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Una paradógica emergencia se dio en la noche del 24 de diciembre en el municipio de Ocaña, en Norte de Santander. A la línea 123 llegó un requerimiento por cuenta de una mujer embarazada que, en plena Nochebuena, se encontraba en labor de parto, en el barrio Belén.
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Por ello, en principio las autoridades creyeron que se trataba de una broma. “Salió muy de película, muy de novela. Yo les decía que qué escuchaban de fondo. Decían que escuchaban al niño llorando, entonces lo primero que dijimos fue: hay que sacar el bebé”, dijo a Noticias Caracol la teniente coronel Wilder León de la línea de Atención de la línea 123.
Ante la emergencia, al lugar entró una patrullera quien, a pesar de no tener la formación para atender este tipo de casos, recibió la asesoría necesaria de una enfermera que le fue dando las indicaciones por teléfono. “Ella nos indicaba: coja el cordón umbilical, póngaselo en el pecho a la madre y no permita que se contamine”, indicó León.
Sumado a esto, la patrullera señaló que la enfermera le dijo que era importante que la madre no se durmiera, así como fue trascendental para ella cortar el cordón umbilical. “No es una decisión fácil, porque yo no sé de eso”, resaltó al mismo medio la patrullera Yuliana Duarte.
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Luego de que se presentó el parto, los uniformados trasladaron a la mujer y a su bebé a un hospital, donde se revisaron sus condiciones de salud. Al final, una vez se verificó que todo salió bien, la mujer atendida aseguró que llamará a la recién nacida como la patrullera que la ayudó en el parto en la noche de Navidad, Yuliana.