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Las fuertes precipitaciones que se han presentado en los últimos días en el departamento de Santander siguen generando afectaciones sobre la población. El hecho más reciente ocurrió en el corregimiento Cincelada, del municipio de Coromoro, donde el pasado 9 de febrero se desprendió un alud, que afectó tres viviendas. Aunque la tierra destruyó los muros de las casas, las familias pudieron salir del lugar.
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La segunda contingencia se produjo el mismo día en el municipio de Matanza, donde la fuerza de las lluvias desprendió el terreno que sostenía a una de las sedes del colegio Técnico Agropecuario de la Paz. Los baños y los salones también quedaron completamente descubiertos. De acuerdo con Julissa Salázar, docente de la institución, la construcción ya está deteriorada y está en un proyecto de reubicación, por lo que al menos 90 niños no han podido recibir clases debido a la inestabilidad del terreno.
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Lo anterior se suma a afectaciones en dos colegios más, el pasado 8 de febrero, en el municipio de Floridablanca. Se trata del instituto San Bernardo y el Colegio Sede C del Vicente Azuero, en el sector de Río Frío, a los que asisten cerca de 620 niños y jóvenes. Las lluvias afectaron la vía de acceso al Cerro del Santísimo y la oficina de Tránsito del municipio, por lo que se declararó la calamidad pública para atender la emergencia.
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Según Juan Carlos Hostos, secretario de educación de Floridablanca, este jueves 10 de febrero se evaluará la situación de las sedes educativas para saber si es necesario que los estudiantes reciban clases virtuales hasta que los daños sean reparados.