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                                                                                                                                Las mujeres que rompieron el silencio en los Montes de María

                                                                                                                                La red de mujeres Narrar para Vivir nació en medio del conflicto como una forma de resistencia, alrededor de un fogón. Lo que empezó como un espacio de encuentro, hoy es un referente de liderazgo.

                                                                                                                                Sebastián Forero / @Sebasforeror

                                                                                                                                La red de mujeres empezó a encontrarse de forma clandestina y finalmente se hizo pública en 2005. / Cortesía Narrar para Vivir
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                El camino que la llevó ese día a verle la cara a la muerte, lo había emprendido en realidad siendo aún una adolescente. Luego de que en octubre de 1994 a su madre la desaparecieran los paramilitares, Angarita ingresó a redes juveniles de construcción de paz que trataban de hacerle frente a la violencia que empezaba apenas a llegar a esta región ubicada entre Sucre y Bolívar.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Por el influjo de la violencia de los actores armados, en esos primeros años operaron como una red clandestina que se encontraba para hacerles saber a las mujeres que no estaban solas. Se camuflaron bajo la estrategia de reunirse alrededor de una olla comunitaria. “Cuando los paramilitares nos veían pensaban que estábamos era cocinando”, explica. “Me da como risa porque ellos eran personas muy temidas, pero nosotras éramos más ingeniosas: estábamos al frente de ellos y nunca se dieron cuenta”, agrega.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Todavía recuerda esos primeros encuentros con las mujeres de la red. “Yo llegaba, me presentaba y enseguida empezaba a llorar. Después ya duraba un minuto hablando, dos minutos y así sucesivamente”. Ahí estuvo la clave, dice, para volver a hallarle un sentido a su vida. Narrarlo todo una y otra vez. Esa siempre fue la estrategia de la red. Por eso, cuando finalmente deciden hacer pública su organización, en 2005, luego de la desmovilización del Bloque Héroes de los Montes de María, lo hacen bajo el nombre de Narrar para Vivir, una red que se fue convirtiendo en referente en materia de organizaciones sociales de base en su región.

                                                                                                                                Por eso, cuando Mayerlis Angarita sobrevivió al atentado que le hicieron en 2012, gracias a que para entonces ya contaba con esquema de seguridad de la Unidad Nacional de Protección, por su mente nunca pasó abandonar la lucha de la que ya hacían parte más de 800 mujeres en los quince municipios montemarianos. Le exigieron al Estado ser consideradas como un sujeto de reparación colectiva, pues demostraron que los ataques de los que fueron víctimas varias de las integrantes del colectivo se produjeron por el hecho de pertenecer a la red. Ataques como quema de viviendas, violencia sexual, amenazas y atentados.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                La lucha de Mayerlis llegó hasta La Habana, durante el proceso de paz entre el Gobierno y las Farc para poner sobre la mesa la violencia ejercida contra las mujeres, con ocasión del conflicto armado en el país. El 2 de marzo de 2018, Angarita se convirtió en una de las primeras dos colombianas en recibir el premio Anne Klein, otorgado por la fundación Heinrich Böll por la defensa de los derechos de las mujeres. El próximo año, la red cumplirá dos décadas de resistencia. La estrategia sigue siendo la misma: narrar para vivir.

                                                                                                                                La red de mujeres empezó a encontrarse de forma clandestina y finalmente se hizo pública en 2005. / Cortesía Narrar para Vivir
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                El camino que la llevó ese día a verle la cara a la muerte, lo había emprendido en realidad siendo aún una adolescente. Luego de que en octubre de 1994 a su madre la desaparecieran los paramilitares, Angarita ingresó a redes juveniles de construcción de paz que trataban de hacerle frente a la violencia que empezaba apenas a llegar a esta región ubicada entre Sucre y Bolívar.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Por el influjo de la violencia de los actores armados, en esos primeros años operaron como una red clandestina que se encontraba para hacerles saber a las mujeres que no estaban solas. Se camuflaron bajo la estrategia de reunirse alrededor de una olla comunitaria. “Cuando los paramilitares nos veían pensaban que estábamos era cocinando”, explica. “Me da como risa porque ellos eran personas muy temidas, pero nosotras éramos más ingeniosas: estábamos al frente de ellos y nunca se dieron cuenta”, agrega.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Todavía recuerda esos primeros encuentros con las mujeres de la red. “Yo llegaba, me presentaba y enseguida empezaba a llorar. Después ya duraba un minuto hablando, dos minutos y así sucesivamente”. Ahí estuvo la clave, dice, para volver a hallarle un sentido a su vida. Narrarlo todo una y otra vez. Esa siempre fue la estrategia de la red. Por eso, cuando finalmente deciden hacer pública su organización, en 2005, luego de la desmovilización del Bloque Héroes de los Montes de María, lo hacen bajo el nombre de Narrar para Vivir, una red que se fue convirtiendo en referente en materia de organizaciones sociales de base en su región.

                                                                                                                                Por eso, cuando Mayerlis Angarita sobrevivió al atentado que le hicieron en 2012, gracias a que para entonces ya contaba con esquema de seguridad de la Unidad Nacional de Protección, por su mente nunca pasó abandonar la lucha de la que ya hacían parte más de 800 mujeres en los quince municipios montemarianos. Le exigieron al Estado ser consideradas como un sujeto de reparación colectiva, pues demostraron que los ataques de los que fueron víctimas varias de las integrantes del colectivo se produjeron por el hecho de pertenecer a la red. Ataques como quema de viviendas, violencia sexual, amenazas y atentados.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Por Sebastián Forero / @Sebasforeror

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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