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Ocurrió en 1982, cuando fungía como gobernador de Antioquia y nombró alcalde de Medellín al entonces neófito líder liberal Álvaro Uribe Vélez (no existía entonces la elección popular de mandatarios regionales), quien por razones que aún hoy suscitan controversia no terminó el periodo para el cual había sido asignado.
En el libro autobiográfico ‘Secretos de un líder’, lanzado en abril de este año, Villegas se decidió por fin a hacer pública su versión sobre dicho episodio, que bien podría haber cambiado la suerte de uno de los políticos más influyentes hoy por hoy en el país.
Cuenta Villegas que el entonces presidente Belisario Betancur llamó por teléfono a pedirle la cabeza de Uribe argumentando que tenía información sobre supuestos nexos del entonces alcalde con la mafia.
“—¿Cómo es posible que tengamos en la Alcaldía de Medellín a una persona de quien me han dicho que tiene nexos con narcotraficantes?” —le habría asegurado Betancur.
—Pero ¿cómo es posible, señor presidente, que usted crea que él está implicado en algo semejante? — dice Villegas que le respondió al mandatario conservador.
—Sé por qué se lo digo —replicó Betancur—. Tengo datos concretos. El papá de él, Alberto, tiene negocios dudosos y esto nos va a causar muchos problemas.
—(….) Usted está muy mal informado. Uribe es un hombre absolutamente honesto, yo le respondo por él...
Tal cual aparece descrita la escena en Secretos de un líder, escrito por el periodista Germán Jiménez Morales y a cuya presentación pública —aparte de Villegas— asistieron Uribe y el procurador Alejandro Ordóñez.
Villegas desmiente que Uribe hubiese tenido vínculos con ilegales (un espinoso rumor del que el exmandatario no se ha podido sacudir por completo) y a la vez deja en evidencia un posible origen de las versiones contra el expresidente: Fabio Echeverri, paradójicamente uno de los artífices de las dos campañas presidenciales de Uribe.
En ese noviembre de 1982, dice el libro, Villegas Moreno se puso en la tarea de averiguar por qué el presidente Belisario Betancur lanzaba semejante afirmación contra Uribe. Alfonso Ospina, secretario general de la Presidencia —así se lee en la biografía—, le habría contado que Echeverri, expresidente de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), le expresó a Betancur sus apreciaciones sobre negocios, fincas y actividades de Alberto Uribe, papá de Álvaro Uribe, con los Ochoa.
Fabio Echeverri desmintió esa versión en entrevista con Gerardo Reyes. Y Álvaro Villegas Moreno replicaría que Echeverri no admitió su responsabilidad por quedar bien con Uribe.
Al final, Villegas no aceptó la solicitud de Betancur y esto deterioró su relación con el mandatario. El incidente desencadenó una crisis que terminó con la salida de Villegas de la Gobernación de Antioquia y de Uribe de la Alcaldía de Medellín, a finales de diciembre de 1982, cinco meses después de la posesión.
Treinta años después, el empresario confesó en su biografía que había callado este señalamiento contra Uribe porque siempre creyó en él. “Por eso me ofendió mucho la forma como Fabio Echeverri presentó las supuestas vinculaciones de Uribe (…). Esa fue una gran irresponsabilidad de Echeverri, que podría haber hecho fracasar la carrera de Uribe y con ello cambiar la historia de Colombia”, dijo.
Cuenta que guardó silencio durante todos estos años por prudencia y para evitar que los enemigos atacaran a un “muchacho tan brillante”. “El tiempo me dio la razón (…). Hoy ya no puede ser presidente y esta revelación creo que es una forma de defenderlo”.