Morgue a punto de colapsar
En Medellín, cadáveres N.N. y aumento en homicidios desbordan capacidad de Medicina Legal.
Mary Luz Avendaño
El incremento en el índice de homicidios en Medellín y los 10 municipios del Valle de Aburrá preocupa a las autoridades locales no sólo por la lamentable pérdida de vidas humanas sino porque el equipo de expertos del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses Regional Noroccidente está siendo desbordado en su capacidad operativa.
Así lo reconoce el director de la entidad en esta región del país, José Iván Gómez Aristizábal, quien precisa que a ello se suman las limitaciones materiales y de personal en los laboratorios de balística.
Lo anterior, a pesar de que el pasado 12 de febrero el instituto inauguró en Medellín una nueva torre de servicios, que mejoró la atención a la ciudadanía, cuya inversión fue de $2.816 millones, en laboratorios e instalaciones locativas para las víctimas.
No dan abasto
Entre el 1° de enero y el 31 de mayo de 2010, a Medicina Legal en Medellín ingresaron un total de 178 cadáveres como N.N., de los cuales 38 (21,3%) continuaban sin identificar. Algunos ya llevan más de un año sin ser reclamados y en su mayoría proceden de Medellín. También hay cuerpos de personas muertas en combate, que generalmente no son requeridos por sus dolientes. La entidad dispone de 56 cavas y periódicamente se inhuman los cuerpos para poder recibir otros. A juicio de Gómez Aristizábal, esta situación se complica aún más, pues actualmente los familiares de víctimas de grupos armados ilegales incluidos en la Ley de Justicia y Paz están a la espera de que sean identificados 40 restos óseos. Así las cosas, hoy permanecen en la entidad 78 cadáveres N.N.
La morgue cuenta con 14 mesas para necropsias que permiten realizar ocho procedimientos simultáneos, que sólo en casos excepcionales se efectúan en la noche. Sin embargo, estos recursos no son insuficientes.
Además, en los primeros cinco meses de este año el Instituto ha registrado 884 homicidios, de los cuales el 88% son cometidos con armas de fuego, pero la falta de un laboratorio de balística y más personal capacitado dificultan hacer el análisis inicial de todos los tipos de proyectiles usados.
El funcionario asegura que lo anterior no significa que su entidad no esté realizando todos los cotejos de proyectiles, las pruebas genéticas, los ficheros científicos y las verificaciones de identidad de los N.N. con la Registraduría. Los problemas, aseguró, son estrictamente locativos y de personal, por lo cual no descarta que durante el segundo semestre del año otros dos médicos sean asignados para descongestionar la entidad y mejorar aún más la atención a la ciudadanía.
Entre las obras prioritarias que requiere Medicina Legal en Medellín para superar estos cuellos de botella se destacan la construcción de una nueva morgue y un laboratorio de antropología forense, así como la dotación de los laboratorios de toxicología, química y estupefacientes. Para ello, el Comité Directivo del Instituto aprobó una inversión inicial de más de $4 mil millones, la cual se incrementará con recursos de vigencias futuras.
Según Gómez, la segunda etapa de la ampliación de la sede del Instituto constará de un edificio con un área total construida de más de 2.000 metros cuadrados, distribuidos en una sala de necropsias con sus servicios complementarios; los laboratorios de antropología, química, fotografía y topografía, así como un auditorio y otros salones.
El incremento en el índice de homicidios en Medellín y los 10 municipios del Valle de Aburrá preocupa a las autoridades locales no sólo por la lamentable pérdida de vidas humanas sino porque el equipo de expertos del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses Regional Noroccidente está siendo desbordado en su capacidad operativa.
Así lo reconoce el director de la entidad en esta región del país, José Iván Gómez Aristizábal, quien precisa que a ello se suman las limitaciones materiales y de personal en los laboratorios de balística.
Lo anterior, a pesar de que el pasado 12 de febrero el instituto inauguró en Medellín una nueva torre de servicios, que mejoró la atención a la ciudadanía, cuya inversión fue de $2.816 millones, en laboratorios e instalaciones locativas para las víctimas.
No dan abasto
Entre el 1° de enero y el 31 de mayo de 2010, a Medicina Legal en Medellín ingresaron un total de 178 cadáveres como N.N., de los cuales 38 (21,3%) continuaban sin identificar. Algunos ya llevan más de un año sin ser reclamados y en su mayoría proceden de Medellín. También hay cuerpos de personas muertas en combate, que generalmente no son requeridos por sus dolientes. La entidad dispone de 56 cavas y periódicamente se inhuman los cuerpos para poder recibir otros. A juicio de Gómez Aristizábal, esta situación se complica aún más, pues actualmente los familiares de víctimas de grupos armados ilegales incluidos en la Ley de Justicia y Paz están a la espera de que sean identificados 40 restos óseos. Así las cosas, hoy permanecen en la entidad 78 cadáveres N.N.
La morgue cuenta con 14 mesas para necropsias que permiten realizar ocho procedimientos simultáneos, que sólo en casos excepcionales se efectúan en la noche. Sin embargo, estos recursos no son insuficientes.
Además, en los primeros cinco meses de este año el Instituto ha registrado 884 homicidios, de los cuales el 88% son cometidos con armas de fuego, pero la falta de un laboratorio de balística y más personal capacitado dificultan hacer el análisis inicial de todos los tipos de proyectiles usados.
El funcionario asegura que lo anterior no significa que su entidad no esté realizando todos los cotejos de proyectiles, las pruebas genéticas, los ficheros científicos y las verificaciones de identidad de los N.N. con la Registraduría. Los problemas, aseguró, son estrictamente locativos y de personal, por lo cual no descarta que durante el segundo semestre del año otros dos médicos sean asignados para descongestionar la entidad y mejorar aún más la atención a la ciudadanía.
Entre las obras prioritarias que requiere Medicina Legal en Medellín para superar estos cuellos de botella se destacan la construcción de una nueva morgue y un laboratorio de antropología forense, así como la dotación de los laboratorios de toxicología, química y estupefacientes. Para ello, el Comité Directivo del Instituto aprobó una inversión inicial de más de $4 mil millones, la cual se incrementará con recursos de vigencias futuras.
Según Gómez, la segunda etapa de la ampliación de la sede del Instituto constará de un edificio con un área total construida de más de 2.000 metros cuadrados, distribuidos en una sala de necropsias con sus servicios complementarios; los laboratorios de antropología, química, fotografía y topografía, así como un auditorio y otros salones.