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                                                                                                                                En Puerto Valdivia lloran “la muerte” del río Cauca

                                                                                                                                Los habitantes de este corregimiento de Valdivia, en el norte de Antioquia, aseguran que el río nunca volverá a ser el mismo. Desde ayer son testigos de la agonía del cauce que hasta ahora había sido el sustento de este poblado.

                                                                                                                                Mary Luz Avendaño / ENVIADA ESPECIAL

                                                                                                                                El nivel del río Cauca empezó a descender con el cierre de la segunda compuerta en Hidroituango. EPM estima que el vertimiento hacia el caudal se empezará a normalizar el viernes. / Luis Benavides - El Espectador

                                                                                                                                Apostados a cada lado del puente sobre el río, decenas de personas detienen sus vehículos y se ubican para observar incrédulos el espectáculo. El que hasta hace unos días era uno de los ríos más caudalosos del país hoy parece una simple quebrada. Hasta su coloración cambió: de amarillo fuerte a verde cristalino. Son las más recientes consecuencias de la crisis por la que atraviesa el proyecto hidroeléctrico Ituango, a cargo de Empresas Públicas de Medellín, en el que el pasado martes fue cerrada una segunda compuerta, con el fin de que el agua deje de correr por la casa de máquinas, estructura que nunca estuvo diseñada para soportar tal presión.

                                                                                                                                Al bajar a la orilla, en Puerto Valdivia, la impresión aumenta. Un arrume de arena y rocas se impone sobre el poco flujo de agua y a su alrededor, troncos de árboles que quedaron anclados. El olor a pescado y a muerte reina en el lugar. Tan solo unos pocos pobladores recorren el sitio, todos en silencio, con una mirada de profunda tristeza como si asistieran al funeral de un ser querido.

                                                                                                                                Le puede interesar: Hidroituango: las consecuencias que deja el cierre de la última compuerta

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                                                                                                                                Junto a él camina Albeiro Cárdenas, quien a sus 45 años no sabe hacer otra cosa que pescar. “Esto hay que entregárselo a las manos de Dios, porque ya no es lo mismo. Yo no creo que el río vuelva a ser igual”, comenta mientras señala las huellas dejadas por las aguas al descender de nivel que, según los medidores del IDEAM ubicados en la zona, al mediodía del miércoles había bajado dos metros y 11 centímetros. “Nunca había visto el río así, en mis 45 años es la primera vez. Yo decía que tenía miedo, pero esto es pavoroso, esto no tiene cuadradero. La zozobra de que esa represa se va a venir en cualquier momento y nos va a acabar es muy grande”.

                                                                                                                                En imágenes, le puede interesar: Así está el río Cauca tras el cierre de compuertas de Hidroituango

                                                                                                                                Desde hace veinte días, cuando cerraron la compuerta dos de Hidroituango, el río comenzó a bajar de nivel y a cambiar su coloración, pero desde el martes las imágenes que guardan en su memoria no tienen precedentes. “Nos va tocar irnos, ya mucha gente se ha ido porque aquí ya no hay nada para hacer, tenemos prohibido entrar al río. Entonces ¿de qué vamos a vivir?”, se pregunta Mena.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Las mujeres de Puerto Valdivia lloran su río

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Cuando hablan parecieran estar refiriéndose a un familiar agonizante por el que no pueden hacer nada para salvarlo.

                                                                                                                                El dolor se refleja en sus rostros y las lágrimas que ruedan por sus mejillas se evaporan tan rápido como las aguas del Cauca. Paulina Pérez, de 59 años, dice que lleva toda su vida aquí y le duele ver el estado en el que está el río: “No recuerdo haber visto nunca una playa en la mitad del Cauca. Esto me asusta porque también se ve la unión de la quebrada que desemboca en el río, eso tampoco se había visto. ¡Qué dolor ver que nuestro río se está muriendo!”.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Diana Zapata tiene 34 años de edad, habita el sector de La Platanera, es madre soltera de cuatro niños y siempre ha vivido de la pesca. Con su voz ahogada por el llanto, aseguró que le duele ver que ya “ni siquiera eso voy a poder hacer, ahora estoy viviendo de la caridad de los vecinos. No sé cómo voy a alimentar a mis hijos”.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Cada historia está cargada de una profunda tristeza y desesperanza. En medio del intenso sol los pocos que se atrevieron a ingresar al río trataban de sacar arena, tal vez lo único que aún queda para la venta.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Recorriendo las orillas se observan parejas con chalecos de colores y pequeños baldes en las manos. Son pescadores de la zona contratados por EPM para rescatar a los peces. No hablan, pasan presurosos con la cabeza agachada. Junto a ellos está la Defensa Civil, al mando de Juan Carlos Posada, coordinador operativo en Antioquia. En Puerto Valdivia hay 29 personas y 42 más aguas abajo hasta Nechí. Constantemente recorren el río en pequeñas embarcaciones en busca de los animales. “Ayer rescatamos muchos. Los que encontramos vivos los llevamos de nuevo al agua para que continúen su ciclo, a los muertos les hacemos la disposición final. A las personas les decimos que no consuman estos peces, porque por el calor se descomponen rápidamente y se pueden intoxicar”, explicó Posada.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                El nivel del río Cauca empezó a descender con el cierre de la segunda compuerta en Hidroituango. EPM estima que el vertimiento hacia el caudal se empezará a normalizar el viernes. / Luis Benavides - El Espectador

                                                                                                                                Apostados a cada lado del puente sobre el río, decenas de personas detienen sus vehículos y se ubican para observar incrédulos el espectáculo. El que hasta hace unos días era uno de los ríos más caudalosos del país hoy parece una simple quebrada. Hasta su coloración cambió: de amarillo fuerte a verde cristalino. Son las más recientes consecuencias de la crisis por la que atraviesa el proyecto hidroeléctrico Ituango, a cargo de Empresas Públicas de Medellín, en el que el pasado martes fue cerrada una segunda compuerta, con el fin de que el agua deje de correr por la casa de máquinas, estructura que nunca estuvo diseñada para soportar tal presión.

                                                                                                                                Al bajar a la orilla, en Puerto Valdivia, la impresión aumenta. Un arrume de arena y rocas se impone sobre el poco flujo de agua y a su alrededor, troncos de árboles que quedaron anclados. El olor a pescado y a muerte reina en el lugar. Tan solo unos pocos pobladores recorren el sitio, todos en silencio, con una mirada de profunda tristeza como si asistieran al funeral de un ser querido.

                                                                                                                                Le puede interesar: Hidroituango: las consecuencias que deja el cierre de la última compuerta

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                                                                                                                                Junto a él camina Albeiro Cárdenas, quien a sus 45 años no sabe hacer otra cosa que pescar. “Esto hay que entregárselo a las manos de Dios, porque ya no es lo mismo. Yo no creo que el río vuelva a ser igual”, comenta mientras señala las huellas dejadas por las aguas al descender de nivel que, según los medidores del IDEAM ubicados en la zona, al mediodía del miércoles había bajado dos metros y 11 centímetros. “Nunca había visto el río así, en mis 45 años es la primera vez. Yo decía que tenía miedo, pero esto es pavoroso, esto no tiene cuadradero. La zozobra de que esa represa se va a venir en cualquier momento y nos va a acabar es muy grande”.

                                                                                                                                En imágenes, le puede interesar: Así está el río Cauca tras el cierre de compuertas de Hidroituango

                                                                                                                                Desde hace veinte días, cuando cerraron la compuerta dos de Hidroituango, el río comenzó a bajar de nivel y a cambiar su coloración, pero desde el martes las imágenes que guardan en su memoria no tienen precedentes. “Nos va tocar irnos, ya mucha gente se ha ido porque aquí ya no hay nada para hacer, tenemos prohibido entrar al río. Entonces ¿de qué vamos a vivir?”, se pregunta Mena.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Las mujeres de Puerto Valdivia lloran su río

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                El dolor se refleja en sus rostros y las lágrimas que ruedan por sus mejillas se evaporan tan rápido como las aguas del Cauca. Paulina Pérez, de 59 años, dice que lleva toda su vida aquí y le duele ver el estado en el que está el río: “No recuerdo haber visto nunca una playa en la mitad del Cauca. Esto me asusta porque también se ve la unión de la quebrada que desemboca en el río, eso tampoco se había visto. ¡Qué dolor ver que nuestro río se está muriendo!”.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Diana Zapata tiene 34 años de edad, habita el sector de La Platanera, es madre soltera de cuatro niños y siempre ha vivido de la pesca. Con su voz ahogada por el llanto, aseguró que le duele ver que ya “ni siquiera eso voy a poder hacer, ahora estoy viviendo de la caridad de los vecinos. No sé cómo voy a alimentar a mis hijos”.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Cada historia está cargada de una profunda tristeza y desesperanza. En medio del intenso sol los pocos que se atrevieron a ingresar al río trataban de sacar arena, tal vez lo único que aún queda para la venta.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Con el paso de las horas el nivel del río sigue descendiendo, pero aumenta la incertidumbre de los pobladores. Según EPM, que este miércoles reactivó todos los frentes de trabajo en Hidroituango (salvo en la casa de máquinas), el agua del embalse tardaría tres días en empezar a pasar por el vertedero. Sin embargo, aguas abajo parecen no importar mucho los anuncios de que el fin de semana las aguas volverán a circular por estas tierras, pues no importa si aumenta su cauce, para ellos, aunque vuelva el agua no vuelve la vida, pues el Cauca, dicen, ha muerto.

                                                                                                                                Por Mary Luz Avendaño / ENVIADA ESPECIAL

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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