Estas son las recomendaciones del Ideam ante el aumento de las lluvias en el país
La directora de la entidad, Yolanda González, aseguró que hay una probabilidad del 58% de que las precipitaciones continúen.
La influencia del fenómeno de La Niña sigue generando estragos en casi todo el país. A pesar de que en algunas regiones deberían estar transitando hacia temporadas secas, la variabilidad climática ha llevado a que la ola invernal se extienda y que hasta el momento, de acuerdo con la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), deja hasta el momento cerca de 33 mil las familias —más de 90 mil personas — afectadas por las lluvias.
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Ante esta situación, Yolanda González, directora del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), dijo a El Espectador que se espera que el mes de junio tenga precipitaciones sobre lo normal en gran parte del territorio nacional. Según indicó, Colombia mantiene una probabilidad cercana al 58% de que La Niña se mantenga y que las lluvias continúen.
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De acuerdo con González, el escenario más crítico es el del Pacífico colombiano —en el litoral del Valle del Cauca, Nariño y Cauca—, donde se esperan precipitaciones de hasta un 60% por encima de lo normal. Con respecto a la región Andina, la directora dijo que las lluvias serán de hasta un 40% con respecto a los niveles usuales para esta época del año y pidió precaución en zonas propensas a deslizamientos como el departamento de Antioquia.
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También alertó sobre la influencia que podrían tener las fuertes lluvias de los Llanos Orientales en el centro de país, como Cundinamarca. Por otro lado, en la región Caribe se esperan precipitaciones con volúmenes entre el 20 y 40% sobre los niveles normales y, en el archipiélago de San Andrés, se prevee el inicio de la ola invernal por el paso de los huracanes.
La directora del Ideam dio una serie de recomendaciones para afrontar la temporada de lluvias:
♦ Redoblar el monitoreo de deslizamientos de tierra. Si usted percibe que hay un agrietamiento o detalla algún movimiento en su viviendas, avise al consejo municipal de gestión del riesgo.
♦ En casos de crecientes súbitas, esté muy atento a las comunicaciones de sus vecinos y a las recomendaciones de los consejos municipales. No se vaya al río o a la quebrada si siente que se está viniendo una creciente. Reprograme su viaje si tiene que transitar por allí.
♦ No se suba a los puentes a tomar fotos. Retírese de allí porque en cualquier momento la fuerza del agua puede afectar su infraestructura.
♦ Con las tormentas eléctricas, evite tener electrodomésticos encendidos en el momento de las lluvias. Protéjase de esas cargas eléctricas. Si está en campo evite permanecer húmedo y caminar descalzo.
♦ Revise los planes municipales de gestión del riesgo, informe y ayude a construirlos.
♦ Aproveche estas lluvias para sembrar muchos más árboles y recuperar las márgenes hídricas, que ya no tienen los ecosistemas que nos cuidaban de las crecientes y las inundaciones.
♦ Recupere los suelos y considere adecuaciones de infraestructura. Tenga en cuenta que el manejo integrado del uso del suelo es esencial para afrontar los efectos adversos de la deforestación.
La influencia del fenómeno de La Niña sigue generando estragos en casi todo el país. A pesar de que en algunas regiones deberían estar transitando hacia temporadas secas, la variabilidad climática ha llevado a que la ola invernal se extienda y que hasta el momento, de acuerdo con la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), deja hasta el momento cerca de 33 mil las familias —más de 90 mil personas — afectadas por las lluvias.
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Ante esta situación, Yolanda González, directora del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), dijo a El Espectador que se espera que el mes de junio tenga precipitaciones sobre lo normal en gran parte del territorio nacional. Según indicó, Colombia mantiene una probabilidad cercana al 58% de que La Niña se mantenga y que las lluvias continúen.
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De acuerdo con González, el escenario más crítico es el del Pacífico colombiano —en el litoral del Valle del Cauca, Nariño y Cauca—, donde se esperan precipitaciones de hasta un 60% por encima de lo normal. Con respecto a la región Andina, la directora dijo que las lluvias serán de hasta un 40% con respecto a los niveles usuales para esta época del año y pidió precaución en zonas propensas a deslizamientos como el departamento de Antioquia.
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También alertó sobre la influencia que podrían tener las fuertes lluvias de los Llanos Orientales en el centro de país, como Cundinamarca. Por otro lado, en la región Caribe se esperan precipitaciones con volúmenes entre el 20 y 40% sobre los niveles normales y, en el archipiélago de San Andrés, se prevee el inicio de la ola invernal por el paso de los huracanes.
La directora del Ideam dio una serie de recomendaciones para afrontar la temporada de lluvias:
♦ Redoblar el monitoreo de deslizamientos de tierra. Si usted percibe que hay un agrietamiento o detalla algún movimiento en su viviendas, avise al consejo municipal de gestión del riesgo.
♦ En casos de crecientes súbitas, esté muy atento a las comunicaciones de sus vecinos y a las recomendaciones de los consejos municipales. No se vaya al río o a la quebrada si siente que se está viniendo una creciente. Reprograme su viaje si tiene que transitar por allí.
♦ No se suba a los puentes a tomar fotos. Retírese de allí porque en cualquier momento la fuerza del agua puede afectar su infraestructura.
♦ Con las tormentas eléctricas, evite tener electrodomésticos encendidos en el momento de las lluvias. Protéjase de esas cargas eléctricas. Si está en campo evite permanecer húmedo y caminar descalzo.
♦ Revise los planes municipales de gestión del riesgo, informe y ayude a construirlos.
♦ Aproveche estas lluvias para sembrar muchos más árboles y recuperar las márgenes hídricas, que ya no tienen los ecosistemas que nos cuidaban de las crecientes y las inundaciones.
♦ Recupere los suelos y considere adecuaciones de infraestructura. Tenga en cuenta que el manejo integrado del uso del suelo es esencial para afrontar los efectos adversos de la deforestación.