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En el aeropuerto de la ciudad de París, en Francia, fue encontrado el principal sospechoso de la desaparición del sacerdote Darío Valencia Uribe, quien fue visto por última vez el pasado jueves 25 de abril, en Pereira. Sin embargo, se estarían esperando los trámites para que el hombre sea extraditado.
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En su momento, el alcalde de Pereira, Mauricio Salazar Peláez, señaló que “el presunto responsable de la desaparición del párroco se conoce con el nombre de Julián Eduardo Cifuentes Gómez, el cual, según las autoridades de manera intempestiva, el día de ayer abordó un vuelo rumbo a París, Francia”.
De acuerdo con la alcaldía, el sospechoso fue detenido en el aeropuerto Charles de Gaulle, ya que en su pasaporte aparece una circular azul de Interpol. Por lo pronto, se espera que las autoridades realicen los trámites correspondientes para que el sujeto regrese al país.
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Valencia fue visto, por última vez, en una cafetería de la ciudad a la que fue a desayunar con su mamá. El párroco iba vestido con una camiseta roja, pantalón oscuro y una maleta negra terciada en el pecho. Luego de la reunión con su madre, el sacerdote iba a encontrarse con una persona para cerrar la venta de su camioneta, pero nadie volvió a tener contacto con el párroco después de eso.
Un día después de la desaparición fue encontrada la camioneta del religioso en el municipio de Viterbo, en Caldas. Dentro del vehículo se hallaron restos de sangre, pero no había indicios del paradero del párroco.
“El padre ha desaparecido. Todas las autoridades saben y están en el proceso de búsqueda. Estamos muy tristes. Todavía no hay ninguna idea o alguna certeza de qué pasó con él, con su vida y su salud. Estamos esperando que todo llegue a un feliz término y que el padre se encuentre con vida”, dijo ese día monseñor Rigoberto Corredor Bermúdez, Obispo de Pereira.
Sumado a esto, el religioso indicó: “Hoy es el quinto día. Estamos muy angustiados, esto es como un martirio, un dolor, una incertidumbre total. Queremos saber sobre la suerte del padre. Reconozco la preocupación de las autoridades, pero no podemos dejar que esto se prolongue de esta manera tan terrible para la familia, la parroquia, la Diócesis”.