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Pasaron varias horas antes de que las autoridades de socorro llegaran a la mina La Chapa, en la vereda Hormezaque, del municipio Tasco (Boyacá), donde en la tarde del pasado sábado ocurrió una explosión que sepultó a 15 mineros que se encontraban dentro del lugar y cuyos cuerpos terminaron de ser encontrados en la tarde de ayer.
La emergencia se presentó luego de que, al parecer, se diera una explosión de gas metano, que produjo derrumbes dentro del socavón, así como la intoxicación de quienes se encontraban adentro, pero además estas circunstancias dificultaron la búsqueda, ya que cada vez que ingresaba un rescatista o se acercaba un familiar debían tomar su frecuencia cardíaca, respiratoria y la tensión arterial ante las altas concentraciones del gas letal.
A la zona llegaron grupos de salvamento de la Agencia Nacional de Minería (ANM), así como 60 socorredores mineros, cuatro ingenieros y trabajadores de la empresa, que en compañía de bomberos de Boyacá y Policía hicieron la búsqueda e instalaron un ducto de ventilación para mejorar las condiciones del aire con la esperanza de encontrar a alguno de los desaparecidos con vida.
Pero la mayoría de los cuerpos pudieron encontrarse durante el domingo y parte del lunes, lo que poco a poco evidenció una tragedia dentro de otra. La de una familia que perdió a cinco de sus integrantes. “Son cinco sobrinos, tres hijos de mi hermana, mi otra hermana tenía dos hijos. Entonces, cinco en total. Imagínese el dolor tan grande”, dijo a Noticias Caracol Fernando Montoya López, tío de las víctimas.
Por su parte, Fermín Montoya indicó que de una forma u otra aquí se puede decir que entre todos había familiares, ya que en la tragedia fallecieron dos primos, dos esposos de sus sobrinas y dos sobrinos de una de sus cuñadas. Mientras que habitantes de la zona, en medio de la consternación, resaltaron que todos los que trabajaban allí buscaban una manera de vivir, ya que la principal fuente de ingresos para los jóvenes es la minería que se realiza en la zona.
Y es que el municipio de Tasco se encuentra dentro de la cuenca carbonífera de Sogamoso-Jericó, de donde se extrae más del 65 % del carbón en Boyacá, según la ANM, porque además de contar con un alto valor calorífico y térmico, tiene bajas concentraciones en azufre y ceniza. Esto ha incentivado la minería ilegal, pero además la llegada de nuevas empresas, como la empresa Hunza Coal, que han querido implementar la minería hidráulica para extraer el carbón de un título que limita con el páramo y Parque Natural de Pisba, a lo que se han opuesto ambientalistas y habitantes de la zona.
La reciente tragedia ocurrió sobre un título de explotación subterránea en la mina La Chapa, cuyo titular es Acerías Paz del Río y el explotador Ingecolmaq S. A. S., que tenía permisos para la excavación y montaje del socavón, mas no para su excavación.
Por ello, la ANM anunció investigaciones, ya que no debería haber mineros y menos extracción de material en la zona. Esa entidad interpondrán medidas de seguridad a “las explotaciones de título que en las mediciones presenten alta vulnerabilidad para explosión”.
Por su parte, el alcalde de Tasco, Juan Yesid Cusba Tibaduiza, afirmó que el municipio no realiza ningún tipo de control sobre estas zonas mineras, escudado en que los títulos los otorga la nación y por ello le corresponde a la ANM entregar reportes de su funcionamiento. Por otro lado, luego de que se encontrara el último cuerpo, anunció que se declararían dos días de duelo en el municipio.
“En Boyacá estamos de luto. Profundamente afligidos por la tragedia que se registró en la mina de carbón La Chapa. Nos duele el corazón y el sufrimiento de las personas que han perdido a sus hijos y esposos”, indicó por su lado el gobernador de Boyacá, Ramiro Barragán, quien además informó que la Cruz Roja se encarga de la atención psicosocial de las familias de las víctimas.
A este hecho se le suma el reportado el pasado 5 de febrero en el municipio de Samacá, en el que cinco mineros murieron luego de una explosión en un socavón, que se suman a la lista de las 19 emergencias registradas a lo largo de este año en minas, que han dejado 36 víctimas mortales, la mayoría de los cuales se presenta por fallas geomecánicas (como derrumbes, caída de roca y colapso del frente), explosiones y atmósfera contaminada e irrespirable, según indican cifras de la ANM.
La cuestión ahora es lo que vendrá, pues si bien desde el Gobierno Nacional se anuncian medidas inmediatas para evitar nuevas tragedias en la zona, los habitantes del municipio piden mayor prevención, ante las demoras en la atención de la emergencia, así como mejores oportunidades laborales, pues pese a que tragedias como esta enlutan hoy a Boyacá, los mineros resaltan que no dejarán de entrar a las minas, pues no tienen mayores posibilidades para subsistir.