Alerta en Tumaco por el incremento de casos de violencia contra la mujer
Tan solo en las últimas tres semanas se presentaron tres feminicidios en Tumaco, según lo señaló la Defensoría del Pueblo.
Hay preocupación en Tumaco por el incremento de los casos de violencia de género. Según la Defensoría del Pueblo, en los últimos días se registraron tres casos de feminicidio en ese municipio nariñense.
El caso más reciente fue el asesinato de Yuliana Estacio Cortes, de 22 años, quien murió ayer, 2 de julio, en el centro médico San Juan de la ciudad de Pasto por consecuencia de las quemaduras en cuatro y quinto grado que presentó en el 80% de su cuerpo ocasionadas por su pareja.
(Lea: “Alarma en Atlántico: van 40 mujeres asesinadas este año”)
La Defensoría también alertó sobre la complicada situación de seguridad que viven las mujeres en el departamento de Nariño, en donde ya se han presentado 30 muertes violentas de mujeres en lo que va del año.
El pasado 19 de julio fue encontrado el cuerpo sin vida de la lideresa María Piedad Aguirre, de 65 años, quien pertenecía a la organización Caminos de Mujer y era defensora de los derechos del pueblo y de las mujeres negras en el Pacífico sur colombiano. Ese caso ya está ante la Fiscalía General de la Nación, en donde se adelanta la investigación.
Adicionalmente, el pasado 31 de julio fue asesinada también María Verónica Pai, perteneciente al resguardo indígena Piguambi Palangala, del pueblo Awá, quien tenía 6 meses de embarazo y era comunera de su resguardo. Con su muerte ya son tres las mujeres que han sido asesinadas en las últimas semanas en Tumaco.
(Lea también: “Más de 120 arrestados por violación masiva de ocho mujeres en Sudáfrica”)
Frente a estos hechos violentos, el defensor del pueblo, Carlos Camargo señaló que: “como sociedad debemos levantar la voz para rechazar cualquier tipo de violencia contra las mujeres”. Así mismo, invitó a las mujeres a denunciar a sus agresores y buscar ayuda en círculos de apoyo para intentar prevenir violencias.
Al respecto, las propuestas que se han hecho desde algunas organizaciones para minimizar la violencia de género responden a políticas que deben solucionar problemas estructurales, pues, cuando una mujer depende económicamente de su agresor es más difícil salir de los círculos de violencia.
Hay preocupación en Tumaco por el incremento de los casos de violencia de género. Según la Defensoría del Pueblo, en los últimos días se registraron tres casos de feminicidio en ese municipio nariñense.
El caso más reciente fue el asesinato de Yuliana Estacio Cortes, de 22 años, quien murió ayer, 2 de julio, en el centro médico San Juan de la ciudad de Pasto por consecuencia de las quemaduras en cuatro y quinto grado que presentó en el 80% de su cuerpo ocasionadas por su pareja.
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La Defensoría también alertó sobre la complicada situación de seguridad que viven las mujeres en el departamento de Nariño, en donde ya se han presentado 30 muertes violentas de mujeres en lo que va del año.
El pasado 19 de julio fue encontrado el cuerpo sin vida de la lideresa María Piedad Aguirre, de 65 años, quien pertenecía a la organización Caminos de Mujer y era defensora de los derechos del pueblo y de las mujeres negras en el Pacífico sur colombiano. Ese caso ya está ante la Fiscalía General de la Nación, en donde se adelanta la investigación.
Adicionalmente, el pasado 31 de julio fue asesinada también María Verónica Pai, perteneciente al resguardo indígena Piguambi Palangala, del pueblo Awá, quien tenía 6 meses de embarazo y era comunera de su resguardo. Con su muerte ya son tres las mujeres que han sido asesinadas en las últimas semanas en Tumaco.
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Frente a estos hechos violentos, el defensor del pueblo, Carlos Camargo señaló que: “como sociedad debemos levantar la voz para rechazar cualquier tipo de violencia contra las mujeres”. Así mismo, invitó a las mujeres a denunciar a sus agresores y buscar ayuda en círculos de apoyo para intentar prevenir violencias.
Al respecto, las propuestas que se han hecho desde algunas organizaciones para minimizar la violencia de género responden a políticas que deben solucionar problemas estructurales, pues, cuando una mujer depende económicamente de su agresor es más difícil salir de los círculos de violencia.