El heredero del Valle
Una invitación a la Fiscalía a un singular abogado y 16 visitas a la cárcel al ex senador Juan Carlos Martínez, sus polémicas gestiones.
Norbey Quevedo H.
Desde el pasado martes 4 de mayo en la Gobernación del Valle del Cauca despacha el abogado Raimundo Tello Benítez. A la expectativa de que al día siguiente iba a ser destituido de su cargo por la Procuraduría General de la Nación, el gobernador titular Juan Carlos Abadía Campo lo dejó como su reemplazo. Es la quinta ocasión en que el abogado Tello cumple este oficio. Sólo que esta vez la interinidad puede durar más de lo esperado, pues como están las cosas al gobernador Abadía se le embolató su continuidad en la Gobernación.
¿Pero quién es Raimundo Tello Benítez, gobernador del Valle encargado? Oriundo del puerto de Buenaventura, este profesor universitario, ex juez penal del circuito de Cali, ex fiscal delegado ante el Tribunal Superior de la misma ciudad y ex fiscal delegado ante la Corte Suprema de Justicia, desde el 1° de enero de 2008, día de la posesión del gobernador Juan Carlos Abadía, ejerce como su secretario jurídico y, como lo prueban sus actuaciones públicas, es su amigo personal y su mano derecha.
No en vano, además de los cinco reemplazos, lo ha representado en los más disímiles actos públicos. Presidió la entrega de los premios deportivos Acord en abril de 2008, fue la persona que llegó a apoyar a los damnificados del temblor que afectó al municipio de Obando en el mismo mes, ha sido el funcionario determinante en los procesos jurídicos entablados contra la Gobernación, es la persona que revisa contratos, preside consejos de seguridad o supervisa los subsidios de vivienda. Es decir, el hombre detrás del trono en el Valle de Cauca.
Sin embargo, así como ha descollado en los estrados judiciales o en la cátedra y últimamente en los asuntos públicos del Valle, recientemente también se le ha visto en situaciones incómodas que, de alguna manera, lo han puesto en la mira de la opinión pública. No tiene investigaciones en su contra y, por el contrario, habitualmente ha estado más tiempo del lado de los juzgadores, pero en su entorno se mueven personajes cuestionados que lo han colocado en embarazosas circunstancias.
Por ejemplo, en septiembre de 2006, cuando el entonces fiscal Mario Iguarán, tras superar la crisis que forzó la renuncia de su primer vicefiscal Jorge Armando Otálora, posesionó a su reemplazo y hoy fiscal Guillermo Mendoza Diago, por cuenta del abogado Tello sobrevino otro escándalo. Ese día también tomó posesión del cargo la entonces directora nacional de Fiscalías Alicia Ledesma Zapata, y entre las personas que llegaron a felicitarla efusivamente apareció un hombre vestido de blanco.
Meses después se supo que el cordial invitado, quien además también abrazó al mismísimo fiscal Mario Iguarán, fue el abogado penalista Hernán Darío Escobar Restrepo. Muy conocido en Cali, ex concejal de la ciudad en 2001 y ex asesor penal de la Alcaldía, en los años 90 el abogado Escobar había sido apoderado del narcotraficante del cartel del Norte del Valle, Víctor Patiño Fómeque. Tiempo después, el capo lo señaló de ser el encubridor de algunos de sus bienes en Bogotá, pero el caso no pasó a mayores.
No obstante, investigaciones posteriores dieron cuenta de que también estuvo vinculado con el capo del cartel del Norte del Valle Hernando Gómez Bustamante, más conocido como Rasguño, y que incluso fueron girados en su favor varios cheques. El caso también pasó de agache. Sin embargo, en su momento, y ante los interrogantes de los medios de comunicación, se limitó a comentar: “Yo fui como invitado especial de Alicia. Somos amigos desde hace 20 años”. Este dato nunca fue corroborado y el abogado Escobar se defendió diciendo que él simplemente era un lagarto.
El episodio, sin embargo, terminó por costarle el puesto al verdadero autor de la invitación del controvertido abogado Hernán Darío Escobar. Y resultó ser el entonces fiscal delegado ante la Corte Suprema de Justicia Raimundo Tello Benítez, quien se vio obligado a confesarle al fiscal Iguarán que él lo había hecho. Un fiscal recordó que el asunto incomodó tanto a Iguarán que a pesar de que él lo había incorporado a la nómina de la Fiscalía porque eran conocidos, tomó la decisión de pedirle la renuncia.
Tello Benítez regresó al Valle a sus actividades judiciales y académicas y, al cabo de pocos meses, de la mano del gobernador Juan Carlos Abadía Campo, se volvió su hombre clave. Pero no solamente del alicaído gobernador sino también del grupo político que contribuyó a su victoria electoral, que obviamente incluye al padre del ex mandatario, el ex senador Carlos Herney Abadía, condenado dentro del Proceso 8.000 en 1997.
La evidencia de estas estrechas relaciones llegó por cuenta de un tercero: el senador del partido Convergencia Ciudadana Juan Carlos Martínez Sinisterra, detenido desde el 23 de abril de 2009 en la cárcel de La Picota, en desarrollo del escándalo de la parapolítica. Hoy está acreditado que, aparte de su familia, entre las personas que más lo han visitado en su celda de reclusión en La Picota están precisamente el ex senador Carlos Herney Abadía y el secretario jurídico del Valle, Raimundo Tello Benítez.
Según los listados oficiales de ingreso al pabellón 15 sur, pasillo primero y celda 11 de La Picota, entre el 5 de mayo de 2009 y el 9 de abril de 2010, el padre del gobernador ha ido 11 veces y Tello Benítez lo ha hecho en 16 ocasiones. Escasamente los igualan o superan los candidatos electos a la Cámara por el PIN Hemel Hurtado Angulo, Jairo Hinestroza Sinisterra y Carlos Quintero Marín, así como el concejal de Cali Edison Ruiz Valencia, el director de Acuavalle, Alex Loango, y el director de la CVC, Óscar Murillo Asprilla.
En resumidas cuentas, mientras el gobernador Juan Carlos Abadía resuelve sus líos con la Procuraduría, no cabe duda que para él, su padre y el grupo político mayoritario que lo apoya, el reemplazo perfecto es el abogado Raimundo Tello Benítez. Incluso ya se rumora en Cali que con toda seguridad él va a ser quien se quede regentando la administración departamental. Si el Gobernador se cae del todo, ¿habrá nuevas elecciones o Abadía señalará a dedo a su sucesor? Mientras se resuelve el tema, el secretario jurídico es el heredero.
El caso de Carlos Herney Abadía
El destituido gobernador del Valle, Juan Carlos Abadía, es un hombre de 31 años que pese a su juventud recibió de su padre Carlos Herney Abadía parte de su capital político.
Su progenitor es un dirigente vallecaucano que se inició en las lides políticas en el Partido Liberal. Luego de ser diputado en el Valle y luego congresista, fundó a comienzos de los 90 el Movimiento Popular Unido. Sin embargo, por esa época se vio salpicado por el Proceso 8.000. El político recibió dineros de empresas fachada del cartel de Cali y fue condenado por enriquecimiento ilícito.
Posteriormente realizó una alianza con el senador Juan Carlos Martínez, quien contribuyó a la elección como gobernador de su hijo. Ahora maneja los hilos del partido PIN.
Desde el pasado martes 4 de mayo en la Gobernación del Valle del Cauca despacha el abogado Raimundo Tello Benítez. A la expectativa de que al día siguiente iba a ser destituido de su cargo por la Procuraduría General de la Nación, el gobernador titular Juan Carlos Abadía Campo lo dejó como su reemplazo. Es la quinta ocasión en que el abogado Tello cumple este oficio. Sólo que esta vez la interinidad puede durar más de lo esperado, pues como están las cosas al gobernador Abadía se le embolató su continuidad en la Gobernación.
¿Pero quién es Raimundo Tello Benítez, gobernador del Valle encargado? Oriundo del puerto de Buenaventura, este profesor universitario, ex juez penal del circuito de Cali, ex fiscal delegado ante el Tribunal Superior de la misma ciudad y ex fiscal delegado ante la Corte Suprema de Justicia, desde el 1° de enero de 2008, día de la posesión del gobernador Juan Carlos Abadía, ejerce como su secretario jurídico y, como lo prueban sus actuaciones públicas, es su amigo personal y su mano derecha.
No en vano, además de los cinco reemplazos, lo ha representado en los más disímiles actos públicos. Presidió la entrega de los premios deportivos Acord en abril de 2008, fue la persona que llegó a apoyar a los damnificados del temblor que afectó al municipio de Obando en el mismo mes, ha sido el funcionario determinante en los procesos jurídicos entablados contra la Gobernación, es la persona que revisa contratos, preside consejos de seguridad o supervisa los subsidios de vivienda. Es decir, el hombre detrás del trono en el Valle de Cauca.
Sin embargo, así como ha descollado en los estrados judiciales o en la cátedra y últimamente en los asuntos públicos del Valle, recientemente también se le ha visto en situaciones incómodas que, de alguna manera, lo han puesto en la mira de la opinión pública. No tiene investigaciones en su contra y, por el contrario, habitualmente ha estado más tiempo del lado de los juzgadores, pero en su entorno se mueven personajes cuestionados que lo han colocado en embarazosas circunstancias.
Por ejemplo, en septiembre de 2006, cuando el entonces fiscal Mario Iguarán, tras superar la crisis que forzó la renuncia de su primer vicefiscal Jorge Armando Otálora, posesionó a su reemplazo y hoy fiscal Guillermo Mendoza Diago, por cuenta del abogado Tello sobrevino otro escándalo. Ese día también tomó posesión del cargo la entonces directora nacional de Fiscalías Alicia Ledesma Zapata, y entre las personas que llegaron a felicitarla efusivamente apareció un hombre vestido de blanco.
Meses después se supo que el cordial invitado, quien además también abrazó al mismísimo fiscal Mario Iguarán, fue el abogado penalista Hernán Darío Escobar Restrepo. Muy conocido en Cali, ex concejal de la ciudad en 2001 y ex asesor penal de la Alcaldía, en los años 90 el abogado Escobar había sido apoderado del narcotraficante del cartel del Norte del Valle, Víctor Patiño Fómeque. Tiempo después, el capo lo señaló de ser el encubridor de algunos de sus bienes en Bogotá, pero el caso no pasó a mayores.
No obstante, investigaciones posteriores dieron cuenta de que también estuvo vinculado con el capo del cartel del Norte del Valle Hernando Gómez Bustamante, más conocido como Rasguño, y que incluso fueron girados en su favor varios cheques. El caso también pasó de agache. Sin embargo, en su momento, y ante los interrogantes de los medios de comunicación, se limitó a comentar: “Yo fui como invitado especial de Alicia. Somos amigos desde hace 20 años”. Este dato nunca fue corroborado y el abogado Escobar se defendió diciendo que él simplemente era un lagarto.
El episodio, sin embargo, terminó por costarle el puesto al verdadero autor de la invitación del controvertido abogado Hernán Darío Escobar. Y resultó ser el entonces fiscal delegado ante la Corte Suprema de Justicia Raimundo Tello Benítez, quien se vio obligado a confesarle al fiscal Iguarán que él lo había hecho. Un fiscal recordó que el asunto incomodó tanto a Iguarán que a pesar de que él lo había incorporado a la nómina de la Fiscalía porque eran conocidos, tomó la decisión de pedirle la renuncia.
Tello Benítez regresó al Valle a sus actividades judiciales y académicas y, al cabo de pocos meses, de la mano del gobernador Juan Carlos Abadía Campo, se volvió su hombre clave. Pero no solamente del alicaído gobernador sino también del grupo político que contribuyó a su victoria electoral, que obviamente incluye al padre del ex mandatario, el ex senador Carlos Herney Abadía, condenado dentro del Proceso 8.000 en 1997.
La evidencia de estas estrechas relaciones llegó por cuenta de un tercero: el senador del partido Convergencia Ciudadana Juan Carlos Martínez Sinisterra, detenido desde el 23 de abril de 2009 en la cárcel de La Picota, en desarrollo del escándalo de la parapolítica. Hoy está acreditado que, aparte de su familia, entre las personas que más lo han visitado en su celda de reclusión en La Picota están precisamente el ex senador Carlos Herney Abadía y el secretario jurídico del Valle, Raimundo Tello Benítez.
Según los listados oficiales de ingreso al pabellón 15 sur, pasillo primero y celda 11 de La Picota, entre el 5 de mayo de 2009 y el 9 de abril de 2010, el padre del gobernador ha ido 11 veces y Tello Benítez lo ha hecho en 16 ocasiones. Escasamente los igualan o superan los candidatos electos a la Cámara por el PIN Hemel Hurtado Angulo, Jairo Hinestroza Sinisterra y Carlos Quintero Marín, así como el concejal de Cali Edison Ruiz Valencia, el director de Acuavalle, Alex Loango, y el director de la CVC, Óscar Murillo Asprilla.
En resumidas cuentas, mientras el gobernador Juan Carlos Abadía resuelve sus líos con la Procuraduría, no cabe duda que para él, su padre y el grupo político mayoritario que lo apoya, el reemplazo perfecto es el abogado Raimundo Tello Benítez. Incluso ya se rumora en Cali que con toda seguridad él va a ser quien se quede regentando la administración departamental. Si el Gobernador se cae del todo, ¿habrá nuevas elecciones o Abadía señalará a dedo a su sucesor? Mientras se resuelve el tema, el secretario jurídico es el heredero.
El caso de Carlos Herney Abadía
El destituido gobernador del Valle, Juan Carlos Abadía, es un hombre de 31 años que pese a su juventud recibió de su padre Carlos Herney Abadía parte de su capital político.
Su progenitor es un dirigente vallecaucano que se inició en las lides políticas en el Partido Liberal. Luego de ser diputado en el Valle y luego congresista, fundó a comienzos de los 90 el Movimiento Popular Unido. Sin embargo, por esa época se vio salpicado por el Proceso 8.000. El político recibió dineros de empresas fachada del cartel de Cali y fue condenado por enriquecimiento ilícito.
Posteriormente realizó una alianza con el senador Juan Carlos Martínez, quien contribuyó a la elección como gobernador de su hijo. Ahora maneja los hilos del partido PIN.