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                                                                                                                                El legado de Álvaro Ulcué Chocué

                                                                                                                                Asesinado hace 30 años, fue el primer sacerdote indígena del país. Su lucha en defensa de la autonomía, cultura y dignidad de los pueblos indígenas del norte del Cauca sigue vigente hoy más que nunca.

                                                                                                                                Hugo García Segura

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Hijo de María Soledad Chocué Peña y José Domingo Ulcué Yajué, quien fue gobernador del cabildo, pudo estudiar solamente desde los 11 años en la escuela mixta de Pueblo Nuevo, dirigida por las misioneras de la Madre Laura. Becado, terminó su educación primaria en el internado indígena Indocrespo, de Guadarrama (Antioquia) y pasó luego al Seminario Menor de Popayán, donde estuvo cuatro años y tuvo que retirarse porque sus padres no tenían el dinero para sostenerlo.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                Tuvo que trabajar como maestro en San Benito Abad (Sucre) y luego regresó a su resguardo, en Caldono. Sólo por las medias becas que le dieron la Arquidiócesis y las Lauritas, pudo regresar al Seminario para terminar sus estudios de Filosofía y luego Teología en el Seminario de Ibagué. El 10 de julio de 1973 fue ordenado sacerdote en la capital caucana y la primera misa que celebró fue en Pueblo Nuevo, ante miles de sus hermanos nasas. “En el Seminario comenzamos 62 y sólo llegamos al altar Tomás Mina (un negro), Joel Ortiz (un campesino) y yo (un indígena). Así se cumple aquello de que Dios elige a los humildes para confundir a los fuertes”, dijo en ese entonces.

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                                                                                                                                A mediados de 1980, Álvaro Ulcué Chocué convocó a 800 indígenas de los resguardos de Toribio, Tacueyó y San Francisco, para formular de manera participativa lo que se denominó el ‘Proyecto Básico de la Comunidad Nasa’, hoy vigente y en plena vitalidad. Sus posturas en favor de la autonomía de los pueblos indígenas, en contra del despojo y las manifestaciones violentas en sus territorios, y el apoyo a la organización de los cabildos y del Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric), desató una persecución en su contra, siendo amenazado y acusado repetidamente por los grandes propietarios de tierras de ser promotor de invasiones. Para él, la recuperación de las tierras por las vías legales era la esencia de su proyecto.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                También aún se recuerda la represión de la Fuerza Pública en la hacienda López Adentro, del resguardo de Corinto, el 25 de enero de 1984, que les costó la vida a cinco indígenas, entre ellos una niña de siete años. O el encuentro en la casa cural de Toribio, el 8 de noviembre de 1984 – dos días antes de su muerte-- con el entonces ministro de Defensa, general Óscar Botero Restrepo, en el que quiso responder a las acusaciones que los militares le hacían. Para Álvaro Ulcué, se trataba de hacer respetar los derechos de los indígenas a la tierra y el carácter legal de las luchas por recuperar los resguardos.

                                                                                                                                El 9 de noviembre de 1984, la Policía y el Ejército arrasaron en la recuperación de López Adentro, quemaron las viviendas de 150 familias indígenas y con maquinaria destruyeron 300 hectáreas de sus cultivos. “Invito a los cristianos y a los demás compañeros indígenas para que levantemos nuestra voz de protesta y condenemos estos hechos como contrarios a la Ley de Dios”, dijo entonces con indignación.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Hijo de María Soledad Chocué Peña y José Domingo Ulcué Yajué, quien fue gobernador del cabildo, pudo estudiar solamente desde los 11 años en la escuela mixta de Pueblo Nuevo, dirigida por las misioneras de la Madre Laura. Becado, terminó su educación primaria en el internado indígena Indocrespo, de Guadarrama (Antioquia) y pasó luego al Seminario Menor de Popayán, donde estuvo cuatro años y tuvo que retirarse porque sus padres no tenían el dinero para sostenerlo.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                A mediados de 1980, Álvaro Ulcué Chocué convocó a 800 indígenas de los resguardos de Toribio, Tacueyó y San Francisco, para formular de manera participativa lo que se denominó el ‘Proyecto Básico de la Comunidad Nasa’, hoy vigente y en plena vitalidad. Sus posturas en favor de la autonomía de los pueblos indígenas, en contra del despojo y las manifestaciones violentas en sus territorios, y el apoyo a la organización de los cabildos y del Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric), desató una persecución en su contra, siendo amenazado y acusado repetidamente por los grandes propietarios de tierras de ser promotor de invasiones. Para él, la recuperación de las tierras por las vías legales era la esencia de su proyecto.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                También aún se recuerda la represión de la Fuerza Pública en la hacienda López Adentro, del resguardo de Corinto, el 25 de enero de 1984, que les costó la vida a cinco indígenas, entre ellos una niña de siete años. O el encuentro en la casa cural de Toribio, el 8 de noviembre de 1984 – dos días antes de su muerte-- con el entonces ministro de Defensa, general Óscar Botero Restrepo, en el que quiso responder a las acusaciones que los militares le hacían. Para Álvaro Ulcué, se trataba de hacer respetar los derechos de los indígenas a la tierra y el carácter legal de las luchas por recuperar los resguardos.

                                                                                                                                El 9 de noviembre de 1984, la Policía y el Ejército arrasaron en la recuperación de López Adentro, quemaron las viviendas de 150 familias indígenas y con maquinaria destruyeron 300 hectáreas de sus cultivos. “Invito a los cristianos y a los demás compañeros indígenas para que levantemos nuestra voz de protesta y condenemos estos hechos como contrarios a la Ley de Dios”, dijo entonces con indignación.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Por Hugo García Segura

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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