Rodolfo Hernández, entre la política y la polémica

Sus agarrones en el concejo de Bucaramanga, sus comentarios explosivos y sin filtros, y sus regaños, de los cuales ni el mismísimo presidente Iván Duque se salva, lo convirtieron en uno de los políticos más mediáticos del país.

María Hernández
06 de mayo de 2019 - 08:40 p. m.
Rodolfo Hernández, entre la política y la polémica
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En noviembre de 2018 le dijo "hijueputa" y le dio una bofetada al concejal John Claro, del partido ASI, cuando este sugirió que había una relación empresarial entre el hijo de Hernández y el excongresista Fredy Anaya en la empresa Entorno Verde (que sonaba como una de las mejores opciones para el relleno sanitario de Bucaramanga).

John Claro se quedó con la mejilla izquierda colorada pese a tener la razón. Documentos oficiales confirmaron que el hijo del alcalde de Bucaramanga sí tuvo relaciones empresariales con Anaya. El hijo de Hernández ejerció el cargo de suplente en la junta directiva de Entorno Verde.

Anaya es uno de los personajes más poderosos de la política en Santander. Fue contralor de Bucaramanga. Estuvo a cargo de la dirección de la Corporación Autónoma para la Meseta de Bucaramanga. Fue congresista y su esposa, Nubia López, es representante a la Cámara.

El problema es que Anaya también ha estado asociado a escándalos por parapolítica. Aunque nunca se le ha probado, exjefes de autodofensas como Iván Roberto Duque, alias Ernesto Báez, lo han mencionado como cercano a estos grupos armados ilegales desmovolizados en Colombia desde 2007.

A la cachetada al concejal Claro su sumaron los comentarios ofensivos que el alcalde de la capital santandereana hizo a los bomberos de Bucaramanga. Son "unos gordos que no pueden subirse a un taburete", expresó el 11 de marzo de 2019.

El 11 de abril un regaño le salió al revés. Hernández, en su afán de pedir respeto a la comunidad LGBTI, le dijo “bruta” a la concejala Sonia Navas, del Partido Liberal, por discriminar a dicha población.

Ni el mismísimo presidente se ha salvado de los regaños de Hernández. “Duque es confuso, yo no he podido percibir su impacto nacional sobre el ejercicio de poder, siento como si no hubiera presidente”, dijo a El Espectador el 20 de marzo.

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A marzo de 2019, de acuerdo con la Procuraduría, Hernández era el alcalde con más procesos disciplinarios en el país: 25 en total.

Entre las investigaciones más sonadas está la que se deriva de los comentarios despectivos que hizo contra el Acueducto Metropolitano de Bucaramanga, atentando contra la imagen de la institución. Tiene otras en curso por injuria y calumnia; por irrespeto a un contralor, y por la cachetada al concejal Claro.

“Mis comentarios no son despectivos, son reales. Yo cómo voy a permitir que un funcionario se robe la plata de los pobres y, tratarlo como un embajador, cuando él sí fue despectivo con la gente al intentar robarse la plata”, expresó Hernández.

El alcalde nació el 26 de marzo de 1945 en Piedecuesta. Desde niño quiso ser arquitecto. Su padre era un sastre, pero “de pacotilla, no como Óscar de la Renta”. Su madre se dedicaba al cuidado de sus cuatro hijos.

Estudió Ingeniería Civil en la Universidad Nacional de Bogotá con el ideal de ayudar a los más pobres para que accedieran a viviendas a bajo costo. Después de graduarse como ingeniero, ingresó al mundo de la política.

Tocó las puertas del conservador Jaime Serrano Rueda, gobernador de Santander entre 1970 a 1971. “Duré cinco meses con el doctor hasta que llegó Jaime Trillos (gobernador conservador de 1971 a 1973) y me sacó del cargo como un perro, simplemente porque no era de la rosca política de él”.

Hernández trabajó como ingeniero en el laboratorio de suelos de dicha entidad.

El secuestro de su hija

En 2006, cuando Colombia aún era uno de los países con mayor número de secuestros en el mundo y las Farc todavía tenían en su poder a diputados, congresistas, policías, periodistas y civiles; y aún estaba en la memoria de los colombianos el secuestro del fokker de Avianca desviado por seis guerrilleros del Eln, cuando viajaba de Bucaramanga a Bogotá el 12 de abril de 1999, el flagelo de la violencia tocó las puertas del actual alcalde de Bucaramanga y su familia. La única hija que tuvo fue secuestrada en Ocaña.

“Han pasado 13 años (...) Yo creo que fueron los del Eln, pero al parecer luego la vendieron a las Farc. No sé nada de ella”. Es lo único que se atreve a decir sobre su hija.

Juliana salió de su casa con una compañera de la universidad. Los secuestradores, según información del mayor de los hermanos en un medio de la región, habrían aprovechado su estado de alicoramiento para raptarla.

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La familia tuvo contacto con los presuntos raptores durante un tiempo, pero luego dejaron de hablar. Desde entonces Mauricio, Luis Carlos y Rodolfo José, hijos del alcalde de Bucaramanga, perdieron a su única hermana.

El mundo empresarial de Hernández

Después de su fugaz pasó por la política, creó junto a dos compañeros, Abelardo Serrano Otero y Guillermo Gómez Serrano, HG Constructora. “Pasó un tiempo y mis socios se fueron y quedé a cargo”. El 29 de julio de 2019 su empresa cumplirá 47 años.

Hernández, mediante el Movimiento Cívico Lógica, Ética y Estética, recogió 130.000 firmas para inscribir su candidatura independiente a la Alcaldía de la Bucaramanga.

Una de sus propuestas fue construir 20 mil hogares para las comunidades más pobres de la ciudad, promesa que no pudo cumplir porque, según él, en la antigua administración, la de Luis Francisco Bohórquez, "se robaron todo”.

Bohórquez y Hernández fueron amigos muy cercanos. Pero se distanciaron. “Su administración dejó un hueco, un cráter financiero en la tesorería municipal de más de 250 mil millones de cuentas por pagar y otros compromisos sin respaldo”, indicó Rodolfo Hernández.

Bohórquez, alcalde de Bucaramanga de 2012 a 2015, estuvo detenido en una cárcel de San Gil, desde el 24 de noviembre de 2017 y hasta el 3 de abril de 2019, por presuntas irregularidades contractuales por más de $15 mil millones, con empresas que tienen vínculos con la iglesia Manantial de Amor, que es propiedad de algunos de sus familiares. Bohórquez quedó en libertad por vencimiento de términos.

Hernández fue una de las personas que aportó pruebas a la Fiscalía para la captura de Bohórquez.

“Yo me separé de 'Lucho' mucho antes de que terminara la alcaldía. Un día le dije que no estaba cumpliendo con el mandato y que estaba robando a la gente y que ante esto me lanzaba a la alcaldía. Él me dijo que me ayudaba y yo le dije ‘no lo haga, que no quiero nada de usted’”.

Rodolfo Hernández afirmó que el 20 de marzo de 2015, el senador Álvaro Uribe Vélez le pidió reunirse con él. “Me llamó y me dijo que qué era lo que yo quería con Bucaramanga. Y yo le dije que acabar con la politiquería y ya”.

No le dio mayor importancia a ese hecho y siguió trabajando. Siete meses después, el 25 de octubre, ganó la alcaldía de la ciudad con 77.216 votos.

¿Participación política?

Aunque se presentó como un candidato ajeno a la política, sus acciones dicen lo contrario.

En varias ocasiones demostró su apoyo a ciertos candidatos durante épocas electorales. Uno de los más cuestionados fue el respaldo hacia Leónidas Gómez, precandidato a la gobernación del departamento para el periodo 2020 - 2024.

“Conozco a Leónidas. Es un hombre con buenas intenciones. Es un candidato bueno para la Gobernación, pero yo no voy a comprar votos para que voten por él, ni más faltaba. Cada uno vote con su propia consciencia”, dijo el alcalde de Bucaramanga.

A este acto se sumó el del 7 de enero de 2019, durante su trasmisión de Facebook Live, cuando afirmó que "en la Gobernación ya tenemos un gran candidato que es el doctor Leónidas Gómez”.

Para el alcalde Bucaramanga reunirse con candidatos a las alcaldías de los municipios de Santander no significa hacer participación política, sino pedagogía ciudadana.

En su reunión del 11 de marzo con ocho precandidatos a la alcaldía de Bucaramanga, afirmó que “fue filosofía. Yo sólo les dije 'estos son los gastos de la ciudad. Tengan esa información para que ustedes la puedan promulgar en la campaña'. Yo no le digo a la gente que vote por ellos”.

“Él está participando en procesos de apoyar a candidatos a la alcaldía de diferentes municipios de Santander. Está suspendiendo el derecho a la igualdad cuando él viene de un proceso de elección popular, por ende, no puede hacer participación política”, afirmó Pedro Nilson Amaya, concejal de Bucaramanga.

Pese a todos los problemas que enfrenta, sectores de la comunidad de Bucaramanga los respaldan.

A finales de 2018, Hernández fue reintegrado a su cargo luego de la citada suspensión por pegarle una cachetada al concejal John Claro. Ciudadanos que lo apoyan llenaron el parque García Rovira, ubicado al frente de la alcaldía y gritaban con entusiasmo: “vamos alcalde”.

El viernes, 3 de mayo, el Consejo de Estado dejó en firme la suspensión a Hernández por la cachetada al concejal Claro. Tres días después, el mandatario aseguró que seguirá en el poder porque la decisión se tomó cuando ya había pasado el periodo de 90 días en los que se debía notificar la medida disciplinaria.

Aún faltan casi siete meses para que Hernández termine su mandato en Bucaramanga, el polémico alcalde ya hizo un anuncio sobre su futuro político: quiere ser presidente de Colombia.

María Hernández

Por María Hernández

Periodista y comunicadora social de la Universidad Autónoma de Bucaramanga. Defensora de los animales y las causas sociales.@Mariangel0117mahernandez@elespectador.com

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