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La Gobernación de Santander había convocado para este lunes, 12 de julio, el regreso a clases presenciales en los colegios del departamento. Sin embargo, ante la ocupación de camas UCI –que según el reporte más reciente está en 98,51%– y considerando también el avance del esquema de vacunación del personal docente, directivo docente y administrativo, la Secretaría de Educación de Santander tomó la decisión de aplazar hasta el 26 de julio el regreso a clases presenciales.
En la circular emitida por la dependencia se advierte que las actividades escolares sí iniciarán este lunes, sin embargo los alumnos no asistirán hasta dentro de dos semanas. En los 82 municipios no certificados del departamento los directivos, docentes y administrativos que tengan completo su esquema de vacunación deben asistir a las instalaciones y deberán impartir las clases desde allí.
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La secretaría señaló que estas dos semanas también deben servir para que se realice “la verificación de aforos por aula en cada una de las sedes educativas, la verificación de los protocolos de bioseguridad a seguir y la verificación de las autorizaciones del regreso a las aulas otorgados por los padres de familia”.
La circular también señala que las instituciones educativas que han realizado clases presenciales en los últimos meses y que consideren viable iniciar a partir de este lunes 12 de julio, deberán hacerlo. En el documento, la secretaría advierte que el próximo 21 de julio deberán retornar a la presencialidad los colegios que estén ubicados en municipios donde se el número de casos activos por coronavirus sea menor a cinco.
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Mientras tanto, el Sindicato de los Trabajadores del Sector Educativo de Santander (SES) criticaron la decisión tomada por la Secretaría ya que consideran que las condiciones para el retorno a las aulas aún no están garantizadas. En un comunicado, el SES señala las carencias en materia de infraestructura que existen en varias instituciones educativas como la falta de lavamanos, baterías sanitarias, falta de luz e internet, y señalan que no es claro quién se encargará de verificar que se cumplan con el aforo en las aulas.