Estos son los rostros de los mineros que murieron en la tragedia en El Zulia
Los cuerpos fueron entregados conforme fueron encontrados y según las esposas de algunos de los mineros, fue un proceso tortuoso y difícil.
A más de diez días de la explosión de la mina de carbón La Mestiza, en el municipio de El Zulia (Norte de Santander), se completaron las labores de búsqueda de los mineros que habían quedado atrapados en los escombros y que fueron víctimas del estallido y el incendio en la mina, así como de la inhalación del gas metano que se apodero del ambiente el pasado 30 de mayo (2022).
El grupo de Seguridad y Salvamento Minero de la Agencia Nacional de Minería (ANM), con el apoyo de 65 socorredores mineros, encontró la totalidad de los cuerpos de los trabajadores desaparecidos, que también fueron entregados al Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) para hacer el proceso de reconocimiento e indagación sobre las razones de muerte.
La tragedia dejó un saldo de 15 víctimas mortales, luego de que fueran encontrados los 14 mineros que estaban desaparecidos, a los que se suman al trabajador que falleció el mismo día del accidente, tras ser remitido a un centro médico con quemaduras en segundo y tercer grado en el 85% de su cuerpo.
Para el hallazgo de los cuerpos, los rescatistas tuvieron que remover grandes sedimentos de tierra y controlar las altas concentraciones de gas metano que seguían presentes en el ambiente desde la explosión, así como los derrumbes en el interior de la mina, lo que retrasó y dificultó la búsqueda.
Las familias de los 15 mineros afrontan un duro momento por la muerte de sus esposos, padres o hijos; y esperan que las autoridades investiguen para dilucidar responsabilidades en esta tragedia.
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¿Quiénes eran los mineros que fallecieron por el accidente en la mina?
Las 15 víctimas que dejó el desastre en la mina La Mestiza son: Fabio Cáceres García, el trabajador que resulto herido y murió 36 horas después del accidente en un centro médico; Giovanny Celis Arias, Alonso Bastos Bastos, Omar Alirio Arias Arias, Fermín Torres Rincón, Douglas Arley Gaona Gaona, Wilmer Ipuana, Jerson Javier Gelves Coronado, Alexander Estupiñán Rodríguez, Ernesto Ramírez Rolón, Germán Blanco Martínez, Pablo Antonio Gómez Vargas, Víctor Sánchez Arévalo, José Martín García Pérez y Euclides Ibarra Serrano.
Los cuerpos fueron entregados conforme fueron encontrados y según las esposas de algunos de ellos, fue un proceso tortuoso en el que con el paso de los días el reconocimiento se hizo más difícil por las quemaduras y la descomposición de los cuerpos. Según algunas familias, hasta se presentaron confusiones en la identificación.
“A mi marido lo sacaron y se lo entregaron a otra familia por error. A mí no me dejaron pasar a la zona de búsqueda el día que encontraron el cuerpo y quien fue a identificarlo fue su hermano, pero claramente yo conozco mucho mejor a mi esposo”, relata Belén Contreras, esposa de Omar Alirio Arias, de 37 años, una de las 15 víctimas mortales.
La mayoría de las familias ya pudieron hacer las exequias y sepultura de los mineros, a excepción del cuerpo del último trabajador encontrado, que fue sacado hasta la mañana del día de hoy, 9 de junio. Según lo cuenta Belén, a pesar de que durante el proceso de hallazgo la empresa no les dio pronta respuesta ni sus condolencias, sí cubrieron los gastos funerarios.
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De acuerdo con ella, el día del accidente, lunes 30 de mayo, los mineros entraron a trabajar a las ocho de la mañana. Ese día salieron en dirección a la mina desde muy temprano, luego de compartir todo el fin de semana con sus parejas e hijos. Esa sería la última vez que ellas los verían.
“Él llegó a las 7:30 a.m. a la mina, lo sé porque siempre que llegaba allá me llamaba. Nos despedimos, le dije que se cuidara mucho y que lo amaba. Nosotros hablábamos muy seguido y esa fue la última vez que lo escuché”, cuenta Belén mientras su voz se quebranta por el llanto.
Omar Arias, quien llevaba tres años en la mina La Mestiza como cochero, es decir, cargando y transportando el carbón, dejó dos hijos. Desde hacía 15 años se dedicaba a la minería y vivía junto a su familia en el corregimiento Campo Dos, en Tibú, Norte de Santander, a unas dos horas en carro de la mina La Mestiza, por lo que generalmente permanecía en El Zulia y visitaba a su familia los fines de semana o cada quincena.
Todos los mineros que fallecieron durante el accidente eran personas que no superaban los 50 años. La mayoría eran padres cabeza de hogar en medio de un contexto rural y en el que las esposas, más que nada, se dedicaban al cuidado o tenían algún negocio que les dejaba pocas utilidades.
“Él era un hombre muy responsable. Como padre fue el mejor y a sus hijas nunca les faltó nada, a mí tampoco. Los fines de semana estaban dedicados a la familia y a salir a pasear, porque eso le gustaba mucho. Compartíamos mucho en pareja, fuimos felices desde el comienzo hasta el final”, cuenta Elena Cruz, esposa de Ernesto Ramírez, quien tenía 42 años.
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Ernesto trabajaba desde hacía 4 años en la mina La Mestiza, pero por 17 años se dedicó a la minería como picador, es decir, era quien avanzaba en el proceso de explotación minera, desprendiendo el carbón. Junto a su familia vivía en La Fortaleza Anillo Occidental, en Cúcuta, y según su esposa se gastaba aproximadamente una hora en llegar a su lugar de trabajo.
Con la partida de los mineros, las familias se quedaron con el duelo de perder a su ser querido, pero también con hogares para sustentar e hijos por alimentar. Algunos también dejaron compromisos pendientes, como el de Germán Blanco Martínez, la víctima más joven (25 años), quien estaba ad portas de casarse con su novia.
Por el momento, las familias esperan que se avance en la investigación y que las autoridades y la empresa minera Hullas del Zulia Ltda. no olviden a las familias. “Yo me dedico a la venta de helados, como trabajadora ambulante. Mi marido era quien mantenía a nuestros hijos y ahora no sé qué haré para cubrir los gastos”, relató Belén a El Espectador.
A más de diez días de la explosión de la mina de carbón La Mestiza, en el municipio de El Zulia (Norte de Santander), se completaron las labores de búsqueda de los mineros que habían quedado atrapados en los escombros y que fueron víctimas del estallido y el incendio en la mina, así como de la inhalación del gas metano que se apodero del ambiente el pasado 30 de mayo (2022).
El grupo de Seguridad y Salvamento Minero de la Agencia Nacional de Minería (ANM), con el apoyo de 65 socorredores mineros, encontró la totalidad de los cuerpos de los trabajadores desaparecidos, que también fueron entregados al Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) para hacer el proceso de reconocimiento e indagación sobre las razones de muerte.
La tragedia dejó un saldo de 15 víctimas mortales, luego de que fueran encontrados los 14 mineros que estaban desaparecidos, a los que se suman al trabajador que falleció el mismo día del accidente, tras ser remitido a un centro médico con quemaduras en segundo y tercer grado en el 85% de su cuerpo.
Para el hallazgo de los cuerpos, los rescatistas tuvieron que remover grandes sedimentos de tierra y controlar las altas concentraciones de gas metano que seguían presentes en el ambiente desde la explosión, así como los derrumbes en el interior de la mina, lo que retrasó y dificultó la búsqueda.
Las familias de los 15 mineros afrontan un duro momento por la muerte de sus esposos, padres o hijos; y esperan que las autoridades investiguen para dilucidar responsabilidades en esta tragedia.
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¿Quiénes eran los mineros que fallecieron por el accidente en la mina?
Las 15 víctimas que dejó el desastre en la mina La Mestiza son: Fabio Cáceres García, el trabajador que resulto herido y murió 36 horas después del accidente en un centro médico; Giovanny Celis Arias, Alonso Bastos Bastos, Omar Alirio Arias Arias, Fermín Torres Rincón, Douglas Arley Gaona Gaona, Wilmer Ipuana, Jerson Javier Gelves Coronado, Alexander Estupiñán Rodríguez, Ernesto Ramírez Rolón, Germán Blanco Martínez, Pablo Antonio Gómez Vargas, Víctor Sánchez Arévalo, José Martín García Pérez y Euclides Ibarra Serrano.
Los cuerpos fueron entregados conforme fueron encontrados y según las esposas de algunos de ellos, fue un proceso tortuoso en el que con el paso de los días el reconocimiento se hizo más difícil por las quemaduras y la descomposición de los cuerpos. Según algunas familias, hasta se presentaron confusiones en la identificación.
“A mi marido lo sacaron y se lo entregaron a otra familia por error. A mí no me dejaron pasar a la zona de búsqueda el día que encontraron el cuerpo y quien fue a identificarlo fue su hermano, pero claramente yo conozco mucho mejor a mi esposo”, relata Belén Contreras, esposa de Omar Alirio Arias, de 37 años, una de las 15 víctimas mortales.
La mayoría de las familias ya pudieron hacer las exequias y sepultura de los mineros, a excepción del cuerpo del último trabajador encontrado, que fue sacado hasta la mañana del día de hoy, 9 de junio. Según lo cuenta Belén, a pesar de que durante el proceso de hallazgo la empresa no les dio pronta respuesta ni sus condolencias, sí cubrieron los gastos funerarios.
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De acuerdo con ella, el día del accidente, lunes 30 de mayo, los mineros entraron a trabajar a las ocho de la mañana. Ese día salieron en dirección a la mina desde muy temprano, luego de compartir todo el fin de semana con sus parejas e hijos. Esa sería la última vez que ellas los verían.
“Él llegó a las 7:30 a.m. a la mina, lo sé porque siempre que llegaba allá me llamaba. Nos despedimos, le dije que se cuidara mucho y que lo amaba. Nosotros hablábamos muy seguido y esa fue la última vez que lo escuché”, cuenta Belén mientras su voz se quebranta por el llanto.
Omar Arias, quien llevaba tres años en la mina La Mestiza como cochero, es decir, cargando y transportando el carbón, dejó dos hijos. Desde hacía 15 años se dedicaba a la minería y vivía junto a su familia en el corregimiento Campo Dos, en Tibú, Norte de Santander, a unas dos horas en carro de la mina La Mestiza, por lo que generalmente permanecía en El Zulia y visitaba a su familia los fines de semana o cada quincena.
Todos los mineros que fallecieron durante el accidente eran personas que no superaban los 50 años. La mayoría eran padres cabeza de hogar en medio de un contexto rural y en el que las esposas, más que nada, se dedicaban al cuidado o tenían algún negocio que les dejaba pocas utilidades.
“Él era un hombre muy responsable. Como padre fue el mejor y a sus hijas nunca les faltó nada, a mí tampoco. Los fines de semana estaban dedicados a la familia y a salir a pasear, porque eso le gustaba mucho. Compartíamos mucho en pareja, fuimos felices desde el comienzo hasta el final”, cuenta Elena Cruz, esposa de Ernesto Ramírez, quien tenía 42 años.
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Ernesto trabajaba desde hacía 4 años en la mina La Mestiza, pero por 17 años se dedicó a la minería como picador, es decir, era quien avanzaba en el proceso de explotación minera, desprendiendo el carbón. Junto a su familia vivía en La Fortaleza Anillo Occidental, en Cúcuta, y según su esposa se gastaba aproximadamente una hora en llegar a su lugar de trabajo.
Con la partida de los mineros, las familias se quedaron con el duelo de perder a su ser querido, pero también con hogares para sustentar e hijos por alimentar. Algunos también dejaron compromisos pendientes, como el de Germán Blanco Martínez, la víctima más joven (25 años), quien estaba ad portas de casarse con su novia.
Por el momento, las familias esperan que se avance en la investigación y que las autoridades y la empresa minera Hullas del Zulia Ltda. no olviden a las familias. “Yo me dedico a la venta de helados, como trabajadora ambulante. Mi marido era quien mantenía a nuestros hijos y ahora no sé qué haré para cubrir los gastos”, relató Belén a El Espectador.