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Mercedes Tunubalá, conocida como “Mamá Mercedes”, es alcaldesa de Silva, Cauca, un municipio donde el 80 % de la población es indígena. Fue la primera mujer Misak en llegar a una alcaldía en el país y una de las primeras indígenas.
Tunubalá habló sobre la polémica que se desató tras el derribamiento de la estatua del colonizador Sebastián de Belalcázar, ubicada en El Morro, de Popayán. Sucedió el 16 de septiembre cuando en un acto simbólico los Misak lo culparon de genocidio, despojo y acaparamiento de tierras.
El alcalde de Popayán, Juan Carlos López Castrillón, repudió el acto y expresó que su intención era instalar de nuevo la estatua en El Morro. Después, por medio de un video, el alcalde y Jorge Luis Vargas, director de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional, anunciaron que habría una recompensa de cinco millones de pesos por los indígenas que derribaron esta estatua.
Tunubalá, por su parte, considera que las comunidades indígenas deben ser reivindicadas y afirma que es necesario que se cuente la historia sin ocultar los crímenes ocurridos durante la conquista.
¿Qué representa la estatua de Sebastián de Belalcázar?
Las comunidades del pueblo Misak han sentido la mala ubicación de la estatua. Ahí hay un monumento de los pueblos indígenas y encima del monumento colocaron el de un conquistador que tiene un significado de genocidio, violación y saqueo de los pueblos. Se está contando la mitad de la historia, es decir, sólo cuentan la parte de Sebastián de Belalcázar, pero no la historia real de los pueblos y la lucha por la reivindicación que hicieron las comunidades en ese entonces. Necesitamos grandes diálogos con la academia para que los docentes y libros cuenten también la otra parte.
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¿Qué estatua debería estar en el lugar de la de Sebastián de Belalcázar?
Hoy le decía al Ministerio de Cultura que yo no hablo de la reubicación de la estatua, sino de la ubicación de los grandes héroes, caciques y cacicas indígenas del Cauca y del país. Eso sería un buen inicio para el reconocimiento, la invitación es a dialogar para poder concertar. Si las comunidades se movilizan es porque hay descontentos, dentro de los compromisos y deberes de los mandatarios no sólo está cumplir la Constitución, la ley y los acuerdos municipales; sino también concertar con los pueblos. Necesitamos que a nuestras generaciones le enseñen la historia real.
Como mujer e indígena, comunidades que históricamente han sido reducidas, ¿Cuál es la importancia de que en Colombia se haga una revisión a la “versión oficial” de la historia?
Necesitamos incluir las investigaciones arqueológicas, antropológicas e históricas que tienen nuestros pueblos indígenas. No tenemos porque tener monumentos que representan injusticias. En medio de este encierro por la pandemia los pueblos han podido reflexionar en otro sentido, pensando en la reivindicación y el reconocimiento. En nuestras comunidades tenemos historiadores, oradores, narradores. Necesitamos recoger esa memoria, ese es el primer camino. Las instituciones, a nivel del Gobierno, desconocemos la historia y actuamos sin entender lo que realmente significa y sin considerar lo que los pueblos están exigiendo.
¿Qué piensa de que el alcalde de Popayán haya ofrecido recompensa por los Misak que tumbaron la estatua?
Ojalá ese ejercicio se hiciera para defender la vida. Han asesinado más de 65 líderes indígenas en el Cauca y por parte del Gobierno nacional no hay compromiso con los pueblos. No sólo es un llamado al alcalde de Popayán, sino también al presidente de la República para sentarnos con las organizaciones sociales.
Si hoy pagan recompensa, entonces ¿Quién pagaría todo el daño histórico que le han hecho a los pueblos indígenas? Merecemos que se valore el papel que generamos a nivel cultural, de protección ambiental y el rol que cumplen estos pueblos.
¿Qué pasos tiene que dar Colombia para reivindicar a las comunidades indígenas?
Primero, el reconocimiento. En la Constitución, a partir del artículo séptimo y octavo, quedó estipulado que este es un país multiétnico, multicultural, pero eso se quedó en el papel. Nos quedó grande reconocer esa historia. Estamos hablando de algo que es real, que vivimos porque nuestros ancestros y mujeres padecieron a mano de los españoles. No es un favor, es contar la historia real.
¿Cuál es el llamado a la instituciones?
Primero a conocer la historia para poder fomentar acciones en las comunidades. Debemos transformar nuestro país basándonos en la verdad y no en la conveniencia de unos cuantos. El temor de nosotros es que lo que hoy está pasando, las muertes de los líderes sociales en el Cauca y en todo el país, no llegué a las futuras generaciones porque les cuenten una verdad a medias. La reivindicación histórica debe continuar, contando lo que pasó antes y lo que pasa ahora.
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