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                                                                                                                                La vida por un gramo de oro

                                                                                                                                Un recorrido por las minas ilegales del norte del Cauca. Los afrodescendientes siguen siendo esclavos del oro y de las excavaciones en manos de mineros sin rostro.

                                                                                                                                Edinson Arley Bolaños

                                                                                                                                Habitantes de la zona miran las operaciones de rescate en Santander de Quilichao, Cauca, donde el derrumbe de una mina ilegal dejó tres muertos. / AFP
                                                                                                                                Foto: AFP - LUIS ROBAYO
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Así llegó Orfelina Posú a mediados de enero, con las botas perdidas entre el barro que le llegaba hasta las rodillas. Llorando a gritos en busca de su marido, un minero a quien horas antes una roca le había sepultado la cabeza mientras buscaba un gramo de oro y las retroexcavadoras hurgaban en busca de la veta mayor.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Esa frase se la guardó por casi un mes, hasta el día en que decidió contarle al Consejo Comunitario del municipio. Contarle, como me dijo, que ya no aguanta más vivir en la miseria y que más bien prefiere que el Gobierno la sume a la larga lista de víctimas de esa otra mafia: la minería ilegal.

                                                                                                                                 Del Valle a la cordillera Occidental

                                                                                                                                 De Cali hasta Santander de Quilichao, las tierras planas del Sur del Valle y el Norte del Cauca están anegadas de cultivos de los ingenios azucareros. A lado y lado de la carretera Panamericana, el verde de la caña abruma la visión y da la impresión de que en estas tierras no viviera nadie. Pero a escasos diez minutos de la llanura de los quilichagüeños se llega a la cordillera Occidental y miles de negros pululan en una mina que, dicen, es ilegal.

                                                                                                                                “El Gobierno manda a quemar las máquinas, pero no da una solución”, dice Aura Mery Rivera, una minera ilegal propietaria de una retroexcavadora que alquila por $90.000 la hora en la mina San Antonio, a pocos metros de la mina que el miércoles sepultó a 30 barequeros o mineros artesanales, según cifras extraoficiales.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                “Pero con la persecución del Gobierno no se puede trabajar y toca guardar las máquinas, que ahora trabajan como mínimo 250 horas al mes”, es decir, que recauda poco más de $22 millones.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Y literalmente ahí encontró la muerte. Junto a otro afrodescendiente de 21 años quedó sepultado en la tierra que luego fue removida para llevarlos a Medicina Legal, que nunca ha realizado un levantamiento en la zona, pero que, según sus estadísticas, antes de la tragedia del miércoles, había tenido en sus mesas seis personas con las botas embarradas y el rostro destrozado. Mientras tanto, la comunidad ha contado desde 2013 cerca de 21 mineros afrodescendientes desaparecidos.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Esa madrugada la disputa fue evidente. Mientras personal del CTI intentaba sacar más máquinas, desde varios puntos en la montaña empezaron a disparar y las piedras también rompieron los parabrisas de los carros de la Policía y la Fiscalía.

                                                                                                                                “La comunidad está a favor de la minería”, gritaban.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Sin embargo, según el coordinador del CTI, los muertos no sólo son por alud de tierra. El ente investigador también está haciendo varias pesquisas que evidenciarían que los homicidios en los últimos meses se han incrementado allí, y obedecería a la disputa por el oro de las minas.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Entre 2013 y lo que va de 2014, según la Fiscalía, en el municipio de Santander de Quilichao se han realizado 56 inspecciones de cadáveres, 46 de los cuales han sido homicidios que se caracterizan por los tiros de gracia, o masacres, por los signos de tortura o mutilamiento. Es decir, en lo que va corrido de 2014 han sido asesinadas doce personas, muchas de ellas cerca de las tabernas que hay en las minas del municipio.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Desde la Panamericana hacia la montaña hay unas trochas históricas, porque el Gobierno no las ha pavimentado, pero también hay otras que son nuevas y que han sido abiertas con las mismas máquinas que hoy trabajan en las minas. Cuando se transita por ese terreno, los carros patinan y la tierra rojiza se pega a las llantas. En su mayoría, los mineros utilizan la reconocida camioneta Toyota Macho, de fuerza exagerada y de llantas altas y antideslizantes.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                En el predio, los mineros agachados en un hueco hondo pueden ser 100 o también 3.000. En el momento que el administrador da la orden de entrar a la mina, los negros pueden correr a meterse en un río hondo, sin agua, con una tormenta provocada por las retroexcavadoras que siguen trabajando a pesar de que los mineros estén barequeando, sin saber en qué momento el río desaguado manda una ola de tierra y los mata sin darse cuenta.

                                                                                                                                “Por eso es que la comunidad defiende las máquinas cuando hay operativos, porque ellos también reciben beneficios de la minería”, dice Aura Mery mientras, asustada por la presencia de periodistas, pide que los ayuden a que el Gobierno les cumpla lo que también les ha prometido: legalizar las cooperativas o asociaciones mineras.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Pero hay que insistir en que sin predios no podría haber minería ilegal. La mujer minera reconoce que los dueños de las fincas las arriendan o muchas veces las venden a un buen precio o a la fuerza.

                                                                                                                                 

                                                                                                                                 

                                                                                                                                @eabolanos89

                                                                                                                                 

                                                                                                                                Habitantes de la zona miran las operaciones de rescate en Santander de Quilichao, Cauca, donde el derrumbe de una mina ilegal dejó tres muertos. / AFP
                                                                                                                                Foto: AFP - LUIS ROBAYO
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Así llegó Orfelina Posú a mediados de enero, con las botas perdidas entre el barro que le llegaba hasta las rodillas. Llorando a gritos en busca de su marido, un minero a quien horas antes una roca le había sepultado la cabeza mientras buscaba un gramo de oro y las retroexcavadoras hurgaban en busca de la veta mayor.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Esa frase se la guardó por casi un mes, hasta el día en que decidió contarle al Consejo Comunitario del municipio. Contarle, como me dijo, que ya no aguanta más vivir en la miseria y que más bien prefiere que el Gobierno la sume a la larga lista de víctimas de esa otra mafia: la minería ilegal.

                                                                                                                                 Del Valle a la cordillera Occidental

                                                                                                                                 De Cali hasta Santander de Quilichao, las tierras planas del Sur del Valle y el Norte del Cauca están anegadas de cultivos de los ingenios azucareros. A lado y lado de la carretera Panamericana, el verde de la caña abruma la visión y da la impresión de que en estas tierras no viviera nadie. Pero a escasos diez minutos de la llanura de los quilichagüeños se llega a la cordillera Occidental y miles de negros pululan en una mina que, dicen, es ilegal.

                                                                                                                                “El Gobierno manda a quemar las máquinas, pero no da una solución”, dice Aura Mery Rivera, una minera ilegal propietaria de una retroexcavadora que alquila por $90.000 la hora en la mina San Antonio, a pocos metros de la mina que el miércoles sepultó a 30 barequeros o mineros artesanales, según cifras extraoficiales.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                “Pero con la persecución del Gobierno no se puede trabajar y toca guardar las máquinas, que ahora trabajan como mínimo 250 horas al mes”, es decir, que recauda poco más de $22 millones.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Y literalmente ahí encontró la muerte. Junto a otro afrodescendiente de 21 años quedó sepultado en la tierra que luego fue removida para llevarlos a Medicina Legal, que nunca ha realizado un levantamiento en la zona, pero que, según sus estadísticas, antes de la tragedia del miércoles, había tenido en sus mesas seis personas con las botas embarradas y el rostro destrozado. Mientras tanto, la comunidad ha contado desde 2013 cerca de 21 mineros afrodescendientes desaparecidos.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Esa madrugada la disputa fue evidente. Mientras personal del CTI intentaba sacar más máquinas, desde varios puntos en la montaña empezaron a disparar y las piedras también rompieron los parabrisas de los carros de la Policía y la Fiscalía.

                                                                                                                                “La comunidad está a favor de la minería”, gritaban.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Sin embargo, según el coordinador del CTI, los muertos no sólo son por alud de tierra. El ente investigador también está haciendo varias pesquisas que evidenciarían que los homicidios en los últimos meses se han incrementado allí, y obedecería a la disputa por el oro de las minas.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Entre 2013 y lo que va de 2014, según la Fiscalía, en el municipio de Santander de Quilichao se han realizado 56 inspecciones de cadáveres, 46 de los cuales han sido homicidios que se caracterizan por los tiros de gracia, o masacres, por los signos de tortura o mutilamiento. Es decir, en lo que va corrido de 2014 han sido asesinadas doce personas, muchas de ellas cerca de las tabernas que hay en las minas del municipio.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Desde la Panamericana hacia la montaña hay unas trochas históricas, porque el Gobierno no las ha pavimentado, pero también hay otras que son nuevas y que han sido abiertas con las mismas máquinas que hoy trabajan en las minas. Cuando se transita por ese terreno, los carros patinan y la tierra rojiza se pega a las llantas. En su mayoría, los mineros utilizan la reconocida camioneta Toyota Macho, de fuerza exagerada y de llantas altas y antideslizantes.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                “Por eso es que la comunidad defiende las máquinas cuando hay operativos, porque ellos también reciben beneficios de la minería”, dice Aura Mery mientras, asustada por la presencia de periodistas, pide que los ayuden a que el Gobierno les cumpla lo que también les ha prometido: legalizar las cooperativas o asociaciones mineras.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                @eabolanos89

                                                                                                                                 

                                                                                                                                Por Edinson Arley Bolaños

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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