La disputa por el paraíso de Almaguer (Cauca)
Este municipio del sur del Cauca ha sufrido el desplazamiento de 277 personas tras una escalada de enfrentamientos armados entre el frente Carlos Patiño de las disidencias de las Farc y guerrilleros del Eln, por el control de la economía ilegal. El alcalde, Inty Wainy Chikangana, dice que es importante que el gobierno Petro consolide los diálogos con el Eln.
Luisa Fernanda Orozco
Disparos repetidos en una calle vacía, luego sonidos de explosiones que caen en la tierra, y ráfagas de disparos una vez más. Así son los rastros y evidencias que dejan las grabaciones de los habitantes de Almaguer, en el sur del Cauca, de la escalada de violencia que su municipio vive desde el 11 de agosto. Los enfrentamientos entre el Eln y el frente Carlos Patiño de las disidencias de las Farc se han intensificado y esta semana desencadenaron el desplazamiento forzado de 277 personas de sus hogares.
En conversación con El Espectador, el alcalde de Almaguer, Inty Wainy Chikanqana, dijo que en un principio eran 243 desplazados de los corregimientos de La Herradura y Tarabita. Después se conoció que más de 30 personas del corregimiento El Tablón también tuvieron que abandonar sus viviendas por temor.
Dos días después de que comenzara el enfrentamiento, o sea el 13 de agosto, la Fuerza Pública llegó al municipio: sus pobladores escucharon el sonido de helicópteros y aviones que bombardearon varias zonas de Almaguer. Si bien el alcalde Chikangana afirma que esa intervención fue positiva porque aumentó la presencia institucional, la Red por la Vida declaró mediante un comunicado que la llegada de los uniformados ocasionó una escalada de “violencia sin precedente alguno sobre la población campesina que constituye violaciones directas a los derechos humanos y al Derecho Internacional Humanitario (DIH)”.
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Lo cierto es que una joven campesina de 18 años recibió el impacto de un proyectil en sus piernas. Ella se estaba escondiendo junto a su madre en una casa de la vereda Higuerillos, del corregimiento La Herradura, cuando recibió el disparo y tuvo que trasladarse a un centro de salud para recibir atención médica.
Las clases también fueron suspendidas en los centros educativos “al no contar con garantías para el desarrollo de las jornadas escolares y el temor a posibles situaciones de reclutamiento forzado”, dijo la Red por la Vida.
Respecto a las personas desplazadas, Chikangana dice que algunas se han movilizado desde sus corregimientos hasta la cabecera municipal de Almaguer. “En coordinación con la administración municipal, la Defensa Civil y bomberos les estamos dando la atención necesaria”, afirma el mandatario.
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¿Qué hace importante a Almaguer?
Almaguer es un municipio ubicado en el sur del Cauca. Tiene siete corregimientos y 62 veredas, donde también hay presencia de resguardos indígenas. Sus zonas rurales y urbanas están enclavadas en el Macizo Colombiano, una extensión de tierra caracterizada por su variedad de afluentes de agua dulce. La Unesco lo identifica con el nombre de Reserva de la Biósfera, principal región que permite el “desarrollo económico y social”.
El Macizo se extiende sobre los departamentos del Huila, Nariño y Cauca, donde nacen cinco de los ríos más importantes que irrigan gran parte del territorio colombiano: el Cauca, el Magdalena, el Patía, el Putumayo y el Caquetá.
Dado que es considerado territorio ancestral sagrado, en las diferentes zonas del Macizo Colombiano habitan los grupos indígenas yanaconas, coconucos, paeces, kamëntzá e ingas.
Por esta riqueza en la que Almaguer está inmerso, el alcalde Chikangana y otras organizaciones defensoras de los derechos humanos afirman que el municipio es clave para la disputa de control territorial entre actores armados que hoy sostienen enfrentamientos: las disidencias de las Farc y el Eln. El motivo sería el control de las economías ilícitas que crecieron en Almaguer después de la pandemia, como el cultivo de coca en las zonas de clima caliente.
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Además, Almaguer es un corredor importante por las vías secundarias y terciarias que lo comunican con otros territorios como los municipios de Bolívar, La Vega, San Sebastián, Santa Rosa, Patía y Sucre del Cauca.
Siete días después de que comenzaran los enfrentamientos, los actores armados ilegales aún permanecen en el territorio, aunque ya no cruzan fuego con sus contrapartes como cuando comenzó la ola violenta. “Es una disputa territorial. Hay que tener en cuenta que las Farc en su momento ya hicieron un acuerdo de paz, y está la propuesta de que el Eln también. Ese acuerdo de paz nos va a beneficiar a las comunidades que estamos ubicadas en el Macizo Colombiano, porque la inversión aquí es muy poca. Para los municipios que no estamos dentro de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) es muy difícil”, dice el alcalde de Almaguer.
Por ahora, se espera que la Gobernación del Cauca haga presencia en el municipio, mientras las ayudas continúan llegando desde varios sectores. “Los habitantes de Popayán nos han brindado kits de alimentación y aseo para las personas desplazadas en la cabecera; la Fundación Tierra de Paz también nos dio 200 kits de alimento y la Unidad de Víctimas está próxima a hacer presencia en el territorio para entregarnos más kits de aseo, colchonetas, carpas para acampar y logística para atender a la población”, dice Chikangana.
La preocupación por lo que está ocurriendo en Almaguer ha escalado hasta Human Rights Watch, organización internacional que se pronunció al respecto e hizo un balance de la problemática: según sus datos, son más de 600 personas las que se han visto obligadas a dejar sus hogares y otras 2.000 permanecen confinadas como consecuencia del conflicto.
Disparos repetidos en una calle vacía, luego sonidos de explosiones que caen en la tierra, y ráfagas de disparos una vez más. Así son los rastros y evidencias que dejan las grabaciones de los habitantes de Almaguer, en el sur del Cauca, de la escalada de violencia que su municipio vive desde el 11 de agosto. Los enfrentamientos entre el Eln y el frente Carlos Patiño de las disidencias de las Farc se han intensificado y esta semana desencadenaron el desplazamiento forzado de 277 personas de sus hogares.
En conversación con El Espectador, el alcalde de Almaguer, Inty Wainy Chikanqana, dijo que en un principio eran 243 desplazados de los corregimientos de La Herradura y Tarabita. Después se conoció que más de 30 personas del corregimiento El Tablón también tuvieron que abandonar sus viviendas por temor.
Dos días después de que comenzara el enfrentamiento, o sea el 13 de agosto, la Fuerza Pública llegó al municipio: sus pobladores escucharon el sonido de helicópteros y aviones que bombardearon varias zonas de Almaguer. Si bien el alcalde Chikangana afirma que esa intervención fue positiva porque aumentó la presencia institucional, la Red por la Vida declaró mediante un comunicado que la llegada de los uniformados ocasionó una escalada de “violencia sin precedente alguno sobre la población campesina que constituye violaciones directas a los derechos humanos y al Derecho Internacional Humanitario (DIH)”.
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Lo cierto es que una joven campesina de 18 años recibió el impacto de un proyectil en sus piernas. Ella se estaba escondiendo junto a su madre en una casa de la vereda Higuerillos, del corregimiento La Herradura, cuando recibió el disparo y tuvo que trasladarse a un centro de salud para recibir atención médica.
Las clases también fueron suspendidas en los centros educativos “al no contar con garantías para el desarrollo de las jornadas escolares y el temor a posibles situaciones de reclutamiento forzado”, dijo la Red por la Vida.
Respecto a las personas desplazadas, Chikangana dice que algunas se han movilizado desde sus corregimientos hasta la cabecera municipal de Almaguer. “En coordinación con la administración municipal, la Defensa Civil y bomberos les estamos dando la atención necesaria”, afirma el mandatario.
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¿Qué hace importante a Almaguer?
Almaguer es un municipio ubicado en el sur del Cauca. Tiene siete corregimientos y 62 veredas, donde también hay presencia de resguardos indígenas. Sus zonas rurales y urbanas están enclavadas en el Macizo Colombiano, una extensión de tierra caracterizada por su variedad de afluentes de agua dulce. La Unesco lo identifica con el nombre de Reserva de la Biósfera, principal región que permite el “desarrollo económico y social”.
El Macizo se extiende sobre los departamentos del Huila, Nariño y Cauca, donde nacen cinco de los ríos más importantes que irrigan gran parte del territorio colombiano: el Cauca, el Magdalena, el Patía, el Putumayo y el Caquetá.
Dado que es considerado territorio ancestral sagrado, en las diferentes zonas del Macizo Colombiano habitan los grupos indígenas yanaconas, coconucos, paeces, kamëntzá e ingas.
Por esta riqueza en la que Almaguer está inmerso, el alcalde Chikangana y otras organizaciones defensoras de los derechos humanos afirman que el municipio es clave para la disputa de control territorial entre actores armados que hoy sostienen enfrentamientos: las disidencias de las Farc y el Eln. El motivo sería el control de las economías ilícitas que crecieron en Almaguer después de la pandemia, como el cultivo de coca en las zonas de clima caliente.
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Además, Almaguer es un corredor importante por las vías secundarias y terciarias que lo comunican con otros territorios como los municipios de Bolívar, La Vega, San Sebastián, Santa Rosa, Patía y Sucre del Cauca.
Siete días después de que comenzaran los enfrentamientos, los actores armados ilegales aún permanecen en el territorio, aunque ya no cruzan fuego con sus contrapartes como cuando comenzó la ola violenta. “Es una disputa territorial. Hay que tener en cuenta que las Farc en su momento ya hicieron un acuerdo de paz, y está la propuesta de que el Eln también. Ese acuerdo de paz nos va a beneficiar a las comunidades que estamos ubicadas en el Macizo Colombiano, porque la inversión aquí es muy poca. Para los municipios que no estamos dentro de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) es muy difícil”, dice el alcalde de Almaguer.
Por ahora, se espera que la Gobernación del Cauca haga presencia en el municipio, mientras las ayudas continúan llegando desde varios sectores. “Los habitantes de Popayán nos han brindado kits de alimentación y aseo para las personas desplazadas en la cabecera; la Fundación Tierra de Paz también nos dio 200 kits de alimento y la Unidad de Víctimas está próxima a hacer presencia en el territorio para entregarnos más kits de aseo, colchonetas, carpas para acampar y logística para atender a la población”, dice Chikangana.
La preocupación por lo que está ocurriendo en Almaguer ha escalado hasta Human Rights Watch, organización internacional que se pronunció al respecto e hizo un balance de la problemática: según sus datos, son más de 600 personas las que se han visto obligadas a dejar sus hogares y otras 2.000 permanecen confinadas como consecuencia del conflicto.