Una mirada a Cúcuta desde las políticas públicas
En los últimos cinco años, como indicó Migración Colombia, cerca de 110.000 personas se han establecido con vocación de permanencia en Cúcuta, lo que constituye el 18 % del total de la población de esta ciudad.
Fundación Paz y Reconciliación
En el marco de la iniciativa “Colombia y sus fronteras de cara a la migración”, entre El Espectador, la Friedrich Ebert Stiftung Colombia (Fescol) y la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), construimos un informe para comprender el contexto socioeconómico del territorio y, desde allí, aportar recomendaciones para el seguimiento y debate público sobre la atención a la población migrante en Cúcuta y el área metropolitana.
Consultamos a entidades involucradas en la protección de dicha población: Defensoría del Pueblo, Personería Municipal, Observatorio de Género de Norte de Santander, Secretaría de Seguridad de Cúcuta, académicos y la Alcaldía Municipal de Cúcuta. Frente a la conciencia de una trayectoria histórica de migración en la ciudad, el alcalde de la capital nortesantandereana, Jairo Yáñez, plantea que “hay que pensar el desarrollo de las fronteras con una visión de futuro, hay que sembrar la migración. Antes eran colombianos que migraron a Venezuela, ahora son venezolanos y colombo-venezolanos hacia Cúcuta”. La expresión “sembrar la migración” tiene una connotación de reconocimiento del derecho de la población migrante a establecerse con garantías y oportunidades.
De esta manera, apostándole a políticas de planeación a migrantes con perspectiva de derechos humanos y con el fin de garantizar una atención integral y diferenciada, estas son algunas de las prioridades seleccionadas a partir del trabajo de investigación.
• Una adecuada atención a la población migrante requiere coordinaciones y sinergias entre el Gobierno colombiano y el venezolano. Hay que trabajar por el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y agendar el tema de migración como un asunto de trabajo binacional.
• La atención de la migración en Cúcuta y el área metropolitana implica una adecuada coordinación con las autoridades del estado del Táchira, dinámica sobre la cual hay experiencias recientes importantes que deben mantenerse y profundizarse.
• Hay que evaluar la política de atención a la migración adelantada en Cúcuta y el área metropolitana en los últimos cinco años. Esta evaluación puede ser adelantada por el Departamento de Planeación Nacional, en coordinación con la Alcaldía de Cúcuta y las alcaldías de los municipios que hacen parte del área metropolitana.
• Se requieren planes con indicadores verificables, que establezcan una progresividad en la acción y cobertura con recursos adecuados.
• Hay que darles prioridad a los planes para integrar al 100 % de niños y adolescentes que se deben incorporar al sistema educativo.
• Los programas de formación para el trabajo y el emprendimiento deben ser evaluados y ampliados en su cobertura, manteniendo la ligazón con temas de acceso al crédito y articulados a las cadenas productivas de mayor dinamismo en la ciudad y la región.
• Hay que darles prioridad a los programas de promoción juvenil e integración de la juventud a los nuevos contextos comunitarios y sociales a los que llegan.
• Es necesario promover transformaciones de los estereotipos y percepciones sociales xenofóbicas en instituciones educativas, de salud y justicia, para mejorar el entendimiento sobre los efectos negativos de la violencia a lo largo de la vida de las mujeres y niñas migrantes.
• Es pertinente fortalecer la colaboración intersectorial entre sector salud, educación, trabajo y asistencia social para ofrecer un acompañamiento integral con enfoques diferencial, migratorio y de género, identificando y reconociendo las nuevas dinámicas de violencia que emergen durante tiempos de covid-19 (estas y otras recomendaciones de género se encuentran en un apartado del Observatorio de Género que se integró en el informe).
Para conocer los detalles de este informe, ingresa a pares.com.co y consúltalo.
En el marco de la iniciativa “Colombia y sus fronteras de cara a la migración”, entre El Espectador, la Friedrich Ebert Stiftung Colombia (Fescol) y la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), construimos un informe para comprender el contexto socioeconómico del territorio y, desde allí, aportar recomendaciones para el seguimiento y debate público sobre la atención a la población migrante en Cúcuta y el área metropolitana.
Consultamos a entidades involucradas en la protección de dicha población: Defensoría del Pueblo, Personería Municipal, Observatorio de Género de Norte de Santander, Secretaría de Seguridad de Cúcuta, académicos y la Alcaldía Municipal de Cúcuta. Frente a la conciencia de una trayectoria histórica de migración en la ciudad, el alcalde de la capital nortesantandereana, Jairo Yáñez, plantea que “hay que pensar el desarrollo de las fronteras con una visión de futuro, hay que sembrar la migración. Antes eran colombianos que migraron a Venezuela, ahora son venezolanos y colombo-venezolanos hacia Cúcuta”. La expresión “sembrar la migración” tiene una connotación de reconocimiento del derecho de la población migrante a establecerse con garantías y oportunidades.
De esta manera, apostándole a políticas de planeación a migrantes con perspectiva de derechos humanos y con el fin de garantizar una atención integral y diferenciada, estas son algunas de las prioridades seleccionadas a partir del trabajo de investigación.
• Una adecuada atención a la población migrante requiere coordinaciones y sinergias entre el Gobierno colombiano y el venezolano. Hay que trabajar por el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y agendar el tema de migración como un asunto de trabajo binacional.
• La atención de la migración en Cúcuta y el área metropolitana implica una adecuada coordinación con las autoridades del estado del Táchira, dinámica sobre la cual hay experiencias recientes importantes que deben mantenerse y profundizarse.
• Hay que evaluar la política de atención a la migración adelantada en Cúcuta y el área metropolitana en los últimos cinco años. Esta evaluación puede ser adelantada por el Departamento de Planeación Nacional, en coordinación con la Alcaldía de Cúcuta y las alcaldías de los municipios que hacen parte del área metropolitana.
• Se requieren planes con indicadores verificables, que establezcan una progresividad en la acción y cobertura con recursos adecuados.
• Hay que darles prioridad a los planes para integrar al 100 % de niños y adolescentes que se deben incorporar al sistema educativo.
• Los programas de formación para el trabajo y el emprendimiento deben ser evaluados y ampliados en su cobertura, manteniendo la ligazón con temas de acceso al crédito y articulados a las cadenas productivas de mayor dinamismo en la ciudad y la región.
• Hay que darles prioridad a los programas de promoción juvenil e integración de la juventud a los nuevos contextos comunitarios y sociales a los que llegan.
• Es necesario promover transformaciones de los estereotipos y percepciones sociales xenofóbicas en instituciones educativas, de salud y justicia, para mejorar el entendimiento sobre los efectos negativos de la violencia a lo largo de la vida de las mujeres y niñas migrantes.
• Es pertinente fortalecer la colaboración intersectorial entre sector salud, educación, trabajo y asistencia social para ofrecer un acompañamiento integral con enfoques diferencial, migratorio y de género, identificando y reconociendo las nuevas dinámicas de violencia que emergen durante tiempos de covid-19 (estas y otras recomendaciones de género se encuentran en un apartado del Observatorio de Género que se integró en el informe).
Para conocer los detalles de este informe, ingresa a pares.com.co y consúltalo.