Tras un año de pandemia, cerca de 1.200 indígenas han muerto en Colombia por COVID-19
El primer caso de COVID-19 llegó a Colombia el 6 de marzo de 2020. El virus supuso un reto para las comunidades indígenas, pues muchos no tienen acceso a servicios básicos. Un año después, 80 pueblos indígenas se han visto afectados y al menos 1.185 personas han muerto.
Aunque 35.799 personas de estos grupos étnicos se han recuperado de la enfermedad, en el Amazonas continúan en alerta por la llegada de la variante brasileña del virus.
La pandemia de coronavirus ha afectado a 80 pueblos indígenas en Colombia, al menos 1.185 personas han muerto ha causa del COVID-19 y 37.522 se han contagiado en un año de emergencia sanitaria, según las cifras del Instituto Nacional de Salud (INS) divulgadas este lunes.
Aunque 35.799 personas de estos grupos étnicos se han recuperado de la enfermedad, en el Amazonas continúan en alerta por la llegada a finales de enero de la variante brasileña del virus y ante el temor de que esa zona, fronteriza con Brasil y Perú, vuelva a padecer los estragos de la pandemia.
Los primeros meses de crisis supusieron un enorme reto en los territorios indígenas, donde la mayoría de las comunidades no tenían acceso a servicios básicos ni contaban con una infraestructura de salud necesaria para enfrentar la emergencia sanitaria.
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Desde el 6 de marzo del año pasado, fecha en la que se reportó el primer caso en Colombia, la mayor cantidad de contagios en indígenas se ha registrado en Bogotá (5.362), a donde se desplazan las comunidades, en muchas ocasiones a causa de la violencia que azota a sus territorios.
Con altas cifras de infecciones en esta población también aparecen los departamentos de Nariño (3.826), Cauca (2.610), Córdoba (1.968), Valle del Cauca (1.722), Tolima (1.438), Sucre (1.422) y Amazonas (1.317).
Mecanismo excepcional de vacunación
Para evitar mayores riesgos, el Ministerio de Salud aprobó una medida excepcional para vacunar a los pobladores del cinturón amazónico, conformado por Amazonas, Guainía y Vaupés, en los que viven más de 165.000 personas.
Con ese propósito, la entidad sanitaria inició un plan de inmunización para todos los habitantes de esa región que no tiene en cuenta las fases por grupos de riesgo dispuestas para el resto de los ciudadanos.
El Amazonas, donde se han confirmado 5.637 contagios y se han aplicado 21.925 dosis, es el departamento de este cinturón en el que más personas han recibido la vacuna. En esa zona confluye una triple frontera formada por las localidades de Leticia, Tabatinga (Brasil) y Santa Rosa de Yavarí (Perú), por lo que el riesgo de contagio de nuevas cepas del coronavirus es más alto.
Al Amazonas le siguen los departamentos de Guainía, con 1.330 vacunas aplicadas, y Vaupés con 1.153.
Líder indígena, víctima del coronavirus
Una de las víctimas mortales de esta población fue el consejero mayor de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), Luis Fernando Arias, quien falleció el pasado 13 de febrero por coronavirus después de permanecer varias semanas hospitalizado.
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Arias, nativo del pueblo kankuamo, de la Sierra Nevada de Santa Marta, lideró durante más de una década la ONIC, estuvo al frente de las manifestaciones nacionales de las comunidades indígenas contra la violencia en sus territorios y presidió conversaciones con el Gobierno nacional para exigir el cumplimiento de los derechos de sus pueblos.
Aunque 35.799 personas de estos grupos étnicos se han recuperado de la enfermedad, en el Amazonas continúan en alerta por la llegada de la variante brasileña del virus.
La pandemia de coronavirus ha afectado a 80 pueblos indígenas en Colombia, al menos 1.185 personas han muerto ha causa del COVID-19 y 37.522 se han contagiado en un año de emergencia sanitaria, según las cifras del Instituto Nacional de Salud (INS) divulgadas este lunes.
Aunque 35.799 personas de estos grupos étnicos se han recuperado de la enfermedad, en el Amazonas continúan en alerta por la llegada a finales de enero de la variante brasileña del virus y ante el temor de que esa zona, fronteriza con Brasil y Perú, vuelva a padecer los estragos de la pandemia.
Los primeros meses de crisis supusieron un enorme reto en los territorios indígenas, donde la mayoría de las comunidades no tenían acceso a servicios básicos ni contaban con una infraestructura de salud necesaria para enfrentar la emergencia sanitaria.
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Desde el 6 de marzo del año pasado, fecha en la que se reportó el primer caso en Colombia, la mayor cantidad de contagios en indígenas se ha registrado en Bogotá (5.362), a donde se desplazan las comunidades, en muchas ocasiones a causa de la violencia que azota a sus territorios.
Con altas cifras de infecciones en esta población también aparecen los departamentos de Nariño (3.826), Cauca (2.610), Córdoba (1.968), Valle del Cauca (1.722), Tolima (1.438), Sucre (1.422) y Amazonas (1.317).
Mecanismo excepcional de vacunación
Para evitar mayores riesgos, el Ministerio de Salud aprobó una medida excepcional para vacunar a los pobladores del cinturón amazónico, conformado por Amazonas, Guainía y Vaupés, en los que viven más de 165.000 personas.
Con ese propósito, la entidad sanitaria inició un plan de inmunización para todos los habitantes de esa región que no tiene en cuenta las fases por grupos de riesgo dispuestas para el resto de los ciudadanos.
El Amazonas, donde se han confirmado 5.637 contagios y se han aplicado 21.925 dosis, es el departamento de este cinturón en el que más personas han recibido la vacuna. En esa zona confluye una triple frontera formada por las localidades de Leticia, Tabatinga (Brasil) y Santa Rosa de Yavarí (Perú), por lo que el riesgo de contagio de nuevas cepas del coronavirus es más alto.
Al Amazonas le siguen los departamentos de Guainía, con 1.330 vacunas aplicadas, y Vaupés con 1.153.
Líder indígena, víctima del coronavirus
Una de las víctimas mortales de esta población fue el consejero mayor de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), Luis Fernando Arias, quien falleció el pasado 13 de febrero por coronavirus después de permanecer varias semanas hospitalizado.
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Arias, nativo del pueblo kankuamo, de la Sierra Nevada de Santa Marta, lideró durante más de una década la ONIC, estuvo al frente de las manifestaciones nacionales de las comunidades indígenas contra la violencia en sus territorios y presidió conversaciones con el Gobierno nacional para exigir el cumplimiento de los derechos de sus pueblos.