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Siete meses después de la ruptura del dique en el sector de Cara de Gato (San Jacinto del Cauca, Bolívar) persiste el temor en la subregión de La Mojana ad portas de la primera temporada de lluvias. Líderes de la zona creen que es inevitable una nueva catástrofe.
Un día antes de que el caudal del río Cauca superara el nivel del jarillón y afectara las obras de mitigación que adelantaba la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (Ungrd) el pasado 2 de marzo, el líder ambiental de La Mojana Isidro Álvarez advirtió en El Espectador: “Soy poco optimista ante esta situación. Creo que vamos a tener una nueva emergencia, probablemente de mayores proporciones que la del año pasado”.
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Se refería al rompimiento, en el sector de Cara de Gato (San Jacinto del Cauca), del dique construido para contener las aguas del río Cauca en La Mojana. La tragedia que ocurrió el 27 de agosto de 2021 ha dejado más de 150 mil damnificados, además de generar graves afectaciones sobre zonas agrícolas y ganaderas de la subregión. Tras seis meses de la contingencia y de trabajos para cerrar el boquete, una creciente de 1,9 metros del río Cauca generó una nueva ruptura que, según Gestión del Riesgo, sería de 70 metros, aunque líderes de La Mojana aseveran que el boquete tiene una longitud de casi 400 metros.
De acuerdo con la Ungrd, la primera fase de las obras, que comprendía la reconstrucción de 1.234 metros del dique, había terminado el 1° de marzo y que “el acontecimiento del 2 de marzo lo que ha hecho es atrasar un poco los trabajos programados y superar la cota de inundación”, dijo José Ricaurte, director de la Oficina Asesora para la Gestión del Riesgo de Desastres de Bolívar.
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Aunque los pobladores aseguran que los tres primeros meses del año suelen ser secos, reconocen que 2022 ha sido atípico, pues se han registrado más precipitaciones de las esperadas. Si esto se suma a las fuertes lluvias que viven las regiones del interior del país, se pueden comprender las crecientes súbitas del río Cauca que, a día de hoy, están generando afectaciones en municipios como Majagual, en Sucre.
La Mojana tiene una extensión de 500 mil hectáreas y abarca 11 municipios en los departamentos de Sucre (6), Bolívar (3), Córdoba (1) y Antioquia (1). Allí confluyen los ríos Magdalena, Cauca y San Jorge, tres de los grandes cuerpos de agua del país, una característica que la hace propensa a las inundaciones, que se exacerban con las temporadas de lluvias.
“La situación es crítica. Las aguas del río siguen entrando por Cara de Gato y las fincas continúan inundadas. La época de sequía ya terminó, y lo que uno espera son lluvias en la zona (…) Hacemos un llamado para que se realicen los trabajos correspondientes. Necesitamos empezar de nuevo”, expresó a El Espectador Joeismer Bernal, profesor del corregimiento de Sincelejito, en Majagual (Sucre).
El gobernador de Sucre, Héctor Olimpo Espinosa, explicó que en este momento están operando dos dragas con las que se pretende elaborar un canal en la margen derecha del río, para que se disminuya la velocidad al lado izquierdo por el sector de Cara de Gato. “Nuestra población es resiliente y valerosa, y desde ya se encuentra preparada para las temporadas normales de lluvias que se presentan en el país, pero también ha entendido que debe adaptarse a los eventos inesperados”, indicó, a la vez que destacó la inversión de $2,5 billones anunciada por el presidente Iván Duque en octubre del año pasado.
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En contraposición, Eduardo Arce, líder de Guaranda (Sucre) y director de TV Mojana Noticias, ha sido crítico con las obras que se adelantan en la subregión. “Nunca le han cumplido ni han escuchado a la comunidad. El problema es que el tiempo es el peor enemigo”, manifestó. Arce fue enfático en señalar que los materiales que se han utilizado no son los adecuados y también ha expresado la necesidad de indemnizar a las familias que lo perdieron todo en agosto de 2021. “Soy muy pesimista. He hecho un llamado a que nos preparemos, pero no sé cómo vamos a sobrevivir después de esto. Hoy la gente ya está armando los cambuches en la carretera San Marcos-Majagual”, agregó.
La ruptura del dique está entre San Jacinto del Cauca y Nechí (Antioquia). El agua que entra por allí está afectando el sur de Guaranda y de Majagual; el norte de Nechí, San Marcos (Sucre) y Ayapel (Córdoba), y el oriente de San Benito Abad (Sucre). El caudal del río va a parar al municipio de Sucre que, según Arce, “dentro de unos días va a estar inundado, sobre todo en la cabecera municipal”.
Aunque la Ungrd afirma que se han entregado más de 50 mil ayudas humanitarias, los líderes consultados por El Espectador comentan que “la situación es alarmante. Muchas personas han tenido que desplazarse a otros municipios y lo han perdido todo”, aseguró Arce. “Desde agosto hasta hoy hemos recibido cinco mercados de la Ungrd (…) Hoy hay mucha gente que tiene deudas con los bancos porque nos ha tocado acceder a créditos para seguir con nuestros cultivos de arroz, plátano y aguacate. El problema es que no tenemos cómo reactivar la economía y estamos pasando física hambre”, dijo Bernal.
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Entretanto, los habitantes de La Mojana saben que hasta ahora se está empezando a configurar la temporada de lluvias en el Caribe colombiano. “Cuando empiece el invierno acá, y se junten las dos unidades de agua, la historia va a ser otra. No estamos listos para el momento en el que se llenen los ríos y las ciénagas”, alertó Isidro Álvarez, quien ha controvertido en repetidas ocasiones que la intervención en La Mojana se centre en la construcción de diques y no en la restauración de los ecosistemas y del sistema de canales propio de la subregión.