“El paro no es para tumbar al Gobierno”: Julio Roberto Gómez
Julio Roberto Gómez asevera que el Comité Nacional del Paro mantiene el pliego de peticiones que le presentó al Gobierno y que se necesita una comisión de negociación para avanzar en las discusiones.
Marcela Osorio Granados - @marcelaosorio24
Con un cacerolazo en varios puntos del país, este martes volvieron las movilizaciones y marchas en el marco del paro nacional, que desde el 21 de noviembre del año pasado impulsan centrales obreras, sindicatos, estudiantes y organizaciones sociales.
La jornada se dio una semana antes del Encuentro Nacional de Organizaciones Sindicales Sociales y Populares, en el cual el Comité Nacional del Paro trazará su hoja de ruta y establecerá la agenda de las actividades para 2020.
En diálogo con El Espectador, Julio Roberto Gómez, presidente de la Confederación General del Trabajo (CGT) e integrante del Comité Nacional del Paro, explicó que las organizaciones mantienen el pliego de peticiones que le presentaron al Gobierno a finales de 2019 y que en el encuentro del 30 de enero se acordará la fecha para una nueva jornada de paro con cese de actividades en todo el país.
Más allá del cacerolazo de este martes, ¿cuál es la perspectiva del Comité Nacional del Paro?
Estamos concentrados en la preparación del Encuentro Nacional de Organizaciones Sindicales Sociales y Populares del 30 y 31 de enero, en Bogotá. Allí se pretende hacer una evaluación de las actividades de finales del año pasado, revisar la respuesta del Gobierno de cara al pliego de peticiones que le fue presentado y definir un plan de acción para 2020 por parte del Comité Nacional del Paro. Se estudia la idea de convocar a un paro nacional, con parálisis de la producción, para el 25 y 26 de marzo.
¿Cuál es la petición más urgente de las organizaciones al Gobierno?
Está de por medio la exigencia al Gobierno de que forme una comisión negociadora, no una conversadora, sino una con la que se puedan discutir los 17 ejes temáticos que le presentamos y que luego se materializaron en 104 puntos.
El Gobierno dice que el pliego de peticiones es muy largo y que incluye reclamos de todo tipo...
El pliego se mantiene. Mal hace el Gobierno en quejarse, porque en vez de haber nombrado una comisión negociadora, lo que hizo fue nombrar a dos personas —muy respetables, como lo son el doctor Diego Molano y el doctor Angelino Garzón— para que solo exploraran la situación. En una de las reuniones, Angelino Garzón dijo incluso que él no era negociador sino simplemente un facilitador. El Gobierno tiene el legítimo derecho de nombrar a quien quiera y considere pertinente, pero que haya negociación, no una conversación que no conduce a ningún terreno seguro. Tiene que haber diálogo social y negociación.
También ha dicho el Gobierno que hay peticiones que son imposibles de cumplir.
Nosotros con mucho gusto nos sentamos, miramos a ver de esos 104 puntos cuáles le corresponden al Ejecutivo, cuáles al Legislativo y cuáles son de otras instancias, pero eso se hace sentados en una mesa de negociación. Nos dicen que hay temas que son imposibles y demás, pero eso lo podemos analizar en el seno de la reunión y no en mensajes cifrados que lo único que van generando es un desasosiego en el conjunto de la sociedad colombiana, que quiere una respuesta. Hay temas claves, como la salud, el empleo, la reforma social agraria, el respeto a los pueblos indígenas, la educación, el del holding financiero, que en medio del paro terminaron aprobándolos en unas condiciones absolutamente inaceptables. A eso hay que sumar los temas que tienen que ver con cómo salimos de la pobreza. Somos uno de los países más desiguales del mundo, tenemos una tasa de desempleo que es absurda. Todo eso es parte de un conglomerado de peticiones que están en los 104 puntos.
¿Qué sectores participarán en el encuentro del 30 de enero?
En ese encuentro trabajaremos todos los sectores en comisiones para entender y recopilar los reclamos. No me explico por qué ese temor reverencial a una negociación. En este país se ha negociado con las organizaciones guerrilleras, con los paramilitares. ¿Por qué no una negociación con las centrales obreras y el Comité Nacional del Paro, que congrega a varias organizaciones?
Después de todo lo que vivió el país en las calles con las movilizaciones el año pasado, ¿qué lectura hacen del papel de la ciudadanía en el paro?
Es indudable el apoyo de la ciudadanía y de los diferentes sectores sociales del país al clamor a instancias de un Comité Nacional del Paro. La respuesta de la gente ha sido impresionante. Pero eso hay que asumirlo con mucha responsabilidad. En esto que nadie se equivoque: el paro no es para derrocar al Gobierno, ni mucho menos. El paro es precisamente para buscar respuestas y soluciones a los problemas que impactan a la clase trabajadora y al conjunto del pueblo colombiano. Lo que buscamos es dejar de tener tanto desempleo, que se respeten los derechos humanos, a los dirigentes sociales, a los dirigentes sindicales, queremos un país donde se respete a todo el mundo.
Con un cacerolazo en varios puntos del país, este martes volvieron las movilizaciones y marchas en el marco del paro nacional, que desde el 21 de noviembre del año pasado impulsan centrales obreras, sindicatos, estudiantes y organizaciones sociales.
La jornada se dio una semana antes del Encuentro Nacional de Organizaciones Sindicales Sociales y Populares, en el cual el Comité Nacional del Paro trazará su hoja de ruta y establecerá la agenda de las actividades para 2020.
En diálogo con El Espectador, Julio Roberto Gómez, presidente de la Confederación General del Trabajo (CGT) e integrante del Comité Nacional del Paro, explicó que las organizaciones mantienen el pliego de peticiones que le presentaron al Gobierno a finales de 2019 y que en el encuentro del 30 de enero se acordará la fecha para una nueva jornada de paro con cese de actividades en todo el país.
Más allá del cacerolazo de este martes, ¿cuál es la perspectiva del Comité Nacional del Paro?
Estamos concentrados en la preparación del Encuentro Nacional de Organizaciones Sindicales Sociales y Populares del 30 y 31 de enero, en Bogotá. Allí se pretende hacer una evaluación de las actividades de finales del año pasado, revisar la respuesta del Gobierno de cara al pliego de peticiones que le fue presentado y definir un plan de acción para 2020 por parte del Comité Nacional del Paro. Se estudia la idea de convocar a un paro nacional, con parálisis de la producción, para el 25 y 26 de marzo.
¿Cuál es la petición más urgente de las organizaciones al Gobierno?
Está de por medio la exigencia al Gobierno de que forme una comisión negociadora, no una conversadora, sino una con la que se puedan discutir los 17 ejes temáticos que le presentamos y que luego se materializaron en 104 puntos.
El Gobierno dice que el pliego de peticiones es muy largo y que incluye reclamos de todo tipo...
El pliego se mantiene. Mal hace el Gobierno en quejarse, porque en vez de haber nombrado una comisión negociadora, lo que hizo fue nombrar a dos personas —muy respetables, como lo son el doctor Diego Molano y el doctor Angelino Garzón— para que solo exploraran la situación. En una de las reuniones, Angelino Garzón dijo incluso que él no era negociador sino simplemente un facilitador. El Gobierno tiene el legítimo derecho de nombrar a quien quiera y considere pertinente, pero que haya negociación, no una conversación que no conduce a ningún terreno seguro. Tiene que haber diálogo social y negociación.
También ha dicho el Gobierno que hay peticiones que son imposibles de cumplir.
Nosotros con mucho gusto nos sentamos, miramos a ver de esos 104 puntos cuáles le corresponden al Ejecutivo, cuáles al Legislativo y cuáles son de otras instancias, pero eso se hace sentados en una mesa de negociación. Nos dicen que hay temas que son imposibles y demás, pero eso lo podemos analizar en el seno de la reunión y no en mensajes cifrados que lo único que van generando es un desasosiego en el conjunto de la sociedad colombiana, que quiere una respuesta. Hay temas claves, como la salud, el empleo, la reforma social agraria, el respeto a los pueblos indígenas, la educación, el del holding financiero, que en medio del paro terminaron aprobándolos en unas condiciones absolutamente inaceptables. A eso hay que sumar los temas que tienen que ver con cómo salimos de la pobreza. Somos uno de los países más desiguales del mundo, tenemos una tasa de desempleo que es absurda. Todo eso es parte de un conglomerado de peticiones que están en los 104 puntos.
¿Qué sectores participarán en el encuentro del 30 de enero?
En ese encuentro trabajaremos todos los sectores en comisiones para entender y recopilar los reclamos. No me explico por qué ese temor reverencial a una negociación. En este país se ha negociado con las organizaciones guerrilleras, con los paramilitares. ¿Por qué no una negociación con las centrales obreras y el Comité Nacional del Paro, que congrega a varias organizaciones?
Después de todo lo que vivió el país en las calles con las movilizaciones el año pasado, ¿qué lectura hacen del papel de la ciudadanía en el paro?
Es indudable el apoyo de la ciudadanía y de los diferentes sectores sociales del país al clamor a instancias de un Comité Nacional del Paro. La respuesta de la gente ha sido impresionante. Pero eso hay que asumirlo con mucha responsabilidad. En esto que nadie se equivoque: el paro no es para derrocar al Gobierno, ni mucho menos. El paro es precisamente para buscar respuestas y soluciones a los problemas que impactan a la clase trabajadora y al conjunto del pueblo colombiano. Lo que buscamos es dejar de tener tanto desempleo, que se respeten los derechos humanos, a los dirigentes sociales, a los dirigentes sindicales, queremos un país donde se respete a todo el mundo.