Murió madre de monja colombiana secuestrada en África desde hace tres años
La religiosa nariñense Gloria Narváez fue secuestrada en 2017 por miembros de Al-Qaeda. Su madre, Rosita Argoty, no perdió la esperanza de volver a verla, pero este lunes falleció en Pasto.
La religiosa nariñense Gloria Narváez fue secuestrada el 7 de febrero de 2017, a sus 56 años, en una iglesia en zona rural de Mali, África, mientras realizaba su labor humanitaria y de evangelización. Su madre, Rosita Argoty, falleció en Pasto hoy sin conocer su paradero.
“Ella tenía la esperanza de que algún día volviera mi hermana Gloria”, dice su hijo Edgar Narváez. Ahora su familia espera que en algún momento se cumpla la voluntad de su madre y Gloria vuelva.
Con 87 años, Rosita falleció el lunes 21 de septiembre en Pasto, a las 7:30 de la mañana. Después de la misa del domingo ella se despidió de sus hijos con un abrazo, pues presentía que algo podía pasar. Según su hijo fue una muerte natural y ella se encontraba muy tranquila.
Mantuvo siempre la ilusión de volver a ver su hija. Lo último que supo de ella fue a través de una prueba de supervivencia de mediados de 2018, un video en el que Gloria aparece prestando servicios de enfermería. “En este video aparece Gloria con una mujer francesa de edad que está enferma de cáncer. Mi hermana como enfermera la está cuidando. Fue hace un año y medio, dura 15 segundos y desde entonces no hemos sabido nada más”.
Leer: ¿Cómo afecta el golpe de Estado en Malí la búsqueda de monja colombiana raptada hace tres años?
Gloria Narváez, oriunda de Pasto, fue raptada por hombres armados en una aldea a 400 kilómetros al este de Bamako, la capital de Mali. Desde ese momento se tuvo la sospecha de que podía estar en manos de yihadistas.
Para diciembre de 2018, el grupo extremista Nusrat al Islam wal Muslimin (Grupo de apoyo al islam y a los musulmanes), activo en la región del Sahel y aliado con Al Qaeda, confirmó que tenía secuestrada a Gloria. En un comunicado divulgado por la agencia mauritana privada de noticias Al Ajbar, habitual receptora de las notas de los yihadistas del Sahel y Sáhara, acusaron al Vaticano de “no desplegar ningún esfuerzo para relanzar las negociaciones sobre la monja colombiana”.
En un video de enero de 2018, divulgado por la misma agencia Al Ajbar, Narváez imploró al papa Francisco interceder por su liberación. Días después, la entonces canciller colombiana María Ángela Holguín confirmó que los secuestradores de la monja pidieron un rescate para su liberación.
Leer: Al Qaeda confirma tener retenida a la monja colombiana Gloria Cecilia Narváez
Francisco Javier Múnera Correa, obispo del Vicariato de San Vicente del Caguán, recordó el año pasado que la religiosa se ha caracterizado por trabajar por los más pobres, siendo defensora de la vida y brindando un especial cuidado a los niños. En favor de la niñez promovió un orfanato, donde procuró siempre proporcionar a los pequeños una buena calidad de vida, ayudándolos en sus necesidades básicas.
Su hermano la recuerda como una mujer amable y carismática, características que también le atribuye a su madre. “A Gloria no le interesaban las cosas materiales, tampoco los lujos, le gustaba ayudar a los más pobres. Esa fue la misión que le encomendó Dios, ella estaba feliz con su vocación. Ya son 15 años en África, esperamos que pueda volver”, dijo Edgar.
“Pedimos que el Gaula de la Policía y el Gobierno nos siga colaborando y a todo Colombia que siga orando por ella. No podemos olvidar que está secuestrada, ya serán cuatro años”. Agrega que esperan que su madre, desde el cielo, los ayude a liberarla.
La religiosa nariñense Gloria Narváez fue secuestrada el 7 de febrero de 2017, a sus 56 años, en una iglesia en zona rural de Mali, África, mientras realizaba su labor humanitaria y de evangelización. Su madre, Rosita Argoty, falleció en Pasto hoy sin conocer su paradero.
“Ella tenía la esperanza de que algún día volviera mi hermana Gloria”, dice su hijo Edgar Narváez. Ahora su familia espera que en algún momento se cumpla la voluntad de su madre y Gloria vuelva.
Con 87 años, Rosita falleció el lunes 21 de septiembre en Pasto, a las 7:30 de la mañana. Después de la misa del domingo ella se despidió de sus hijos con un abrazo, pues presentía que algo podía pasar. Según su hijo fue una muerte natural y ella se encontraba muy tranquila.
Mantuvo siempre la ilusión de volver a ver su hija. Lo último que supo de ella fue a través de una prueba de supervivencia de mediados de 2018, un video en el que Gloria aparece prestando servicios de enfermería. “En este video aparece Gloria con una mujer francesa de edad que está enferma de cáncer. Mi hermana como enfermera la está cuidando. Fue hace un año y medio, dura 15 segundos y desde entonces no hemos sabido nada más”.
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Gloria Narváez, oriunda de Pasto, fue raptada por hombres armados en una aldea a 400 kilómetros al este de Bamako, la capital de Mali. Desde ese momento se tuvo la sospecha de que podía estar en manos de yihadistas.
Para diciembre de 2018, el grupo extremista Nusrat al Islam wal Muslimin (Grupo de apoyo al islam y a los musulmanes), activo en la región del Sahel y aliado con Al Qaeda, confirmó que tenía secuestrada a Gloria. En un comunicado divulgado por la agencia mauritana privada de noticias Al Ajbar, habitual receptora de las notas de los yihadistas del Sahel y Sáhara, acusaron al Vaticano de “no desplegar ningún esfuerzo para relanzar las negociaciones sobre la monja colombiana”.
En un video de enero de 2018, divulgado por la misma agencia Al Ajbar, Narváez imploró al papa Francisco interceder por su liberación. Días después, la entonces canciller colombiana María Ángela Holguín confirmó que los secuestradores de la monja pidieron un rescate para su liberación.
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Francisco Javier Múnera Correa, obispo del Vicariato de San Vicente del Caguán, recordó el año pasado que la religiosa se ha caracterizado por trabajar por los más pobres, siendo defensora de la vida y brindando un especial cuidado a los niños. En favor de la niñez promovió un orfanato, donde procuró siempre proporcionar a los pequeños una buena calidad de vida, ayudándolos en sus necesidades básicas.
Su hermano la recuerda como una mujer amable y carismática, características que también le atribuye a su madre. “A Gloria no le interesaban las cosas materiales, tampoco los lujos, le gustaba ayudar a los más pobres. Esa fue la misión que le encomendó Dios, ella estaba feliz con su vocación. Ya son 15 años en África, esperamos que pueda volver”, dijo Edgar.
“Pedimos que el Gaula de la Policía y el Gobierno nos siga colaborando y a todo Colombia que siga orando por ella. No podemos olvidar que está secuestrada, ya serán cuatro años”. Agrega que esperan que su madre, desde el cielo, los ayude a liberarla.