Controversia en torno al único oferente en licitación para el Metro de la 80
El problema de fondo no es que sea la única firma interesada en ejecutar la obra, sino un antecedente reciente de incumplimiento en un contrato con el Ministerio de Educación, lo cual no es suficiente para apartarla del proceso.
Luisa Fernanda Orozco
Desde la inauguración del metro de Medellín, en 1995, el metro de la 80 es el segundo proyecto más ambicioso en la historia de la ciudad. Su idea se presentó como una de las más atractivas en cuanto a infraestructura, tanto así que, en un principio, eran alrededor de 42 firmas las interesadas en participar en el concurso público para su licitación. Incluso, la gerencia de esta nueva obra, en cabeza de Sergio López, declaró en su momento haber recibido 1.800 preguntas por parte de los posibles oferentes. Sin embargo, recientemente se anunció que sólo Mota Engil SAS diligenció el papeleo oficialmente. La firma mencionada ha presentado incumplimientos en el pasado, lo que generó diversas reacciones. ¿Qué hay detrás de esto?
El contrato para la construcción del metro de la 80 tendrá una duración de 78 meses y un presupuesto de 1,3 billones de pesos y 105 millones de euros. Al respecto, el alcalde Daniel Quintero dijo que “lo vamos a sacar adelante. Si por alguna razón el contratista no cumple con los requisitos, abrimos la convocatoria otra vez, pero nos ponemos a correr el doble, porque a la ciudad hay que darle esta alegría. Ojalá cumplan con los requisitos, ojalá tengan todo en regla, todo en línea, y en febrero podamos estar iniciando obras como lo prometimos”.
Además, Quintero afirmó que se revisará “rigurosamente cada paso del proceso”, y que Metro de Medellín –entidad al frente de la licitación– “podrá garantizar que todo se efectúe de la forma adecuada”. Otros funcionarios, como el director del Departamento Administrativo de Planeación (DAP), Sergio López Muñoz, han asegurado que el metro de la 80 será una obra que trascienda administraciones y que precisamente allí radica la necesidad de la transparencia en cuanto a su ejecución.
“Aunque es absolutamente legal que sólo exista un oferente, lo normal es que en una construcción de esta naturaleza haya más pluralidad, porque eso hace que el proceso tenga más posibilidades y opciones que permitan una escogencia técnica y rigurosa del mejor”, dice Lucas Cañas, concejal de Medellín por el Partido Conservador.
Lea también: “La política de guerra contra el Clan del Golfo fracasó”: Max Yuri Gil.
A esta opinión del concejal conservador se unen, aunque con diferentes matices, las de otros expertos y concejales de la capital antioqueña, como el concejal Daniel Duque, por el Partido Verde, quien dijo que “es peligroso, porque ya tenemos un antecedente de que es un contratista que no cumple cabalmente con las obligaciones que se le presentan en las licitaciones, pero además genera muchísimas suspicacias porque hubo 1.800 preguntas interesadas en el proceso. Es decir, que el proyecto era atractivo para varias empresas. ¿Qué pasó? ¿Por qué las empresas que hicieron las preguntas decidieron no presentarse a la licitación?”.
Los antecedentes a los que Duque se refiere son los trabajos previos que Mota Engil SAS realizó con el Ministerio de Educación –específicamente con el Fondo de Financiamiento de Infraestructura Educativa (FFIE)– tras el incumplimiento en un contrato de construcción de colegios: la firma debía entregar 248 y sólo alcanzó a terminar 17.
Al respecto, un experto consultado por El Espectador, y que prefirió reservar su identidad, precisa que los contratos pueden ser adjudicados a una sola firma o a una sola persona siempre y cuando se cumpla con los requisitos y el pliego de condiciones.
Un agravante que podría reducir el puntaje en los factores de calificación de la oferta –o sea el puntaje para que a la firma se le adjudique el contrato– es, por ejemplo, en el caso de Mota Engil, el incumplimiento en sus previos contratos para la entrega de los colegios.
Ahora, si se llegara a comprobar que la firma ha tenido más de tres sanciones en un año, “eso sí le resultaría en una inhabilidad para recibir el contrato del metro de la 80″, dice el experto.
Si bien la Superintendencia de Industria y Comercio suspendió a Mota Engil mediante la Resolución No. 44709 del 24 de julio de 2014, junto a otros consorcios constructores, por la falta de acreditación técnica de una carga de acero que venía desde Turquía para la construcción de la Fase II del muelle de Buenaventura, dicha suspensión no sería suficiente para inhabilitarlo de quedarse con el contrato del metro de la 80, según el experto consultado por El Espectador. “Que tenga un solo incumplimiento no le restringe a la firma la posibilidad de recibir el presente contrato jurídicamente”.
Sin embargo, aunque no sea ilegal, el que sólo una firma se haya presentado a la convocatoria manda un mal mensaje. “Eso lo que puede poner en evidencia es que están exigiendo unas condiciones muy altas para que la gente pueda participar. Por eso hay que revisar el pliego de requisitos para las firmas participantes, sobre todo los apartados que dicen los requisitos habilitantes y los factores de ponderación“, dice el experto.
Le puede interesar: Las razones por las que Medellín se inunda.
A su voz se une la de John Jairo Posada Henao, docente de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional, quien dice que “esto llama la atención, porque deja ver que hay dudas por parte de los proponentes con respecto a temas que deben ser definidos, pues 1.800 preguntas son muchas y el que finalmente las empresas no se hayan presentado es porque aún tienen dudas o porque las respuestas brindadas por la entidad contratante no fueron satisfactorias”.
Por eso, aunque los concejales y expertos consultados por El Espectador coinciden en que el metro de la 80 es una obra importante para el desarrollo de Medellín, el hecho de que sólo una firma se haya presentado para su licitación podría quitarle legitimidad a la construcción, que la municipalidad ha afirmado es la segunda más importante en la historia de la capital antioqueña.
Desde la inauguración del metro de Medellín, en 1995, el metro de la 80 es el segundo proyecto más ambicioso en la historia de la ciudad. Su idea se presentó como una de las más atractivas en cuanto a infraestructura, tanto así que, en un principio, eran alrededor de 42 firmas las interesadas en participar en el concurso público para su licitación. Incluso, la gerencia de esta nueva obra, en cabeza de Sergio López, declaró en su momento haber recibido 1.800 preguntas por parte de los posibles oferentes. Sin embargo, recientemente se anunció que sólo Mota Engil SAS diligenció el papeleo oficialmente. La firma mencionada ha presentado incumplimientos en el pasado, lo que generó diversas reacciones. ¿Qué hay detrás de esto?
El contrato para la construcción del metro de la 80 tendrá una duración de 78 meses y un presupuesto de 1,3 billones de pesos y 105 millones de euros. Al respecto, el alcalde Daniel Quintero dijo que “lo vamos a sacar adelante. Si por alguna razón el contratista no cumple con los requisitos, abrimos la convocatoria otra vez, pero nos ponemos a correr el doble, porque a la ciudad hay que darle esta alegría. Ojalá cumplan con los requisitos, ojalá tengan todo en regla, todo en línea, y en febrero podamos estar iniciando obras como lo prometimos”.
Además, Quintero afirmó que se revisará “rigurosamente cada paso del proceso”, y que Metro de Medellín –entidad al frente de la licitación– “podrá garantizar que todo se efectúe de la forma adecuada”. Otros funcionarios, como el director del Departamento Administrativo de Planeación (DAP), Sergio López Muñoz, han asegurado que el metro de la 80 será una obra que trascienda administraciones y que precisamente allí radica la necesidad de la transparencia en cuanto a su ejecución.
“Aunque es absolutamente legal que sólo exista un oferente, lo normal es que en una construcción de esta naturaleza haya más pluralidad, porque eso hace que el proceso tenga más posibilidades y opciones que permitan una escogencia técnica y rigurosa del mejor”, dice Lucas Cañas, concejal de Medellín por el Partido Conservador.
Lea también: “La política de guerra contra el Clan del Golfo fracasó”: Max Yuri Gil.
A esta opinión del concejal conservador se unen, aunque con diferentes matices, las de otros expertos y concejales de la capital antioqueña, como el concejal Daniel Duque, por el Partido Verde, quien dijo que “es peligroso, porque ya tenemos un antecedente de que es un contratista que no cumple cabalmente con las obligaciones que se le presentan en las licitaciones, pero además genera muchísimas suspicacias porque hubo 1.800 preguntas interesadas en el proceso. Es decir, que el proyecto era atractivo para varias empresas. ¿Qué pasó? ¿Por qué las empresas que hicieron las preguntas decidieron no presentarse a la licitación?”.
Los antecedentes a los que Duque se refiere son los trabajos previos que Mota Engil SAS realizó con el Ministerio de Educación –específicamente con el Fondo de Financiamiento de Infraestructura Educativa (FFIE)– tras el incumplimiento en un contrato de construcción de colegios: la firma debía entregar 248 y sólo alcanzó a terminar 17.
Al respecto, un experto consultado por El Espectador, y que prefirió reservar su identidad, precisa que los contratos pueden ser adjudicados a una sola firma o a una sola persona siempre y cuando se cumpla con los requisitos y el pliego de condiciones.
Un agravante que podría reducir el puntaje en los factores de calificación de la oferta –o sea el puntaje para que a la firma se le adjudique el contrato– es, por ejemplo, en el caso de Mota Engil, el incumplimiento en sus previos contratos para la entrega de los colegios.
Ahora, si se llegara a comprobar que la firma ha tenido más de tres sanciones en un año, “eso sí le resultaría en una inhabilidad para recibir el contrato del metro de la 80″, dice el experto.
Si bien la Superintendencia de Industria y Comercio suspendió a Mota Engil mediante la Resolución No. 44709 del 24 de julio de 2014, junto a otros consorcios constructores, por la falta de acreditación técnica de una carga de acero que venía desde Turquía para la construcción de la Fase II del muelle de Buenaventura, dicha suspensión no sería suficiente para inhabilitarlo de quedarse con el contrato del metro de la 80, según el experto consultado por El Espectador. “Que tenga un solo incumplimiento no le restringe a la firma la posibilidad de recibir el presente contrato jurídicamente”.
Sin embargo, aunque no sea ilegal, el que sólo una firma se haya presentado a la convocatoria manda un mal mensaje. “Eso lo que puede poner en evidencia es que están exigiendo unas condiciones muy altas para que la gente pueda participar. Por eso hay que revisar el pliego de requisitos para las firmas participantes, sobre todo los apartados que dicen los requisitos habilitantes y los factores de ponderación“, dice el experto.
Le puede interesar: Las razones por las que Medellín se inunda.
A su voz se une la de John Jairo Posada Henao, docente de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional, quien dice que “esto llama la atención, porque deja ver que hay dudas por parte de los proponentes con respecto a temas que deben ser definidos, pues 1.800 preguntas son muchas y el que finalmente las empresas no se hayan presentado es porque aún tienen dudas o porque las respuestas brindadas por la entidad contratante no fueron satisfactorias”.
Por eso, aunque los concejales y expertos consultados por El Espectador coinciden en que el metro de la 80 es una obra importante para el desarrollo de Medellín, el hecho de que sólo una firma se haya presentado para su licitación podría quitarle legitimidad a la construcción, que la municipalidad ha afirmado es la segunda más importante en la historia de la capital antioqueña.