Por la educación ancestral

Cuando las comunidades indígenas sienten que sus tradiciones se están perdiendo con los cambios generacionales y que está en riesgo su ser autóctono, lanzan un SOS para que profesionales en el tema se acerquen a sus poblaciones y se creen conjuntamente estrategias para conservar la cultura. De esta misión se encarga el educador y director de la organización Profesionales Amigos, Álvaro Hernández Bello, quien junto a su grupo de estudiantes de la Universidad de La Salle se sumerge en el mundo ancestral y traza pautas para recuperar costumbres y sobre todo las lenguas indígenas.

Para emprender esta idea hace cuatro años llegó al resguardo Gavilán, en el municipio de La Primavera (Vichada), donde conviven tres etnias: sikuani, piapoco y kuiba. “Ellas estaban urgidas de atención estatal y apoyo educativo, querían desarrollar proyectos propios, pero necesitaban asistencia técnica y profesional”, cuenta Hernández.

Desde entonces trabaja de la mano con los aborígenes para recuperar, en especial, la lengua sikuani. El académico ha desarrollado material didáctico para transmitir conocimiento a los menores. El objetivo es lograr que se dicten clases de sikuani, así como se enseña en los colegios literatura. Otras de las actividades son la Asamblea de Mujeres, la capacitación en corte y confección, el plan de siembras y las escuelas de liderazgo.

Elvira Dusuy, capitana sikuani, dice: “La meta de nosotros es llegar a que todas las vivencias que tengamos como pueblos indígenas se recuperen”. Cerca de 500 personas se han beneficiado con esta iniciativa, que incluyó desde el inicio la construcción de una casa comunitaria en la que se llevan a cabo las charlas trascendentales para el resguardo y es el símbolo de que la unión hace la fuerza.

Eladio Estrada, cacique sikuani, define a Álvaro como un libro de enseñanzas. Su labor, según Pablo Estrada, capitán sikuani, aspira a ser un ejemplo para otros pueblos, un modelo para replicar.

“Nosotros propendemos por el desarrollo autónomo de las comunidades y poco a poco queremos ser una organización más fuerte, que pueda tener una voz más contundente. Quiero llegar en la comunidad hasta el punto en donde no sea necesario estar”, concluye Hernández, uno de los 30 finalistas del concurso Titanes Caracol, en la categoría de Educación.

Cuando las comunidades indígenas sienten que sus tradiciones se están perdiendo con los cambios generacionales y que está en riesgo su ser autóctono, lanzan un SOS para que profesionales en el tema se acerquen a sus poblaciones y se creen conjuntamente estrategias para conservar la cultura. De esta misión se encarga el educador y director de la organización Profesionales Amigos, Álvaro Hernández Bello, quien junto a su grupo de estudiantes de la Universidad de La Salle se sumerge en el mundo ancestral y traza pautas para recuperar costumbres y sobre todo las lenguas indígenas.

Para emprender esta idea hace cuatro años llegó al resguardo Gavilán, en el municipio de La Primavera (Vichada), donde conviven tres etnias: sikuani, piapoco y kuiba. “Ellas estaban urgidas de atención estatal y apoyo educativo, querían desarrollar proyectos propios, pero necesitaban asistencia técnica y profesional”, cuenta Hernández.

Desde entonces trabaja de la mano con los aborígenes para recuperar, en especial, la lengua sikuani. El académico ha desarrollado material didáctico para transmitir conocimiento a los menores. El objetivo es lograr que se dicten clases de sikuani, así como se enseña en los colegios literatura. Otras de las actividades son la Asamblea de Mujeres, la capacitación en corte y confección, el plan de siembras y las escuelas de liderazgo.

Elvira Dusuy, capitana sikuani, dice: “La meta de nosotros es llegar a que todas las vivencias que tengamos como pueblos indígenas se recuperen”. Cerca de 500 personas se han beneficiado con esta iniciativa, que incluyó desde el inicio la construcción de una casa comunitaria en la que se llevan a cabo las charlas trascendentales para el resguardo y es el símbolo de que la unión hace la fuerza.

Eladio Estrada, cacique sikuani, define a Álvaro como un libro de enseñanzas. Su labor, según Pablo Estrada, capitán sikuani, aspira a ser un ejemplo para otros pueblos, un modelo para replicar.

“Nosotros propendemos por el desarrollo autónomo de las comunidades y poco a poco queremos ser una organización más fuerte, que pueda tener una voz más contundente. Quiero llegar en la comunidad hasta el punto en donde no sea necesario estar”, concluye Hernández, uno de los 30 finalistas del concurso Titanes Caracol, en la categoría de Educación.