Habló responsable de quema de pimientos que causó emergencia en Rionegro, Antioquia

La emergencia se registró en la noche del pasado 5 de junio en el barrio Santa Ana de Rionegro.

Foto: Alcaldía Rionegro

Una insólita emergencia se registró esta semana en Rionegro. Al menos 42 familias del barrio Santa Ana tuvieron que ser evacuados de sus viviendas, en la noche del pasado 5 de junio, luego que un extraño olor causó un efecto similar al de los gases lacrimógenos: dolor en las vías respiratorias, ojos llorosos y náuseas.

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De acuerdo con las autoridades, se trató de la quema de un pimiento llamado Carolina Reaper, que es mucho más potente que un jalapeño y es considerado como uno de los más picosos del mundo. “Como se le quemaron entonces todo el humo que generó estas frutas, pues obviamente se expandió por todo ese sector”, indicó el teniente Carlos Daza, comandante del cuerpo de bomberos de Rionegro, quien añadió que el presunto responsable de la emergencia no habría sentido ninguno de los síntomas.

Más allá de las reacciones primarias señaladas, no hubo personas lesionadas. A la par se conoció que la emergencia se habría dado porque en medio del proceso de secado de los pimientos, el responsable se quedó dormido, por lo que el olor se esparció por gran parte de la zona.

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Sobre ello habló José Ramiro Castrillón, el comerciante de ajíes y pimientos que estuvo detrás de la emergencia, quien explicó lo que pasó. “Hubo un cliente que me encargó (los pimientos) para molerlo, para hacer unas pizzas para una comida especial”, dijo el hombre al medio Mi Oriente, y añadió que: “llegué un poquito cansado, entonces cogí el horno microondas y empecé a torearlo para sacarle el 100 % de la humedad, porque para poderlo guardar y que no le dé hongo hay que sacarle el 100 % de la humedad”.

En medio del proceso, Castrillón tuvo un microsueño y se quedó dormido. “Hubo pánico y como no están acostumbrados y cuando hay impacto la comunidad siempre se molesta, por eso pido disculpas, porque las cosas no son premeditadas, ni lo hice con una mala intensión, simplemente fue un accidente”.

Castrillón añadió que lleva 40 años dedicándose a vender ají, tiene un puesto en la galería de Rionegro llamado “El punto del Ají” y señala que se ha preocupado por conocer el manejo de cada uno de los pimientos, así como por importar semillas de algunas especies.