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Un mes después de que se diera el trascendental paso de descongelar las relaciones entre Colombia y Venezuela y se reabriera la frontera entre los dos país, el balance sobre lo que ha dejado la reactivación del paso fronterizo sigue siendo agridulce para algunos sectores que esperaban que el cambio fuera más drástico e inmediato.
En el caso del transporte aéreo, por ejemplo, se esperaba que con esta nueva etapa de las relaciones bilaterales los vuelos comerciales entre ambos países se reactivaran para finales de septiembre, algo que aún no ha pasado. Sin embargo, de acuerdo con la Aeronáutica Civil, seis aerolíneas ya han recibido su visto bueno para volver a operar rutas hacia Caracas y Maracaibo, partiendo de ciudades como Bogotá y Medellín.
Entre las compañías que esperan retomar operaciones hacia y desde Venezuela se encuentran Wingo, Latam, Avianca, Laser, Turpial y Avior.
Por el lado del comercio binacional, las cifras son más alentadoras. Según el ministerio de Comercio, desde el 26 de septiembre, cuando pasaron los primeros camiones por los puentes Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, y hasta el pasado 21 de octubre, el comercio (exportaciones más importaciones) alcanzó los US$2,25 millones y 1.552 toneladas de carga.
“En materia aduanera, logística, de preparación y desarrollo de las exportaciones e importaciones, se superaron las expectativas y las cifras así lo señalan, más de US$2 millones en comercio en los 26 días (última cifra de reporte) de apertura. Todo se ha ido normalizando al desarrollo del comercio formal y eso nos llena de satisfacción. Seguimos trabajando para consolidar el proceso de reapertura de esta frontera”, dijo el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Germán Umaña Mendoza.
Umaña sostuvo que, además, se ha logrado “generar empleo, comercio al por menor, consumo. Esto se traduce en bienestar para los ciudadanos a ambos lados de la frontera y en crecimiento para las regiones y para ambos países”.
Según la Cámara de Integración Económica Venezolano Colombiana (Cavecol), se está desarrollando un proceso gradual que debe ir generando confianza entre los empresarios, lo que se puede acelerar acortando los tiempos en las aduanas y erradicando los cobros ilegales que pretenden hacer policías y militares en las carreteras.
"El comercio se hace entre gente, entre empresarios. Entonces, en la medida que tú tengas claridad de que ese canal es seguro (...) tú vas a direccionar, vas a operar por esa vía", explicó a EFE el presidente de Cavecol, Luis Alberto Russián, que tiene conocimiento sobre exportaciones de hierro, aluminio, carbón y fresas hacia Colombia en el último mes.
En sentido contrario, prosiguió, han entrado plásticos, vasos, papel higiénico, cartón e insumos para calzado. En peso, Venezuela envió cerca de 400 toneladas, mientras que Colombia mandó unas 160.
Aun cuando persiste el contrabando de mercancías a lo largo de los 2.219 kilómetros de frontera, el intercambio formal ha crecido algo en los últimos 30 días, según estimaciones de Cavecol, que no precisó el monto alcanzado desde la reapertura, aunque calcula que el acumulado de este año es, aproximadamente, de unos 900 millones de dólares.
De acuerdo con el ministerio de Comercio colombiano, en este mes el país ha exportado por los puentes de Santander insumos médicos; cajas de cartón corrugado; vasos plásticos; papel higiénico; confitería; insumos de calzado; láminas de cristal; polietileno; tela denim; máquina para alimentos; fertilizantes; revestimiento para paredes, alambre, pegante; escobas y tela de fibra sintética, entre otros bienes.
La cartera prevé que este año las importaciones y exportaciones entre los dos países estén por el orden de los US$800 a US$1.000 millones. Para el próximo año, la cifra podría estar entre los US$1.800 millones y US$2.000 millones.
Por su parte, la cámara de integración, que agrupa a más de 100 empresas de múltiples sectores, destaca que se mantiene la expectativa, especialmente en el turismo, pues los operadores venezolanos desean que se abra el paso de vehículos y se reanude la conectividad aérea para acoger a quienes fueron por décadas sus principales consumidores internacionales.
El dinero generado por el comercio internacional y el eventual paso de mercancías no son sinónimo de reapertura para quienes hacen movimientos pendulares por estos puentes, que tampoco ven el proceso como algo gradual, sino como la continuidad del cierre.
A juicio del embajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, el panorama irá cambiando, pues lo que se busca con los intercambios comerciales es que ninguna de las dos economías se vaya a ver afectada.
“Todo está listo, pero se debe hacer paulatinamente, vamos despacio y hay que entenderlo, pues la economía venezolana, antiguamente, era más sólida y era más fácil el tema arancelario”, indicó el diplomático recientemente, durante una reunión entre funcionarios de ambos países en la zona fronteriza.