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La educación y la salud son dos de los derechos en que las personas trans están en desventaja. Según un estudio de la Universidad CES, en Medellín apenas el 60 % de esta población accede a la educación secundaria y el 3 % a la superior.
Por la misma línea, Óscar Bedoya, docente Investigador de la Universidad CES, dijo que hay un carente acceso a los servicios de salud por parte de personas trans, pues sólo el 20 % de las encuestadas señalaron tener la posibilidad de realizarse pruebas del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH).
“Realmente los (derechos) más afectados son un acceso libre a la salud y el acceso a la educación que lo encontramos bastante limitado, ya que la mayoría de mujeres trans solamente llegan hasta nivel educativo secundario”, puntualizó el investigador en entrevista con Blu Radio.
Adicional a eso, el estudio también reflejó que alrededor del 0 de mujeres trans son vulneradas laboralmente. Por ejemplo, la mayoría de ellas tienen un campo de acción muy reducido, en el que los trabajos más recurrentes son el trabajo sexual, las actividades de peluquería o el modelaje web cam. Sin embargo, el clamor de gran parte de la población trans gira en torno a la posibilidad de dedicarse a otras profesiones libremente, sin cargar con ningún tipo de estigma.
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¿Qué pasa con la educación de las personas trans en Medellín?
En la capital antioqueña se aprobó la matrícula cero en instituciones de educación superior públicas para personas de todos los estratos. Entre las medidas tomadas, la población trans y no binaria fue garantizada con al menos un 30 % de las matrículas.
La propuesta tiene como propósito impactar a esta población para garantizar una ampliación en su acceso al derecho fundamental de la educación, sobre todo la universitaria, pues pocas personas trans han logrado culminar sus estudios de pregrado y posgrado.
“Con la aprobación de la Matrícula Cero, en general, se pretende impactar alrededor de 500.000 estudiantes, entre 2022 y 2031, para lo que se necesitará una inversión de $2,9 billones, que administrará la Agencia de Educación Posecundaria de Medellín (Sapiencia)”, dijo Águeda Gallego, líder de la Mesa Diversa Divergénero de la Comuna 3 de Medellín, quien siguió de cerca el proyecto.
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Respecto a los retos que tienen las instituciones de educación superior para implementar esta medida, Juan Felipe Rivera, de Colombia Diversa, dice que “a nivel escolar, son muchos los casos todavía de estudiantes trans que se ven acosados y discriminados, principalmente por directivas y docentes. Esto tiene un impacto no solo en la permanencia (algunas personas se retiran), sino también en el mismo rendimiento académico”.
En el caso de Medellín, la información con respecto al acceso a la educación superior de la población trans es poca. Águeda cuenta que, antes de que se aprobara la matrícula cero en la ciudad, ella y otros colectivos tuvieron varias reuniones con Sapiencia, entidad que administrará los recursos para la Matrícula Cero, en los que se evidenció que el número de personas trans que tienen acceso a la educación superior es desconocido. “No tienen ni siquiera el registro de las personas LGB (lesbianas, gay y bisexuales) que hay en las universidades”.
La Matrícula Cero en Medellín para personas trans y no binarias tiene una particularidad, y es que no hay límite de edad ni condicionamiento de estrato. Tampoco importa si tienen títulos profesionales previos, pero sí será requisito que hayan habitado por lo menos seis meses en la ciudad, así no hayan nacido en ella. Asimismo, se pactó cubrir sus gastos en material académico, transporte, alimentación, lo que también se otorgó a otras poblaciones vulnerables.