Danilo Villafañe, el arhuaco defensor de la Sierra Nevada
El líder indígena murió el pasado 25 de diciembre, intentando salvar a una joven que se ahogaba en el río Palomino. Su gestión ha sido reconocida por los distintos sectores políticos.
Mónica Rivera Rueda
La diplomacia fue un rasgo que caracterizó al indígena Danilo Villafañe y eso quedó claro tras registrarse su muerte, pues no solo se pronunciaron reconocidos líderes de la derecha como Álvaro Uribe, sino que además recibió el reconocimiento de su gestión por parte de figuras de la izquierda como el presidente Gustavo Petro. Este líder del pueblo arhuaco heredó de su padre la lucha ambientalista, lo que lo hizo un reconocido defensor de las causas sociales y de la Sierra Nevada de Santa Marta.
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La diplomacia fue un rasgo que caracterizó al indígena Danilo Villafañe y eso quedó claro tras registrarse su muerte, pues no solo se pronunciaron reconocidos líderes de la derecha como Álvaro Uribe, sino que además recibió el reconocimiento de su gestión por parte de figuras de la izquierda como el presidente Gustavo Petro. Este líder del pueblo arhuaco heredó de su padre la lucha ambientalista, lo que lo hizo un reconocido defensor de las causas sociales y de la Sierra Nevada de Santa Marta.
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“Danilo Villafañe es un líder que tuvo la capacidad de continuar con el legado y objetivos que tuvo su papá en la lucha por el territorio, la cultura y también por una tradición. Fue un líder activo en la defensa por el territorio y el medioambiente y creo que su habilidad política fue tan importante que siempre estuvo dispuesto a mantener una línea política propia del pueblo arhuaco, lo que es muy importante”, aseguró a El Espectador Leonor Zabala, embajadora de Colombia ante la ONU.
Cuando cumplió 22 años, Danilo fue víctima de la violencia. A su padre, Adalberto Villafañe, uno de los primeros líderes arhuacos, lo asesinaron al salir de una reunión sobre erradicación de cultivos ilícitos en la región, por lo que Danilo terminó asumiendo su lucha, la de recuperar el territorio perdido por las invasiones, el boom de la marihuana y la llegada de religiosos y campesinos en busca de explotar la tierra.
“La Sierra fue colonizada, hay más de 300.000 campesinos. Esa colonización se dio en los últimos 50 años, porque antes la Sierra estuvo casi intacta, pero eso se dio después de la apertura de la vía Santa Marta- Paraguachón. Eso incrementó el número de colonos, que también llegaron por el impulso de la bonanza marimbera, la guaquería y, antecitos, el cultivo del café”, indicó Villafañe meses antes a este diario.
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Con la creación del primer resguardo en 1980, los indígenas buscaron sacar a las organizaciones religiosas, recuperar la tierra y con ello su cobertura vegetal. “Hemos tenido muchas dificultades, presencia de actores armados que se consolidan y el deterioro de la Sierra, que es única en este país como lo es el Amazonas o el Catatumbo”, aseguraba el líder arhuaco, para quien la meta era recuperar 120.000 hectáreas en los próximos 25 años, en los que buscarían reforestar el 70%.
Para lograrlo, hizo uso de las enseñanzas de su padre: “los indígenas y los blancos deben estar juntos, pero no revueltos”, indicó en una entrevista a Semana, en 2020. Bajo esto, desde muy temprano comprendió que tenía que hablar con todos los que pudieran tener injerencia en su territorio, sin importar que no pensaran igual que él. Así, terminó acompañando al gobierno en el proceso de compra de tierra en la sierra, en las que los indígenas erradicaron centenares de hectáreas cultivadas con coca.
Pero, su reconocimiento llegó en 2011, cuando apoyó el controvertido proyecto hotelero en el Parque Tayrona, que se impulsó en el gobierno de Juan Manuel Santos. Tres años más tarde, intentó tomar el camino político y se lanzó al senado con el aval de la Alianza Verde. No alcanzó a quedarse con una curul, sin embargo, en 2020 fue elegido como gobernador del cabildo arhuaco Magdalena - La Guajira, de los pueblos arhuacos, wiwas, koguis y kankuamos.
A la par su voz empezó a tener eco nacional. Fue asesor en temas indígenas del Ministerio de Ambiente; trabajó en la Organización de Estados Americanos (OEA), y fue muy activo en la consolidación de la línea negra, el cordón ambiental y cultural de la sierra nevada, que integran 10 pueblos indígenas, dentro del cual buscan fondos para generar nuevos asentamientos, construir escuelas y centros de salud y así evitar que se invada la parte alta de la sierra, la parte en la que aún se conserva las tradiciones. “Nosotros tenemos el conocimiento ancestral de más de 200 años y la apropiación cultural”, mencionaba Villafañe.
En cumplir parte de eso, el líder arhuaco centro gran parte de sus esfuerzos en el último año. En abril, Villafañe fue invitado por la ONU a una feria de inversiones de proyectos enfocados en los objetivos de desarrollo sostenible, para presentar “Terra Iniciative”, una iniciativa del pueblo arhuaco con un privado para construir comunidades energéticas, que quedarían en manos de las comunidades indígenas.
La idea consiste en construir tres “nuevos pueblos arhuacos” al lado de los paneles solares de los que se beneficiarían las comunidades indígenas de la sierra, cuya energía producida también se podría vender directamente al Sistema Interconectado Nacional (SIN). En 25 años, el privado donará las plantas solares, para que los mismos miembros del pueblo arhuaco decidan qué hacer con el proyecto.
Por todo esto, la muerte de Danilo Villafañe impacto. En la tarde del 25 de diciembre, mientras compartía con su familia, el arhuaco se lanzó al río Palomino, donde se junta con el mar Caribe, para intentar rescatar a Erika Izquierdo Chaparro, de 15 años, quien se ahogaba. El fuerte oleaje y la creciente del río frustraron su intento, por lo que poco después ambos tuvieron que ser rescatados y aunque fueron trasladados al centro de salud de Guachaca, ya no hubo nada que hacer, pues llegaron sin signos vitales.
Desde las diferentes corrientes políticas se ha destacado la dedicación que Villafañe le puso a sus causas, así como su persistencia. “Nos reunimos varias veces para discutir las formas de la crisis climática en la región, la instalación de las energías limpias en el corazón de la tierra: la Sierra Nevada a la que amaba y la concreción de la línea negra”, indicó el presidente Petro.
Detrás del líder arhuaco queda su legado, no solo por lo que construyó en más de 20 años de trabajo por el medioambiente, sino además por lo que cosechó dentro de su familia y de su hija Ati Viviam Villafañe, quien en los últimos años ha decidido seguir sus pasos.
“Siempre el pueblo arhuaco ha sido capaz de superar las crisis y creo que el legado de Danilo es un legado que es colectivo, que no solo lo hacía a él como un gran líder, sino que lo acompañaba el liderazgo de muchas autoridades. Tendremos que encontrar a alguien que le dé continuidad, porque nadie es reemplazable, pero que si continúe un legado tan eficaz, porque acá lo que prima es la colectividad del pueblo arhuaco que es el que toma las decisiones”, concluye Leonor Zabala.