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Una emergencia sanitaria se vive en Capurganá, Chocó, por cuenta del colapso de las basuras. Entre las calles del municipio se encuentran residuos, que aumentan con la llegada de turistas y que agravan la situación del municipio, que desde hace por lo menos 12 años vio como se convertía el relleno sanitario en un botadero que vive desbordado.
En esta ocasión lo que encendió las alarmas fue la caída de uno de los muros de contención que se construyó para evitar una mala imagen a los turistas, ya que el relleno está a un costado del aeropuerto y camino Reserva Natural El Cielo, así como para controlar los desechos que ya llegan hasta borde de la pared.
“Cada persona que llega al territorio trae basura y nosotros como habitantes también la generamos, pero lo que pasa es que aquí se le cobra a la comunidad una tarifa de aseo relativamente baja, para una población de 5.000 personas, pero al año llegan alrededor de 120.000 turistas que generan, en promedio, 10 toneladas de desechos cada uno”, señala Emigdio Pertuz, integrante del Consejo Comunitario Mayor del Norte (Cocomanorte).
De acuerdo con el líder, uno de los principales problemas es que el municipio pidió hace años uno de los créditos del Plan Carrasquilla, por lo que la mitad de la tarifa se destina a su pago, mientras que lo que queda se invierte en sostener a los empleados del pueblo. De hecho, indica que a Capurganá llegó un camión recolector de basuras que no se ha podido utilizar por falta de recursos.
“Nosotros lo que pedimos son soluciones a largo plazo y para eso proponemos que las lanchas que traen a los turistas, les pidan de vuelta las bolsas plásticas que les dan para que no se mojen sus maletas. Así mismo, que los barcos, que están trayendo comida, saquen por lo menos dos toneladas de basura para el Urabá, ya que se devuelven desocupados, mientras que al Ministerio y a la Corporación Autónoma les pedimos generar recursos para la compra de un área que vale alrededor de $600 millones, donde se puede hacer un nuevo relleno y una planta de reciclaje”, manifestó Pertuz.
Sumado a esto consideran que pedir a los turistas que saquen por lo menos cinco toneladas de basura a la salida del municipio, así como la integración de estrategias para concientizar a la comunidad de la necesidad de reciclar, podría ayudar a mitigar la emergencia que requiere una acción inmediata, dado que en cada temporada turística, el problema ambiental sigue empeorando en la región.
Por ahora, se espera el apoyo de un barco de la armada para sacar parte de los desechos que se encuentran en el basurero a Turbo y Necoclí, para de esta manera habilitar un sector provisional para las basuras, ya que, generalmente, se suelen quemar ante el desborde de los residuos.
De la misma forma, se autorizó el uso de un bulldozer para recoger las basuras que se encuentran entre calles, mientras se espera un pronunciamiento de la alcaldía, la Corporación Autónoma Regional (Codechocó) y la Gobernación, que se encuentran reunidos este martes 11 de enero, con el fin de implementar medidas de emergencia para atender la situación.