Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
En el departamento de Córdoba persisten las vulneraciones a los derechos a la educación y la salud de los niños, niñas y adolescentes. En Lorica, la institución educativa en la que reciben clase los niños de primaria se encuentra inundada.
Adicionalmente, también han presentado afectaciones los campesinos dedicados a la ganadería y a la agricultura, a quienes se les han inundado las zonas para el desarrollo de su actividad agropecuaria.
(Lea: “Han aumentado los niveles de mercurio en el río Suratá, en Santander”)
Respecto a las escuelas, según lo reportó la Defensoría del Pueblo, se pudo evidenciar que diferentes instituciones educativas están afectadas por las inundaciones, por lo que se hizo un llamado a las autoridades para atender la situación.
En Córdoba, las inundaciones se deben al desbordamiento del Río Sinú, que afecta especialmente a las zonas rurales y a las comunidades rivereñas. Se estima que en los municipios de Córdoba el número de afectados de la ola invernal supera las 30.000 personas, pertenecientes a unas 11.000 familias, según la Defensoría.
“Hacemos un llamado urgente para que, en el marco del principio de colaboración armónica entre las instituciones, se puedan tomar las acciones necesarias para mitigar los efectos de las inundaciones sobre las comunidades”, dijo el defensor del Pueblo, Carlos Camargo.
(Lea también: “Hombre estaría usando escuela de fútbol en Cali para abusar sexualmente a menores”)
La situación cada vez es más preocupante pues 28 de sus 30 municipios se encuentran declarados en calamidad pública y según declaraciones no se han tomado las medidas necesarias para mitigar el riesgo.
Por ejemplo, en municipios como San Bernardo del Viento hay advertencias de puntos críticos, tal como el corregimiento de Isla del Queso, en donde se presentan inundaciones, manteniendo a la comunidad incomunicada.
Situación similar viven los habitantes del municipio de Chimá, debido a la falta de mantenimiento del jarillón que contiene las aguas de la Ciénaga Grande del Bajo Sinú, que tienen afectadas a las comunidades indígenas del pueblo Zenú que allí reside.