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El Consejo Noruego para los Refugiados alertó este lunes que la asistencia humanitaria distribuida en Juradó (Chocó) sigue siendo insuficiente para aliviar el sufrimiento de los 1.500 indígenas que fueron desplazados por combates entre grupos armados.
La entidad humanitaria explicó que han pasado 30 días desde que comenzó la crisis humanitaria y en el albergue todavía no han llegado colchonetas o cobijas para toda la comunidad. Tampoco hay elementos para el aseo personal, medicamentos o suficiente atención médica para tratar enfermedades, lo que significa que las personas a menudo sólo reciben alivio parcial.
Hay personas desplazadas con diarreas agudas, enfermedades respiratorias y gastrointestinales, visibles afecciones en la piel y hay reportes de entidades del gobierno de casos de desnutrición.
“No estamos ante una situación desatendida, pero estamos luchando para traer los recursos necesarios para ayudar a los cientos de miles de personas desplazadas y extremadamente vulnerables en áreas dispersas y remotas del país. Con otras crisis humanitarias que dominan los titulares, temo que la situación en Colombia se convierta en una crisis olvidada”, dijo Ariel Rivera Solari, director encargado del Consejo Noruego para Refugiados.
Sin suficiente agua potable para beber, cocinar y para la higiene personal, es difícil mantener una buena salud y combatir las enfermedades.
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“Si no actuamos ya, si persistimos en atender parcialmente los derechos de los colombianos más vulnerables y negar su sufrimiento ante nuestros ojos, la pesadilla será compartida por todos. No se podrá buscar la paz en medio de la angustia de quienes nos rodean. Es urgente priorizar la atención de la población desplazada”, dijo Solari.
El 22 y 23 de abril grupos armados ilegales llegaron a una de las comunidades, pasaron la noche en el territorio de la población civil, tomaron sus animales, alimentos e intimidaron a la comunidad. El 24 de abril comenzaron los enfrentamientos entre grupos armados y la población quedó en medio del fuego cruzado. El 26 de ese mes la comunidad se vio obligada a desplazarse hacia la cabecera municipal en busca de seguridad.
La situación fue alertada por la Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC, que señaló que cientos de indígenas pertenecientes a los pueblos Bongo, Pichindé, Eyasake, Cedral, Victoria y Punto Caimito fueron desplazados por el recrudecimiento de combates entre la guerrilla del Eln y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia. A través de un comunicado, las autoridades territoriales aseguraron que otras comunidades como Buena Vista, Santa Teresita y Jumara Karrá quedaron atrapadas en medio de los combates.