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En los departamentos de la Orinoquía el manto rojizo del atardecer se funde con el color de las sabanas sembradas de arroz y pastizales para el ganado. Los departamentos que conforman esta región, según cifras del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, comprenden el 30.4% del territorio nacional. Allí se combinan también las áreas destinadas a renglones productivos como la ganadería y los cultivos respetuosos de la frontera agrícola, con las zonas de protección y conservación ambiental.
Los cultivos de plátano, marañón, arroz, maíz, café y yuca son algunos de los más importantes en la actividad agrícola. Por esa razón, los gobernadores de la región encontraron en el agro un punto de articulación para su trabajo conjunto. Comparten proyectos de impacto regional y nacional, así como intereses y propuestas para hacer del campo un filón de la competitividad.
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En Arauca, por ejemplo, uno de los mayores intereses es potenciar el cultivo y transformación del plátano, que les permita mejorar los valores del producto con valor agregado. Octavio Sarmiento, secretario de Desarrollo Agropecuario y Sostenible del departamento, comentó que en el municipio de Tame están construyendo una planta de transformación de plátano.
La obra se encuentra ya en su tercera fase, la cual tendrá un costo de al menos $10.000 millones que se suman a los $20.000 millones invertidos en las primeras dos fases. “Nos complace mucho contribuir al proceso de industrialización al que este gobierno también le apuesta”, dijo el funcionario. El cacao, cultivo que ocupa 21.000 hectáreas en el departamento, es otro de los focos de interés; esperan aumentar en mil hectáreas más los cultivos en el territorio.
El gobernador Renson Jesús Martínez explicó que “el sueño que han tenido los productores en el departamento de Arauca es dar un paso hacia la transformación. Hoy, en el marco de las políticas del Gobierno Nacional, vemos una ventana y una oportunidad para sacar adelante proyectos, sin perder de vista que hay que garantizar la sostenibilidad”.
Además de la planta transformadora de plátano, explicó que hay una planta de transformación de lácteos que también está a poco de terminar su construcción. Ahora el reto del departamento es lograr “una alianza entre los productores de leche, la empresa privada y el apoyo del Estado para demostrar que sí estamos en condiciones de dar el paso de la producción primaria a la transformación de nuestros productos”.
Mientras tanto, en el departamento de Casanare se adelanta el desarrollo de una idea de importancia nacional: la construcción de una planta de producción de urea, con capacidad para generar 500.000 toneladas de abono al año. El proyecto impacta al sector agrícola del país, ayuda a reducir los costos de producción y beneficia el precio de la canasta familiar. Se inició con los estudios de prefactibilidad para el proyecto en 2024 con recursos de la gobernación y el apoyo técnico del Gobierno Nacional.
“Logré la firma de los 32 gobernadores para construir la planta de urea en Casanare. Si logramos montar nuestra planta de fertilizantes, se bajan los costos de producción y nos volvemos un departamento competitivo y podemos desarrollar toda la Orinoquía”, dijo Cesar Ortiz Zorro, gobernador del Casanare. El momento, la inversión del departamento para el desarrollo de los estudios de prefactibilidad es de $600 millones.
Alexi Duarte, secretario de Desarrollo Económico, Agricultura, ganadería y Medio Ambiente del departamento, comentó que este es “un proyecto estratégico para la nación, no solamente para la Orinoquía”. Explicó además que los estudios actuales permitirán definir si condiciones como las reservas de gas del departamento hacen viable la iniciativa, para seguir adelante con su formulación.
A ese proyecto se suma el anuncio reciente de una inversión superior a los $150.000 millones por parte de la nación “para la ampliación de áreas y la construcción de plantas agroindustriales de café, maíz, cacao, ganadería, porcícola y de cereales”, dijo el mandatario en su momento. Un proyecto que no solo aporta a hacer más competitivo el agro, sino también a la generación de empleo en el departamento.
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La apuesta del Guaviare va en línea con las de los departamentos de Arauca y Casanare. Allí, la administración agencia la construcción de una planta de transformación y comercialización de productos agrícolas que permita comprar la producción de los campesinos del departamento, garantizar su precio, transformarlos y venderlos como producto con valor agregado. De esa forma se hace contrapeso a las dificultades de comercialización en el departamento y de salida de los productos a otros sitios por las características de conectividad vial.
Yeison Rojas, gobernador del Guaviare, dijo que lo que quieren es “garantizar esta planta para transformar los productos agrícolas, comercializarlos, lograr la sectorización de la producción y la estabilización de los precios, para que lo que cultiven los campesinos lo vendan y nosotros hagamos el proceso de transformación”. El proyecto tendría un costo de al menos $40.000 millones, de los cuales el 20% lo aportaría el departamento y el 80% restante lo financiaría la nación.
Sobre la importancia de poner la mirada en el agro competitivo e industrializado en el departamento, Juan Carlos Álvarez, secretario de Desarrollo Agropecuario y Medio Ambiente, resaltó que la Orinoquía y Colombia deben poner la mirada sobre el Guaviare como “la zona en la que el país puede expandir su frontera agrícola”.
Mientras tanto en el departamento del Meta el sector ganadero es el fuerte. Así lo señaló Andrés Pardo Romero, Gerente de Desarrollo Agropecuario de la Secretaría de Agricultura del Meta, quien aseguró la Asamblea Departamental ya aprobó la ordenanza mediante la cual se establecen los lineamientos para el desarrollo de la ganadería sostenible en un territorio que tiene “el segundo inventario ganadero más grande del país”.
A eso se suma el desarrollo de las seis subregiones del departamento, especialmente de las dos subregiones de Ariari, que son la despensa del Meta y de gran parte del país, con la intención de desplazar a largo plazo la explotación de petróleo. “La apuesta del Meta como última frontera agrícola es que nosotros invirtamos en el campo, en conectividad, especialmente”, señaló la gobernadora Cortés.
Finalmente, en el departamento del Vichada, administración le está dando una mirada a los cultivos que cada vez toman más fuerza en el mercado nacional e internacional. Entre ellos el del fruto de marañón, que cada vez tiene una participación mayor en los cultivos permanentes de la región. Por ese motivo, el fortalecimiento del sector hace parte del plan departamental de desarrollo, como lo indicó Alcides Aguilera secretario de Agricultura y Desarrollo Económico del departamento.
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Todo esto, con un solo objetivo: “hacer el Vichada visible”, como dijo Alexys Benito Castro, su gobernador. Pero no solo desde el agro, sino también desde el turismo, otro sector al que también le apuestan de forma simultánea pues, “es un renglón supremamente importante para nuestra región, porque el Vichada es uno de los sitios con mayor diversidad ecológica que hay en Colombia”.
Aunque el agro y la infraestructura vial están en el centro de la atención de los cinco mandatarios de la región hay líneas por las que se entreven otros temas de gran importancia para el desarrollo, como la inversión social en el Meta y el turismo en Vichada y Guaviare.
Pero, al final, la meta de trabajo articulado de todos los mandatarios es la misma, como lo expresó la gobernadora Cortés: “estamos trabajando los diez departamentos de la Amazonía y la Orinoquia a ver si jalonamos las inversiones de esa Colombia alejada para sacarla adelante”.
*Este es un contenido desarrollado en el marco de la iniciativa Construyendo Regiones de Progreso, de la Federación Nacional de Departamentos, y apoyado por El Espectador.