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Las noticias de desastres por deslizamientos, derrumbes, inundaciones, desbordamientos y calamidades por cuenta de la temporada de lluvias que atraviesa el país se han vuelto una constante durante las últimas semanas. Solo en julio, las lluvias en Colombia dejaron 9.037 familias afectadas, seis personas fallecidas, 27 heridas, un desaparecido, 5.799 viviendas con daños y 79 más destruidas, según la información de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres. En dicho mes se presentaron 155 eventos relacionados con las lluvias en 113 municipios de 24 departamentos del país, siendo Norte de Santander, Putumayo, Antioquia, Arauca, Meta, Caquetá, Cundinamarca, Atlántico y Santander los más afectados.
Sin embargo, según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), el país apenas está atravesando la temporada de menos lluvias del año (aunque ha tenido más precipitaciones de lo normal) y se espera que la segunda temporada fuerte inicie a mediados de septiembre acompañada del fenómeno de La Niña, un tiempo de precipitaciones, que ha generando emergencias asociadas a inundaciones, crecientes súbitas y deslizamientos de tierra. Hay del 62 al 69 % de probabilidad de que este fenómeno climático llegue al país este año. Por el momento, el IDEAM mantiene en alerta roja a 23 municipios por posibles deslizamientos y a más de 200 en alerta naranja. El Espectador habló con Yolanda González Hernández, directora del IDEAM, quien explicó lo que ha sido la primera temporada de lluvias, que atraviesa el país, y lo que vendrá en lo queda de este segundo semestre.
¿Cuál es el balance de la primera temporada de lluvias en Colombia?
La temporada de lluvias en gran parte del territorio nacional se presenta a mediados de marzo, abril, mayo y junio. Lo que ha pasado es que nuestra segunda temporada de menos lluvias ha estado con precipitaciones sobre lo normal. Especialmente el mes de julio, y en agosto, en los últimos quince días, las precipitaciones han sido significativas. En Medellín, el promedio de precipitaciones es de 139 milímetros (mm) y ya llevamos más de 160, en Cúcuta es de 218 mm y ya va por 239. Lo mismo pasa con otras ciudades como Manizales, Pereira, Ibagué y Armenia, que llegaron a los promedios y los superaron. Esto no solo ha pasado en la región Andina, sino también en la región Caribe. En algunos sectores de La Guajira los promedios oscilan en 103 mm y vamos en 180 mm. En julio y agosto sí llueve en esta región. Hemos estado con lluvias sobre lo normal, es algo que suele suceder cuando tenemos anomalías de precipitaciones. Así como hay años muy secos, en los que se acentúan las temporadas menos lluviosas, hay momentos en que las temperaturas menos lluviosas tienen mayores volúmenes de precipitación, no es atípico.
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¿Hasta cuándo se extenderá esta temporada de lluvias?
Estamos en la temporada de menos lluvias en la región Andina, mientras que la región Caribe sí está en temporada de lluvias, allí se mantienen. En la Orinoquia colombiana recordemos que solo hay una temporada de lluvias y una temporada seca, allí continuamos con las precipitaciones; las más intensas suelen darse en los Llanos Orientales, en julio y agosto. En la región Andina, lo que queda de agosto, seguiremos con algunas precipitaciones, lloviznas, lluvias ligeras, incluso algunos volúmenes considerables y tendremos algunos intervalos de días soleados. Lo que queda es prepararnos para la segunda temporada de lluvias, especialmente porque tenemos estos antecedentes de lluvias sobre lo normal.
¿De qué manera se pueden preparar los municipios frente a las temporadas de lluvias en el país?
Las autoridades de Gestión del Riesgo están en el monitoreo permanente, especialmente cuando hablamos de variabilidad climática. Esto nos invita a que siempre hay que estar atentos a esas oscilaciones de las temperaturas del océano Pacífico tropical, porque de esto depende que haya más o menos lluvias, y así tomemos medidas preventivas en los planes municipales o departamentales de gestión de riesgo. Permanentemente emitimos comunicados especiales de predicción climática y unos comunicados resumidos orientados a la gestión del riesgo. Estamos en un país tropical, susceptible a eventos de deslizamientos. La invitación es a sembrar árboles a las orillas del río, porque esto nos permite mantener el equilibrio del ecosistema y es una medida de adaptación para eventos extremos de precipitaciones para que cuando lleguen las lluvias extremas, que siempre llegan, no tengamos esas crecientes súbitas y esas inundaciones. Tenemos que adaptarnos y prestar mayor cuidado a la variabilidad climática. Siempre hay que planear con el clima, en todos los sectores.
En departamentos como Arauca, por ejemplo, las lluvias han dejado más de 40.000 damnificados. ¿Qué condiciones hacen que este departamento haya tenido tales afectaciones?
Los grandes ríos que transitan por el departamento, esos tránsitos de las crecientes a las cuencas medias y bajas, llegan a donde está la población. Ha estado lloviendo fuertemente hacia el Piedemonte araucano, hacia el occidente de la región de la Orinoquia. Lo que sucede es que los afluentes, ríos y quebradas llevan todas esas aguas al gran río y transitan por ahí. Esto es lo que genera que no tengan la capacidad de transitarla y por eso se dan los desbordamientos debido a las fuertes precipitaciones. Recordemos que el río Arauca tiene una influencia de las precipitaciones en Norte de Santander, hacia el sur, en el municipio de Toledo, y allí ha estado lloviendo fuertemente, y estos son aportantes de la cuenca alta del río Arauca.
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Desde el IDEAM han alertado sobre una probabilidad del 69 % del fenómeno de La Niña. ¿En qué se traduce eso?
En el Ecuador hay una franja que se llama océano Pacífico tropical. Esa franja ha estado con un enfriamiento y los modelos indican que va a seguir con esa tendencia de estar más frío de lo normal. Cuando esa sección del océano Pacífico tropical está más fría da la probabilidad de desarrollo de fenómenos como el de La Niña, y como la tendencia ha incrementado hemos venido previendo e informando que este enfriamiento nos puede generar precipitaciones más fuertes en el segundo semestre. Si ese enfriamiento sigue evolucionando, podemos tener lluvias sobre lo normal. Ya los modelos nos indican que nuestra segunda temporada va a estar con lluvias significativas. Las probabilidades están oscilando del 62 al 69 %, de que esas lluvias estarían en octubre, noviembre, diciembre e incluso enero.
¿Qué deben hacer los mandatarios y las entidades de riesgo para mitigar los riesgos que se pueden presentar?
Los encargados de hacer esos planes de mitigación del riesgo son los consejos municipales de gestión del riesgo, presididos por los alcaldes, y los consejos departamentales, gobernadores y equipo de gobierno. Se deben orientar estos planes a futuro, considerando cómo han estado las lluvias, si están saturados sus suelos, qué alertas están vigentes y tomar las medidas preventivas desde ya. La segunda temporada de lluvias inicia en septiembre, el mes más lluvioso es octubre y esperamos un noviembre bastante lluvioso.
En Colombia, ¿hace falta más cultura del riesgo?
Debemos seguir mejorando en la gestión del riesgo local, hemos mejorado muchísimo en los sistemas de alertas tempranas, que han salvado vidas. Vemos casos como en Mocoa, con las alertas tempranas, es un ejemplo para todos los municipios y alcaldes. Este sistema implementa comunicación permanente entre quienes habitan en todas las partes de la cuenca, alta, media y baja, atención de la información y de los comunicados. Somos un país tropical, tenemos estas vulnerabilidades del clima. Debemos seguir con esa mejora de los sistemas de alarmas tempranas.
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Hace varios días se hablaba de Necoclí, el golfo del Urabá y, por ende, del Tapón del Darién. La situación de represamiento de migrantes se dio, en parte, porque las lluvias en esa zona del país dificultaban el transporte desde Necoclí hasta Capurganá. ¿Cuáles son las condiciones climáticas y geográficas de estas zonas colombianas, transitadas en gran medida por migrantes, que dificultan su paso?
En esta época del año transitan ondas tropicales. Son unos sistemas que vienen desde el Atlántico se desplazan, llegan al norte de Sudamérica, pasan por nuestra región Caribe colombiana, luego por el mar Caribe, el Golfo de Urabá y de ahí se desplazan hasta Centroamérica. Estas ondas tropicales han estado con bastante precipitación y muy continuas, lo que ha hecho es que ha mantenido las condiciones lluviosas en la región Caribe y el Golfo de Urabá. Recordemos que es una de nuestras zonas más lluviosas del territorio nacional. Por lo tanto, son esos ecosistemas exuberantes que tenemos allí. Lo mismo que al centro y norte de Chocó.
Ya casi se cumple un año del paso del huracán Iota por Providencia, San Andrés y Santa Catalina. ¿Existen probabilidades de riesgo por eventos similares?
Por esta temporada no ha pasado nada hasta la fecha, los huracanes han estado muy distantes de los sistemas en la temporada. El Centro Nacional de Huracanes y el IDEAM informaron previamente que estaríamos con una temporada sobre lo normal, pero a la fecha no hemos tenido riesgos ni amenazas de presencia de ciclones en el mar Caribe colombiano o de influencia directa en nuestro territorio nacional. Sin embargo, seguimos monitoreando constantemente.