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“Va para todos los inventores de la paz y del ‘7 y sus alrededores. Solo una muestra de lo que les espera a todos los ‘piratas´. Presente AGC”. Un cartel con esa leyenda amenazante escrita a mano, presuntamente por miembros de las Agc o Clan del Golfo, fue abandonado junto al cuerpo desmembrado de un hombre. La macabra escena se dio hace dos días en inmediaciones de los barrios El Hueso y La Piedra del Diablo, en Segovia (Antioquia), en donde la Fiscalía investiga la autoría de este crimen.
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Este es el episodio más reciente de la demencial violencia que azota a los pobladores de Remedios y Segovia, en el nordeste antioqueño, en donde por lo menos 500 personas se han declarado en emergencia humanitaria bajo la figura de refugiados, por la violencia armada y la ausencia del Estado.
Precisa la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), que la palabra refugio es sinónimo de asilo, de acogida o de amparo, pero también significa lugar adecuado para refugiarse. “A menudo se utiliza para referirse al espacio que servirá de resguardo a quienes huyen de guerras o conflictos armados y necesitan un techo urgente para cobijarse mientras esperan a poder volver a sus hogares.
El Clan del Golfo ejecuta un plan pistola en Antioquia y otras regiones del país, que para las autoridades es un intento desesperado de frenar las actuaciones de la Policía y de la Fuerza Pública en general.
En una reciente entrevista con El Espectador, el comandante de la Policía para el Urabá, coronel Luis Eduardo Soler, aseguró que “en el Clan del Golfo están desesperados”. (...) “En el interior del Clan hay un resquebrajamiento; se ve que ya no tienen el mismo músculo financiero. El enfrentamiento interno es entre los dos miembros más importantes del clan: alias Otoniel y Gavilán. El primero dirige todo lo relacionado con el narcotráfico, mientras que el segundo lidera el brazo militar. Gavilán no sabe cómo la Policía obtiene información tan fácilmente sobre ellos. Gente del Clan nos contó que en esa búsqueda por encontrar los responsables se han dado desavenencias entre los dos líderes y que incluso han matado miembros del Clan. Están desesperados. La gente empezó a confesar ante las autoridades porque le empezaron a deber meses de trabajo dentro del grupo criminal y se cansaron. No tienen el mismo dinero que antes”.
Según la org Análisis Urbano, lo que está ocurriendo en estos territorios es la consumación total de la pérdida de soberanía del Estado sobre la región, y es ese marco que le piden al gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, una respuesta para controlar el accionar violento de los grupos armados al margen de la ley, que tienen atemorizados a los pobladores.
El pasado 26 de julio El Espectador informó sobre el temor expresado por las comunidades del nordeste antioqueño, Bajo Cauca y sur de Bolívar. “Nos encontramos ante una situación de alto riesgo, a causa de los enfrentamientos que vienen ocurriendo entre los diferentes grupos armados legales e ilegales que operan en la región”, señalaron.
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El accionar de los grupos ilegales estaría afectando con mayor intensidad la zona oriental del municipio de Remedios, más precisamente el corregimiento de Carrizal -compuesto por 13 veredas-. También se incluyen veredas del municipio de Segovia, colindantes con estas.
Es por eso que los habitantes de Segovia y Remedios, entre las que se encuentran, hombres, mujeres, niños, niñas y adolescentes; reclaman la urgente atención del Estado, así como garantías de seguridad y de no repetición del conflicto en sus territorios.