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Tras conocerse la captura y judicialización del presunto responsable de Diego Valencia, de 9 años, el pasado 16 de diciembre, cuando salió de su casa hacia la iglesia para preguntar por el horario de las novenas, se conocieron más detalles de lo que ocurrió, así como de las motivaciones del crimen.
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Mientras que la Fiscalía confirmó la captura de Julián Alexis Giraldo Bedoya en Caldas y la imputación por los delitos de homicidio agravado y hurto calificado y agravado; la alcaldía de Pereira y la Policía de la ciudad dieron detalles de la captura y las pistas claves que siguieron las autoridades en la búsqueda.
En principio, según detalló el secretario de Gobierno de Pereira, Jorge Mario Trejos, trabajaron en conjunto la Fiscalía y la Policía con el CTI, que comenzaron por la triangulación del celular que tenía el niño y que funcionó hasta las 5:00 p.m. del día de su desaparición.
“También influyó la recompensa que ofrecimos para la ubicación e identificación de esta persona. En menos de una semana ya la Policía sabía quién era, estaba pendiente ubicarlo. Salió de Pereira convencido de que no lo encontrarían, se escondió varios días, pero, con orden de captura, lograron ubicarlo en un municipio de un departamento vecino”, añadió Trejos.
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En este punto también fue clave el tatuaje que tenía en el rostro, señal que se anunció con la publicación de las imágenes que quedaron registradas en cámara de seguridad y luego de que se ofreció una recompensa de $50 millones por información de su paradero.
Sobre quién es el sujeto, la coronel Yurian Romero, comandante de la Policía Metropolitana de Pereira, explicó que tiene 18 años y sería consumidor de estupefacientes. Aunque aseguró que no podría dar detalles de los móviles, sí indicó que el asesinato se habría dado en un intento por robarle el celular al niño y bajo los efectos de sustancias alucinógenas.
Medios locales indican que el sujeto habría cometido hurtos en la zona, para la misma fecha en que fue asesinado el niño. Al parecer, estaría interesado en viajar a Medellín para ver en el estadio a su equipo de fútbol. Entre los detalles, también se conoció que habría usado una bufanda para atentar contra el Diego Valencia.
Tras la imputación de cargos, el acusado no aceptó los cargo. Un juez ordenó su traslado a un centro penitenciario mientras avanza el proceso judicial.
Diego Felipe desapareció en la mañana del pasado 16 de diciembre, luego de que señaló a su mamá que iría a la iglesia para averiguar a qué hora se harían las novenas navideñas. Una hora después, la mujer lo llamó ante su retraso. Él le respondió que se había ido a jugar con sus amigos, pero cuando ella lo cuestionó se cortó la llamada.
Posteriormente, le escribieron por WhatsApp y aunque los mensajes aparecían leídos, no obtuvieron respuesta. Finalizada la tarde, se registró el último ingreso a la aplicación. Cinco días después, el menor de edad fue encontrado muerto en una finca en Caimalito, zona rural de Pereira, lo que causó la indignación de la comunidad.