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La tragedia del pasado martes en Dosquebrasas (Risaralda), donde 16 personas perdieron la vida y otras 34 quedaron heridas por una avalancha, “no debió ocurrir”, sentenció Julio Cesar Gómez, director Corporación Autónoma Regional de Risaralda (Carder).
En diálogo con El Espectador, el funcionario hizo un llamado perentorio para evitar un nuevo desastre en la zona. “Hay que salvar la gente que queda allá y reubicarla”, comentó, al tiempo que explicó que todo lo que esté al lado del río Otún y cerca de esa ladera norte “va a estar en riesgo permanente por las condiciones geológicas de esa ladera, que es bastante deforme y a la que no se le puede hacer nada y hay que dejarla quieta porque es una ladera muy pendiente, tiene 90 grados y es muy alta, con 600 metros de altura”.
Anotó que se trata de suelos geológicos jóvenes porque son puras cenizas volcánicas y esos suelos están en proceso de consolidación, con una particularidad: las placas tectónicas se mueven constantemente y producen movimientos en masa grandes.
En esas circunstancias Gómez advierte que “insistir en mitigar el riesgo ahí me parece que es un error. Nosotros hemos entregado todos los estudios de patología de suelos, hemos hecho los estudios de dinámica del río, torrencialidad del río y coincidimos con diferentes expertos que la única solución es reubicar a las comunidades”.
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En la zona de peligro inminente en donde puede repetirse la tragedia en cualquier momento, viven aproximadamente 10.000 personas. Son 10.000 vidas que hay que salvar porque desastres como el del martes y tres anteriores les han costado unas 200 vidas a las comunas del río Otún, señala el experto.
“Mi mamá tiene 67 años y siempre ha vivido en el sector de la tragedia. Ella me cuenta que desde que era pequeña ha escuchado que la montaña se venía abajo y así ha ocurrido”, le cuenta a El Espectador Yadira Rangel, quien fue evacuada de su vivienda y está a la espera del apoyo de la Alcaldía de Dosquebradas y de la Gobernación de Risaralda, pues hasta la tarde del jueves no había recibido ayudas, aseguró.
Gómez rememora que a mediados de los años ochenta la Carder reubicó 2.500 viviendas y se crearon 10 barrios, entre ellos el Nuevo Peñol, La Sirena, Mirasol, Pueblo Sol Alto, Pueblo Sal Bajo. “Esa era la función de la CAR, reubicar personas que habitaban zona de riesgo, pero esa competencia la perdió la CAR en 1990 con la ley de reforma urbana y se la entregó a los alcaldes y gobernadores, y la CAR quedó como una instancia reguladora y responsable de determinantes ambientales de riesgo”.
El director de la Carder habla fuerte y no duda en afirmar que “ha habido omisión de seis o siete alcaldes que no han hecho el ejercicio de control que la ley les da”.
Añade que “nosotros en todos los POT tenemos esas zonas de riesgo resaltadas de rojo para anunciar que sin de altísima vulnerabilidad por deslave, por torrencialidad, y ni hablar de un sismo que si ocurre y se viene esa ladera los muertos se contarán por miles debido a la avalancha del río”.
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Y volviendo a la reubicación de las personas se sabe que hay mucha gente no se va porque ese sitio de la columna del río está a tres cuadras de la plaza de Bolívar, por eso quieren una reubicación en el centro de Pereira “y esa ciudad ya no tiene suelo para reubicar a esas personas. Hoy el plan parcial de Pereira no tiene un metro cuadrado para hacer vivienda de interés social”, precisa Gómez.
Y otro problema: hay cerca de 30.000 personas metidas en las cañadas. “Le dije al alcalde que estoy dispuesto a abrir el POT y abrir el perímetro sanitario porque la situación es calamitosa teniendo en cuenta que por las laderas de Pereira estamos invadidos por las diásporas que se vienen generando por el conflicto armado, así como venezolanos, haitinanos y africanos que llegan por la cercanía del Chocó; y esa gente termina en las cañadas, en las quebradas, en los puentes haciendo invasiones muy grandes en Pereira”.
Al final reconoce que la reubicación durará muchos años. “Es que nos cogió la noche, y haciéndola rápido no durará menos de un año modificar el POT porque toca ir al Concejo a convencer a los concejales y ese es un proceso dilatado…”.