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El país enfrenta una acelerada cuarta ola de la pandemia tras la aparición y predominancia de la variante ómicron, lo que ha hecho que no solo se redefinieran los lineamientos en salud (se priorizarán las pruebas PCR para las poblaciones en riesgo), sino que además ha enfrentado a los mandatarios locales a nuevas directrices para evitar un mayor número de contagios, como de afectaciones económicas y sociales entre los ciudadanos.
En esta ocasión, al igual que el año pasado, el aumento de los contagios obedece a las reuniones decembrinas, pero además a las ferias y fiestas que se volvieron a realizar después de dos años de restricciones, con la diferencia de que esta nueva oleada ha hecho que en ciudades como Medellín, Bogotá y Cali haya más de 24.000 casos activos, pero con una ocupación en unidades de cuidados intensivos y hospitalizaciones mucho menores a las que se registraron en picos anteriores con cifras similares.
Para el experto en salud pública de la Universidad de los Andes, Luis Jorge Hernández, la predominancia de ómicron es grave en el sentido de que es más transmisible e infecciosa, por lo que no se debe minimizar el riesgo, “sin embargo, este cuarto pico está cogiendo a la gente vacunada, lo que evita que haya más casos graves; de todas formas, no se puede dejar de lado que al menos el 45 % de la población no tiene ninguna dosis”.
Por este motivo, como directriz nacional, se ordenó darles prioridad a las pruebas PCR a población vulnerable, como niños menores de tres años, adultos mayores y personas con comorbilidades, mientras que desde las administraciones locales se han reforzado los puntos de vacunación y los programas de promoción del uso de tapabocas, lavado de manos y distanciamiento.
En gobernaciones como Antioquia se estudia la posibilidad de suspender algunas de las actividades que se siguen desarrollando durante este mes en el departamento. En Barranquilla, el alcalde Jaime Pumarejo anunció la cancelación de las fiestas del precarnaval y la Lectura de Bando, que da inicio al evento. Por otro lado, en Cali, ante el acelerado incremento de contagios tras la Feria, se recomendó a las empresas mantener el teletrabajo durante enero, mientras que la Alcaldía prohibió los eventos masivos y redujo al 50 % los aforos de establecimientos nocturnos, a los que se les permite abrir hasta las 3:00 a.m. y deben exigir el carné de vacunación.
Paralelo a lo anterior hay otras situaciones que se están evidenciando. Por ejemplo, en Antioquia al menos 11 hospitales municipales han tenido que cerrar servicios, como consultas externas, laboratorios y hasta zonas de hospitalización y vacunación debido a que la mayoría del personal se encuentra contagiado, y si bien para la secretaria de Salud del departamento, Lina Bustamante, la reducción del tiempo de aislamiento ayuda a mitigar los impactos, para Fabián Rosas, presidente de la Asociación Colombiana de Especialistas en Medicina de Emergencias y Urgencias, esto no debe dejarse en un segundo plano.
“En este momento estamos sacrificando información al dejar atrás las pruebas PCR, para tener una capacidad de respuesta adecuada, ya que ahora vemos una gran demanda en los servicios de urgencias de todo el país y que por lo general son pacientes leves, que solo requieren la toma de muestra y salen. Esto está colapsando con los servicios no solo por la alta demanda, sino porque tenemos a por lo menos el 30 % del personal de la salud afuera porque está contagiado”, indicó Rosas.
Si bien para ambos expertos en este momento no es viable poner restricciones a la movilidad, para Hernández es importante que establezcan aforos para evitar eventos masivos en los que haya personas sin tapabocas o se promueva el consumo de alcohol. “Ahora es importante hacer seguimiento centinelas a poblaciones seleccionadas por su riesgo, fortalecer la secuenciación genómica y que el Gobierno sea claro con los antecedentes de vacunación de las personas que están ingresando a UCI”.
Rosas, además, cree que es necesario que se aplique contención de pacientes de tipo prehospitalario con medidas de salud pública, como la identificación de zonas donde se están dando mayores contagios o la identificación de las personas con mayor riesgo para que asistan de inmediato a urgencias. “Hay que hacer responsables a las EPS de informar, formar y, en los casos que sea necesario, tomar las muestras de sus usuarios, porque en este momento la mayoría de los que llegan a urgencias es porque no consiguieron una teleconsulta y porque los nuevos lineamientos tienen vacíos con respecto a las incapacidades de quienes están contagiados y deben trabajar”.
Por lo pronto, el principal llamado en las ciudades sigue siendo al autocuidado, al constante lavado de manos, el uso correcto del tapabocas, el distanciamiento y el esquema completo de vacunación, mientras se espera un nuevo descenso de los casos previsto para los primeros días del próximo mes.