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“Esperamos que la justicia proteja al niño Marco Pérez”: Terry Hurtado

La tutela para evitar que el adolescente toree en Cali. / En el marco de la Feria de Cali, los animalistas han estado muy activos en la defensa de los toros y para evitar que los menores de edad participen en las corridas. El diestro francés Sebastián, dispuesto a librar una batalla en la defensa de su profesión.

Ricardo Ávila Palacios
28 de diciembre de 2022 - 02:20 a. m.
 Ayer, en Cali, los animalistas formaron una  cadena humana por la liberación animal.  / Foto: Rodrigo Urrego Bautista
Ayer, en Cali, los animalistas formaron una cadena humana por la liberación animal. / Foto: Rodrigo Urrego Bautista
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Aunque la Corte Constitucional ha manifestado que la tauromaquia representa una manifestación cultural propia de nuestro patrimonio intangible, precisó también que si dicha circunstancia cambia el legislador puede optar por una regulación distinta, incluso negándole al citado espectáculo su condición de expresión artística y cultural del Estado y de quienes la practican.

(Video: Animalistas protestan contra las corridas de toros en Cali)

Por estos días esa parece ser la tendencia mayoritaria de la sociedad colombiana, si nos atenemos a tres episodios recientes: la aprobación en el Senado del proyecto de ley que busca prohibir en Colombia las corridas de toros -y que está pendiente de la luz verde en la Cámara de Representantes-, la tutela para evitar que un adolescente toree este diciembre en Cali y el cordón humano contra la fiesta brava que se efectuó ayer en la capital del Valle del Cauca, en el marco de la Feria de Cali.

Luciendo una camiseta amarilla. que a la altura del pecho tiene la leyenda: “Yo quiero Cali sin toreo”, Jorge Montoya, quien es parte del movimiento animalista, dice que “es un mito urbano decir que ferias sin toros no son ferias, porque algunas universidades han adelantado estudios que demuestran que de cada 100 personas, 94 no quieren la tauromaquia en Colombia”.

El concejal de Cali Terry Hurtado (Alianza Verde), uno de los líderes de la causa animalista en esa ciudad, en charla con este medio, comentó que el cordón humano por la liberación animal es una actividad familiar de solidaridad con los toros y caballos que sufren en el marco de las corridas, y que hace más de 10 años realiza la Federación de Liberación Animal, que forma parte del movimiento animalista del Valle, que también tiene como propósito la abolición de todas las formas de toreo.

“La Corte Constitucional avanzó al señalar que en Colombia solo será permitido el toreo en aquellos sitios donde se haya realizado de manera tradicional y de forma ininterrumpida, como ocurre en Cali, en donde se permite ejercerla durante el mes de diciembre, como ha ocurrido durante cinco décadas”, explica Montoya.

Y añade que en el contexto actual hay un clamor por la protección animal, y “eso es el reflejo de una sociedad con una nueva ética hacia los animales no humanos que está llevando a que la sociedad exija la abolición de las corridas de toros en Colombia”.

Para Hurtado, quien durante la jornada de ayer portó una camiseta con el mensaje “Yo soy antitoreo”, pese a que la Feria de Cali no incluye en su programación oficial la fiesta brava, “desafortunadamente hay una élite del país que se regocija si hay sangre en la arena, sin importarles si es del torero o del toro, pero cada vez ese grupo de personas se reduce más, como lo presenciamos en la corrida del lunes, cuando la plaza estuvo prácticamente vacía”.

(Cali y Manizales realizarán sus tradicionales temporadas taurinas, ¿quiénes van?)

La tutela que busca proteger a los niños

Sobre la acción de tutela interpuesta en Cali para evitar que Marco Pérez, un adolescente de 15 años, toree en la actividad paralela a la Feria de Cali, Hurtado expresó que la pretensión principal es proteger la vida de este menor de edad, que se expondrá a un peligro inminente.

“La pretensión (de la tutela) es, por un lado, impedir que estos niños toreen para protegerles de este peligro inminente que significa el toreo al tomar parte de trabajos como una corrida de toros y esperamos que la justicia proteja al niño Marco Pérez de intervenir en este riesgoso acto”, dice el concejal.

Una segunda petición de la tutela está encaminada a proteger a la niñez que es llevada como espectadora a presenciar las corridas, por significar una forma de violencia psicológica. En ese sentido, el Comité de Derechos del Niño de la ONU le solicitó al Estado colombiano prohibir que la niñez sea llevada a este tipo de eventos, anota Hurtado.

Sobre la demanda, la dirección regional del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) contestó que de ser fallado en contra de Marco Pérez “se puede poner en riesgo del derecho fundamental del niño al libre desarrollo de la personalidad y deber de la familia, la sociedad y el Estado, entidades estas que tienen el deber de garantizárselo”.

Una posición con la que Hurtado discrepa: “Es una posición absurda, porque el primer derecho que se debe proteger es la vida, que en este caso se pone en riesgo. La norma es clara en reglamentar esta actividad en torno a la niñez, porque implica ponerla en riesgo, además los menores de 18 años no tienen permitido trabajar en las corridas de toros por el alto grado de peligro al que se exponen”.

El artículo 117 del Código de Infancia y Adolescencia señala que “ninguna persona menor de 18 años podrá ser empleada o realizar trabajos que impliquen peligro o que sean nocivos para su salud e integridad física o psicológica”, como las actividades que impliquen el contacto directo con animales que generen alto riesgo para la salud y seguridad de los menores de 18 años, y aquellas que tengan relación con el sufrimiento humano o animal, reseña el citado Código.

La defensa de Castella

Toreros como el francés Sebastián Castella están dispuestos a librar una batalla en la defensa de su profesión, atacada por parti dos políticos animalistas que en Colombia están a cuestión de meses de darle la puntilla al toro bravo en el país.

En un artículo que este medio publicó el pasado 20 de diciembre, el diestro galo fue enfático al afirmar que “vuelvo porque soy animalista. Todos los toreros lo somos. Desde niños se nos enseña a respetar al animal. A diario estamos en contacto continuo con el toro, lo vemos nacer, crecer y aprendemos de ellos; conocemos sus instintos, su carácter. Es imposible ser torero sin amar al toro”.

Y habló de volver porque tras más de mil días de retiro de los ruedos, el mejor torero francés de la historia retornará en cuestión de días a la Feria de Manizales después de unas semanas como voluntario en la guerra de Rusia contra Ucrania.

*Con reportería de Rodrigo Urrego Bautista

Ricardo Ávila Palacios

Por Ricardo Ávila Palacios

Periodista bogotano y abogado en uso de buen retiro. Creador de Tip Legal, con la pretensión de difundir pedagogía jurídica como una forma de servicio a la comunidad de lectores de El Espectador. Autor de los libros “Derecho a la información” (2005) y “La fabulosa historia del atletismo colombiano” (2019).@ricardoavilapalaciravila@elespectador.com

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