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Cerca de dos meses después del hallazgo de los cuerpos de Diana Lorena Vélez, de 45 años, y sus dos hijos, María Camila de 21 y Juan Carlos Hincapié de 17, en su vivienda del barrio La Isla en Medellín, la Policía judicial y el Instituto de Medicina Legal descartaron en la investigación que se habría tratado de un suicidio colectivo.
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“Se pudo corroborar que se trató del suicidio de la madre, pero que previamente lo que había ocurrido era un doble homicidio de ella con sus dos hijos”, confirmó el secretario de Seguridad y Convivencia de Medellín, Manuel Villa, quien también mencionó que la muerte de los jóvenes fueron consecuencia de un envenenamiento.
Los cuerpos de la familia no tenían signos de violencia y fueron encontrados por una vecina el 11 de septiembre. Inicialmente se especuló que las víctimas podrían haber atentado contra sus vidas de manera conjunta. Sin embargo, con el avance de la investigación y testimonios de personas cercanas, las autoridades comenzaron a descartar esta versión.
César Hincapié, padre de los jóvenes, insistió en que sus hijos no habrían tomado esa decisión. “Los conocí bien en cada una de sus facetas y sé que ellos deseaban cumplir las metas de su futuro más que cualquiera”, señaló el padre en su momento.
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Además, un testigo relató que cuando llegó a la vivienda, encontró un vaso de agua, que se cree podría haber sido utilizado para envenenar a la familia. Además de esto, las autoridades encontraron un recipiente con cianuro en el lugar. Según indicaron, la madre padecía problemas psiquiátricos y estaba lidiando con un duelo tras el final de su relación con el padre de sus hijos.
En el lugar también encontraron mensajes que sugerían un plan premeditado. Uno de estos mensajes, enviado por Juan Carlos, indicaba a una vecina que debía ir a la casa para avisar a su padre, lo que inicialmente consolidó la teoría del suicidio. Sin embargo, el padre de los jóvenes rechazó esa teoría y pidió prudencia hasta conocer los resultados de Medicina Legal.
En las cartas encontradas, Vélez solicitaba la donación de sus órganos y se disculpaba con la novia de su hijo, expresando su dolor y la imposibilidad de seguir adelante. “No podía dejarlos abandonados y sufriendo día a día con el suicidio de su madre”, escribió en una de las notas.