La campaña contra la Comunidad de Paz de San José de Apartadó
Los habitantes de este territorio advierten de un plan, en el que integrantes del Clan del Golfo estarían buscando presentar pruebas falsas ante la Fiscalía para acusarlos de vínculos con la extinta guerrilla de las Farc.
César Giraldo Zuluaga
A mediados de septiembre, la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, ubicada en Antioquia, denunció las estrategias que estarían implementando miembros del Clan del Golfo, así como un contratista de la Alcaldía de Apartadó, en el marco de un plan que se denominaría “No Más Comunidad de Paz” y que tendría como objetivo realizar montajes judiciales contra los principales líderes de esta comunidad, además de acabarla por completo.
De acuerdo con los habitantes de esta comunidad, constituida en marzo de 1997 ante la crítica situación humanitaria que se vivía en la época por cuenta del conflicto armado que azotaba la zona del Eje Bananero, un contratista de la Alcaldía de Apartadó, en colaboración con estructuras del Clan del Golfo y ante la inacción de la Brigada XVII que patrulla en la zona, estarían convocando a reuniones con distintas juntas de acción comunal de la región para convencerlos de acabar con la Comunidad de Paz.
En dichas reuniones, señalan los pobladores, se le estaría pidiendo a la gente firmar un documento en el que se comprometen a acusar ante la Fiscalía a distintos miembros de la Comunidad de Paz por presuntos nexos con la extinta guerrilla de las Farc. Mientras tanto, a quienes no han accedido a estas pretensiones los hostigan por medio de llamadas telefónicas. Las estructuras ilegales también estarían comprando tierras cercanas a la Comunidad y realizando patrullaje sin “ser molestados por nadie”.
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“Según se está notando en el ambiente, en la zona algo se está planeando muy fuerte en contra de nuestra Comunidad de Paz, lo cual nos llena de preocupación, pues percibimos muchos malestares e informaciones de muchos pobladores que comentan cómo se está convocando a toda la población de nuestro entorno para que ayude a este ente exterminador a destruir nuestro proceso de vida”, indican los pobladores del espacio.
El nuevo intento por acabar con el espacio de paz es parte de una estrategia que, según advierte Javier Giraldo, sacerdote jesuita e investigador social que ha acompañado desde hace varios años a la Comunidad de Paz, viene incluso desde el mismo momento en el que se constituyó. De estos esfuerzos han sido parte activa los militares de la Brigada XVII, los paramilitares, las empresas con intereses en el territorio y la extinta guerrilla de las Farc, como lo cuenta Giraldo en el libro En las entrañas del genocidio, donde explica las siete estrategias que han sido utilizadas en estos casi 25 años. Estas pasan por las masacres y los homicidios selectivos, la degradación mediática, la estigmatización ideológica, la exclusión social, así como los montajes judiciales, el robo de alimentos, entre otros.
En diciembre de 2020, la Defensoría del Pueblo emitió una alerta temprana sobre los habitantes y líderes de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó por el peligro que representaban la expansión y consolidación de la estructura Carlos Vásquez del Clan del Golfo. Según la entidad, se trata de una estructura criminal que “realiza un riguroso control territorial y social que repercute, hoy en día, en conductas vulneratorias de los derechos humanos, como: desplazamiento forzado, confinamiento, restricciones a la movilidad, reclutamiento y utilización de niños, niñas y adolescentes, amenazas, despojo de tierras, enfrentamientos con interposición de población civil, homicidios selectivos, extorsiones y cobros ilegales por la venta de los cultivos de pancoger o animales de levante”. La Defensoría también advirtió que el Clan del Golfo estaba infiltrando los espacios y procesos de toma de decisión comunitarios, lo que generaría “desarticulación de los procesos asociativos y de resistencia civil creados como estrategia de supervivencia y autogestión ante escenarios generalizados de violencia”.
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El Espectador habló con el padre Giraldo sobre la situación actual de la Comunidad de Paz, las denuncias más recientes y los intereses tras el exterminio de ese espacio, que entre 1997 y 2018 ha sido testigo del asesinato de 138 miembros de la Comunidad.
¿Cuál es la situación de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó?
Con la desmovilización de las Farc, el paramilitarismo fue tomando el control de todo este territorio. Pero hay que recordar que el perseguidor central de la Comunidad había sido la Brigada XVII. Entonces ahora hay otro tipo de relación entre el paramilitarismo y esta brigada, que es de mucha tolerancia, en el sentido de que hay una coordinación tan bien pensada, tan astuta. Por ejemplo, cuando los paramilitares convocan a una asamblea en una vereda, previamente la brigada envía sus tropas lejos, para que cuando la Comunidad denuncie que hubo una asamblea del paramilitarismo y que hablaron en contra de la comunidad, siempre el Ejército le responde a la Corte IDH: “Nosotros estábamos a diez kilómetros de distancia cuando sucedieron los hechos”. Hay que resaltar que esta Comunidad tiene medidas provisionales ante esta Corte y periódicamente se hacen audiencias donde participan los militares. Fuera de esa coordinación astuta con los paramilitares, los militares sí han hecho un trabajo muy de fondo con las juntas comunales, tratando de ponerlas contra la Comunidad de Paz, tratando de convencerlas de que la Comunidad está contra el progreso, contra el desarrollo.
Actualmente la Comunidad denuncia a un contratista de la Alcaldía de Apartadó de estar liderando un plan denominado “No Más Comunidad de Paz”, ¿qué sabe usted de esa denuncia?
Se trata de una persona que ha trabajado mucho con la Alcaldía, ha sido enemigo de la Comunidad desde hace mucho tiempo. También es muy cercano a la Brigada XVII y trabaja con ellos. Creo que él es la punta de lanza en este momento para poner a las juntas comunales contra la Comunidad, pero detrás están los militares y está la Alcaldía, que es paramilitar desde hace mucho tiempo.
¿Por qué, luego de casi 25 años de estar constituida, se mantienen los esfuerzos por acabar con este espacio?
Mi hipótesis es que a la Comunidad la empezaron a perseguir porque no la pudieron cooptar para que ingresara el paramilitarismo. El paramilitarismo dominaba en ese momento, junto a la Brigada XVII, ese corredor que es muy importante porque va desde el Nudo de Paramillo hasta el golfo de Urabá. Entonces, como no la pudieron cooptar para que funcionara al lado del paramilitarismo, esa es la razón para que traten de exterminarla y borrarla del mapa.
A mediados de septiembre, la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, ubicada en Antioquia, denunció las estrategias que estarían implementando miembros del Clan del Golfo, así como un contratista de la Alcaldía de Apartadó, en el marco de un plan que se denominaría “No Más Comunidad de Paz” y que tendría como objetivo realizar montajes judiciales contra los principales líderes de esta comunidad, además de acabarla por completo.
De acuerdo con los habitantes de esta comunidad, constituida en marzo de 1997 ante la crítica situación humanitaria que se vivía en la época por cuenta del conflicto armado que azotaba la zona del Eje Bananero, un contratista de la Alcaldía de Apartadó, en colaboración con estructuras del Clan del Golfo y ante la inacción de la Brigada XVII que patrulla en la zona, estarían convocando a reuniones con distintas juntas de acción comunal de la región para convencerlos de acabar con la Comunidad de Paz.
En dichas reuniones, señalan los pobladores, se le estaría pidiendo a la gente firmar un documento en el que se comprometen a acusar ante la Fiscalía a distintos miembros de la Comunidad de Paz por presuntos nexos con la extinta guerrilla de las Farc. Mientras tanto, a quienes no han accedido a estas pretensiones los hostigan por medio de llamadas telefónicas. Las estructuras ilegales también estarían comprando tierras cercanas a la Comunidad y realizando patrullaje sin “ser molestados por nadie”.
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“Según se está notando en el ambiente, en la zona algo se está planeando muy fuerte en contra de nuestra Comunidad de Paz, lo cual nos llena de preocupación, pues percibimos muchos malestares e informaciones de muchos pobladores que comentan cómo se está convocando a toda la población de nuestro entorno para que ayude a este ente exterminador a destruir nuestro proceso de vida”, indican los pobladores del espacio.
El nuevo intento por acabar con el espacio de paz es parte de una estrategia que, según advierte Javier Giraldo, sacerdote jesuita e investigador social que ha acompañado desde hace varios años a la Comunidad de Paz, viene incluso desde el mismo momento en el que se constituyó. De estos esfuerzos han sido parte activa los militares de la Brigada XVII, los paramilitares, las empresas con intereses en el territorio y la extinta guerrilla de las Farc, como lo cuenta Giraldo en el libro En las entrañas del genocidio, donde explica las siete estrategias que han sido utilizadas en estos casi 25 años. Estas pasan por las masacres y los homicidios selectivos, la degradación mediática, la estigmatización ideológica, la exclusión social, así como los montajes judiciales, el robo de alimentos, entre otros.
En diciembre de 2020, la Defensoría del Pueblo emitió una alerta temprana sobre los habitantes y líderes de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó por el peligro que representaban la expansión y consolidación de la estructura Carlos Vásquez del Clan del Golfo. Según la entidad, se trata de una estructura criminal que “realiza un riguroso control territorial y social que repercute, hoy en día, en conductas vulneratorias de los derechos humanos, como: desplazamiento forzado, confinamiento, restricciones a la movilidad, reclutamiento y utilización de niños, niñas y adolescentes, amenazas, despojo de tierras, enfrentamientos con interposición de población civil, homicidios selectivos, extorsiones y cobros ilegales por la venta de los cultivos de pancoger o animales de levante”. La Defensoría también advirtió que el Clan del Golfo estaba infiltrando los espacios y procesos de toma de decisión comunitarios, lo que generaría “desarticulación de los procesos asociativos y de resistencia civil creados como estrategia de supervivencia y autogestión ante escenarios generalizados de violencia”.
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¿Cuál es la situación de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó?
Con la desmovilización de las Farc, el paramilitarismo fue tomando el control de todo este territorio. Pero hay que recordar que el perseguidor central de la Comunidad había sido la Brigada XVII. Entonces ahora hay otro tipo de relación entre el paramilitarismo y esta brigada, que es de mucha tolerancia, en el sentido de que hay una coordinación tan bien pensada, tan astuta. Por ejemplo, cuando los paramilitares convocan a una asamblea en una vereda, previamente la brigada envía sus tropas lejos, para que cuando la Comunidad denuncie que hubo una asamblea del paramilitarismo y que hablaron en contra de la comunidad, siempre el Ejército le responde a la Corte IDH: “Nosotros estábamos a diez kilómetros de distancia cuando sucedieron los hechos”. Hay que resaltar que esta Comunidad tiene medidas provisionales ante esta Corte y periódicamente se hacen audiencias donde participan los militares. Fuera de esa coordinación astuta con los paramilitares, los militares sí han hecho un trabajo muy de fondo con las juntas comunales, tratando de ponerlas contra la Comunidad de Paz, tratando de convencerlas de que la Comunidad está contra el progreso, contra el desarrollo.
Actualmente la Comunidad denuncia a un contratista de la Alcaldía de Apartadó de estar liderando un plan denominado “No Más Comunidad de Paz”, ¿qué sabe usted de esa denuncia?
Se trata de una persona que ha trabajado mucho con la Alcaldía, ha sido enemigo de la Comunidad desde hace mucho tiempo. También es muy cercano a la Brigada XVII y trabaja con ellos. Creo que él es la punta de lanza en este momento para poner a las juntas comunales contra la Comunidad, pero detrás están los militares y está la Alcaldía, que es paramilitar desde hace mucho tiempo.
¿Por qué, luego de casi 25 años de estar constituida, se mantienen los esfuerzos por acabar con este espacio?
Mi hipótesis es que a la Comunidad la empezaron a perseguir porque no la pudieron cooptar para que ingresara el paramilitarismo. El paramilitarismo dominaba en ese momento, junto a la Brigada XVII, ese corredor que es muy importante porque va desde el Nudo de Paramillo hasta el golfo de Urabá. Entonces, como no la pudieron cooptar para que funcionara al lado del paramilitarismo, esa es la razón para que traten de exterminarla y borrarla del mapa.