “Se perdieron diez y se perdieron y ya, y hay que seguir avanzando, y se perdieron y a nadie le interesa, y se perdieron y se perdieron pues”, repite frustrado. A nadie le importó porque los números de quienes se quedan en la selva se desconocen.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Este año el Gobierno panameño contabiliza “aproximadamente” 12 muertes, por eso le pide a Colombia más información para saber a qué se atienen y conocer si alguien se quedó en el camino, pero la frontera es un vacío.

                                                                                                                                Según Panamá, unos 17.000 migrantes llegaron desde Colombia entre enero y abril, un aumento respecto a otros años. Colombia tiene constancia del paso de 4.200.

                                                                                                                                Le puede interesar: Las millonarias pérdidas del transporte público durante el paro nacional.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                UN PUNTO OPACO

                                                                                                                                Hasta Capurganá el trayecto es “fácil”. Los migrantes, la mayoría haitianos, llegan desde Brasil o Chile remontando en autobuses y entran por Ipiales, en la frontera ecuatoriana. Atraviesan Colombia por carretera hasta el norte, a Necoclí, y de ahí un barco, el mismo que utilizan los turistas, les lleva al otro lado del golfo de Urabá.

                                                                                                                                PUBLICIDAD
                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                El puerto de Capurganá es un muelle de apenas cien metros, con lanchas pesqueras y coloridos hoteles al frente. El pueblo se cierra cuando llegan casi todas las mañanas 200 o 300 migrantes.

                                                                                                                                Pequeños vehículos los trasladan fuera del pueblo, bajo la mirada de los vecinos y los turistas que hacen ojos ciegos a lo que ahí sucede.

                                                                                                                                “La idea era llevarlos por la montaña, porque ellos no la conocen, hasta cierta parte en territorio colombiano, y desde ahí ya están cerca de Panamá”, cuenta a Efe Emigdio Partúz, representante legal del Consejo Comunitario de Acandí (Cocomanorte), donde está Capurganá.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Esta organización comunitaria ha sido acusada de tráfico de migrantes por esa labor de “llevarles” por la montaña, pero Partúz se defiende: “Seguro que nosotros estamos haciendo cosas mal y cometiendo errores, pero el Gobierno no hace nada”.

                                                                                                                                De esa parte del relato se escuchan todo tipo de atrocidades de las que nadie habla, aunque el rumor retumbe.

                                                                                                                                “Son sujetos de robo, de extorsión, de trata de personas por parte de organizaciones delicuenciales que están y que tienen una estructura en la misma selva”, explica Luis Lanza, coordinador en Panamá del Consejo Noruego de Refugiados (NRC, sigla en inglés).

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Hace poco una pareja de cubanos dio marcha atrás acobardada. “Por aquí no vayan a pasar, hermanos”, les dijeron por Whatsapp a unos compañeros que venían detrás.

                                                                                                                                “A nosotros nos mataron a los guías de un tiro en la cabeza y nos dejaron a la deriva. Nos quitaron la plata. A las mujeres las violaron a todas (...) Te matan, loco, por aquí no pases”, describía de forma atropellada.

                                                                                                                                Lea: La eterna crisis financiera de Transmetro en Barranquilla.

                                                                                                                                ¿QUIÉN ESTÁ DETRÁS?

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Por dónde cruzar “depende de la instrucción que haya del uso de una ruta, sobre la capacidad de pago que tenga la gente y la decisión que tome el Consejo Comunitario”, explica Cesar Mesa, jefe de la oficina de ACNUR en Apartadó.

                                                                                                                                Migración Colombia sabe que hay un problema, pero la orografía lo pone difícil. “Hay multipresencialidad de organizaciones criminales, la operación no es sencilla”, admite a Efe el director de Migración, Juan Francisco Espinosa.

                                                                                                                                En esta zona no han identificado a extranjeros que controlen el negocio; quien “mantiene el ambiente es el Clan del Golfo”, la banda criminal más grande del país.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Es difícil saber si una lancha transporta migrantes o cocaína, o si por una ruta se mueve droga o seres humanos de forma ilegal, pero sí hay “unos grandes cerebros” que se están llevando mucho dinero.

                                                                                                                                En el día a día, sin embargo, es difícil distinguirlos: hay “personas que claramente están traficando con migrantes y otros que están participando en una actividad de la que no son conscientes”, explica Espinosa. Entonces, “no puedes llevarte a todo un pueblo a la cárcel”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                “Si no tienes dinero no vales nada”, reconoce el venezolano. “A veces pienso que no se trata de capitalismo o comunismo, sino de ofrecer un Estado donde se pueda ser feliz”, divaga el joven, que ahora continúa hasta EE.UU. y reconoce que si le deportan, volvería a recorrer ese mismo camino. “Sé que no voy a tener una vida, que me van a explotar. Sé que me falta pasar por México, por Honduras, pero vale la pena arriesgarse”, confiesa.

                                                                                                                                Ese temple está presente en cada rostro que pasa por el Darién. “Un cubano nunca tiene nervios”, grita desde el barco rumbo a Capurganá un joven. “El susto mío era quedarme en Cuba pasando hambre”, alega, resumiendo un sentir común: el aspirar a una vida mejor.

                                                                                                                                Migrantes de diversas partes del mundo abordan vehículos el 3 de mayo de 2021 para salir del municipio de Capurganá.
                                                                                                                                Foto: EFE - Mauricio Duenas Castañeda
                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                El infierno -o eso dicen- está escondido entre playas cristalinas y el verdor denso de la selva. Entre el sol caribeño y las lluvias torrenciales. Entre vallenatos, patacones y lanchas. Entre turistas buceando y migrantes buscando una mejor vida. Entre Colombia y Panamá.

                                                                                                                                Como los miles de personas que cruzan el Darién, una densa frontera natural sin muros ni concertinas, rumbo a Centroamérica Juan Carlos quiere un futuro mejor para su familia, una educación para su hijo y que así “no sea uno más del montón”.

                                                                                                                                Lea también: En el corazón de un “primera línea”.

                                                                                                                                CRUZAR LA SELVA

                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Para conseguirlo se enfrentó a una de las fronteras más peligrosas del planeta: “Lo más arriesgado de una de las selvas más inexploradas del mundo son las mismas personas”; ni las víboras ni otros animales, asegura este venezolano.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                Salió de Capurganá, un turístico pueblo colombiano colindante con Panamá, avanzando en la selva por la orilla del río. Descansaba en duermevela, “aguantando hambre” y siempre atento, aferrado a un “zapatico” de su hijo, que se convirtió en el amuleto que le empujaba a seguir.

                                                                                                                                Viajó con setenta haitianos, entre los que había diez “niñitos de brazos”, aferrados a sus madres, que no se desprendían de sus chupetes. “Los niños no deciden migrar y cuando ves tantos niños es cuando te das cuenta de la situación en sus países”, lamenta Juan Carlos.

                                                                                                                                “Puedes ver huesos humanos, cráneos que ya llevan diez años ahí y quién sabe de quién serán”, relata este joven. Él vio a un niño morir.

                                                                                                                                Una vez en Panamá supo que su experiencia no fue la peor. Allí encontró hombres que habían sido violados, mujeres abusadas, gente que se quedó en el camino...

                                                                                                                                “Se perdieron diez y se perdieron y ya, y hay que seguir avanzando, y se perdieron y a nadie le interesa, y se perdieron y se perdieron pues”, repite frustrado. A nadie le importó porque los números de quienes se quedan en la selva se desconocen.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Este año el Gobierno panameño contabiliza “aproximadamente” 12 muertes, por eso le pide a Colombia más información para saber a qué se atienen y conocer si alguien se quedó en el camino, pero la frontera es un vacío.

                                                                                                                                Según Panamá, unos 17.000 migrantes llegaron desde Colombia entre enero y abril, un aumento respecto a otros años. Colombia tiene constancia del paso de 4.200.

                                                                                                                                Le puede interesar: Las millonarias pérdidas del transporte público durante el paro nacional.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                UN PUNTO OPACO

                                                                                                                                Hasta Capurganá el trayecto es “fácil”. Los migrantes, la mayoría haitianos, llegan desde Brasil o Chile remontando en autobuses y entran por Ipiales, en la frontera ecuatoriana. Atraviesan Colombia por carretera hasta el norte, a Necoclí, y de ahí un barco, el mismo que utilizan los turistas, les lleva al otro lado del golfo de Urabá.

                                                                                                                                PUBLICIDAD
                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                El puerto de Capurganá es un muelle de apenas cien metros, con lanchas pesqueras y coloridos hoteles al frente. El pueblo se cierra cuando llegan casi todas las mañanas 200 o 300 migrantes.

                                                                                                                                Pequeños vehículos los trasladan fuera del pueblo, bajo la mirada de los vecinos y los turistas que hacen ojos ciegos a lo que ahí sucede.

                                                                                                                                “La idea era llevarlos por la montaña, porque ellos no la conocen, hasta cierta parte en territorio colombiano, y desde ahí ya están cerca de Panamá”, cuenta a Efe Emigdio Partúz, representante legal del Consejo Comunitario de Acandí (Cocomanorte), donde está Capurganá.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Esta organización comunitaria ha sido acusada de tráfico de migrantes por esa labor de “llevarles” por la montaña, pero Partúz se defiende: “Seguro que nosotros estamos haciendo cosas mal y cometiendo errores, pero el Gobierno no hace nada”.

                                                                                                                                De esa parte del relato se escuchan todo tipo de atrocidades de las que nadie habla, aunque el rumor retumbe.

                                                                                                                                “Son sujetos de robo, de extorsión, de trata de personas por parte de organizaciones delicuenciales que están y que tienen una estructura en la misma selva”, explica Luis Lanza, coordinador en Panamá del Consejo Noruego de Refugiados (NRC, sigla en inglés).

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Hace poco una pareja de cubanos dio marcha atrás acobardada. “Por aquí no vayan a pasar, hermanos”, les dijeron por Whatsapp a unos compañeros que venían detrás.

                                                                                                                                “A nosotros nos mataron a los guías de un tiro en la cabeza y nos dejaron a la deriva. Nos quitaron la plata. A las mujeres las violaron a todas (...) Te matan, loco, por aquí no pases”, describía de forma atropellada.

                                                                                                                                Lea: La eterna crisis financiera de Transmetro en Barranquilla.

                                                                                                                                ¿QUIÉN ESTÁ DETRÁS?

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Por dónde cruzar “depende de la instrucción que haya del uso de una ruta, sobre la capacidad de pago que tenga la gente y la decisión que tome el Consejo Comunitario”, explica Cesar Mesa, jefe de la oficina de ACNUR en Apartadó.

                                                                                                                                Migración Colombia sabe que hay un problema, pero la orografía lo pone difícil. “Hay multipresencialidad de organizaciones criminales, la operación no es sencilla”, admite a Efe el director de Migración, Juan Francisco Espinosa.

                                                                                                                                En esta zona no han identificado a extranjeros que controlen el negocio; quien “mantiene el ambiente es el Clan del Golfo”, la banda criminal más grande del país.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Es difícil saber si una lancha transporta migrantes o cocaína, o si por una ruta se mueve droga o seres humanos de forma ilegal, pero sí hay “unos grandes cerebros” que se están llevando mucho dinero.

                                                                                                                                En el día a día, sin embargo, es difícil distinguirlos: hay “personas que claramente están traficando con migrantes y otros que están participando en una actividad de la que no son conscientes”, explica Espinosa. Entonces, “no puedes llevarte a todo un pueblo a la cárcel”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                “Si no tienes dinero no vales nada”, reconoce el venezolano. “A veces pienso que no se trata de capitalismo o comunismo, sino de ofrecer un Estado donde se pueda ser feliz”, divaga el joven, que ahora continúa hasta EE.UU. y reconoce que si le deportan, volvería a recorrer ese mismo camino. “Sé que no voy a tener una vida, que me van a explotar. Sé que me falta pasar por México, por Honduras, pero vale la pena arriesgarse”, confiesa.

                                                                                                                                Ese temple está presente en cada rostro que pasa por el Darién. “Un cubano nunca tiene nervios”, grita desde el barco rumbo a Capurganá un joven. “El susto mío era quedarme en Cuba pasando hambre”, alega, resumiendo un sentir común: el aspirar a una vida mejor.

                                                                                                                                Ver todas las noticias
                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
                                                                                                                                Aceptar