Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Sufrir por un problema ajeno. Esa pareciera ser la realidad de los residentes de Interclub, edificio en el barrio El Poblado de Medellín, que además es vecino de Continental Towers, urbanización que será demolida por orden del municipio. Así lo anunció el alcalde Daniel Quintero el 26 de septiembre, luego de que una firma estudiara la infraestructura para contemplar si podía repotenciarse. Ante la negativa, se espera que los apartamentos sean derrumbados en un plazo que podría durar de 30 a 60 días hábiles.
Abundan las preguntas sobre cómo será el proceso, pero específicamente sobre cuál será el futuro de las 140 familias de la urbanización Interclub, que tuvo que ser evacuada de manera temporal hace dos semanas por el peligro que le representaba ser vecina de Continental.
Aún no se tienen muchas claridades respecto a la demolición. Por ejemplo, no se sabe qué firma la realizará pero sí se conoce que los recursos saldrán de la Secretaría de Hacienda de Medellín, tal como lo anunció el alcalde Daniel Quintero en una rueda de prensa. Sin embargo, el valor de la operación es una incógnita.
Lea también: La hora cero para el Continental Towers en Medellín.
Los líos se remontan a 2013, año en el cual Continental Towers tuvo que ser evacuada porque las condiciones del edificio no eran aptas. Su constructora, llamada CDO, fue la misma responsable de lo ocurrido en la urbanización Space de Medellín, cuya torre 6 se desplomó y cobró la vida de 12 personas.
Desde que los residentes de Continental abandonaron sus apartamentos, comenzaron a suceder hurtos dentro de la unidad, específicamente de materiales que eran fundamentales para el sostenimiento mismo de las torres.
Por estas razones, el alcalde Daniel Quintero indicó que se debe realizar de manera inmediata la implosión, bajo el principio de precaución, “pues ante tal incertidumbre hay que proteger la vida de los ciudadanos y de las familias”.
Aunque los residentes de Interlcub celebran la decisión de demoler las torres, también están preocupados por sus condiciones actuales dada la evacuación temporal. Ana*, por ejemplo, cuenta que su vida y la de su familia se redujo al equipaje que lograron sacar de su apartamento dado el poco tiempo que tuvieron para evacuar.
Le podría interesar: Quedarse en Colombia: reto de migrantes en Ipiales (Nariño).
“Nos dijeron que eran 48 horas, pero en realidad fueron 24 porque evacuamos durante un fin de semana”, cuenta Ana. Todas sus pertenencias personales, muebles, enseres, y demás, se encuentran todavía al interior de Interclub.
Ante la decisión de demoler Continental, y por motivos de seguridad de los habitantes, los residentes no pueden ingresar a sus hogares para sacar lo que dejaron allí. Esta, aunque es una decisión sensata y responsable por parte de las autoridades para evitar una nueva contingencia, ha supuesto un cambio radical en la vida de los habitantes de Interclub: su diario vivir se complejizó por una situación que, en principio, les es ajena, pues a diferencia de Continental y de Space, su urbanización no fue construida por CDO.
Ana cuenta que su vida ha cambiado durante las últimas dos semanas. Su hijo pequeño aún no se acostumbra a la nueva realidad, y ella y su pareja han cambiado en dos ocasiones de hotel al buscar un lugar que pueda parecerse más a un hogar.
El Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres (DAGRD) les ofreció a las familias de Interclub la posibilidad de acceder a unos auxilios de atención psicológica, 400 mil pesos para arriendo, y 700 mil para alojamiento de hotel. “Pero ese dinero realmente no alcanza para nada”, cuenta Daniel*, otro vecino. “Nos ofrecieron ir a un albergue en el centro de la ciudad para pasar el tiempo, pero los mismos funcionarios nos recomendaron no ir porque la situación de las personas que están allá es realmente complicada”, continuó Ana.
El DAGRD, por otro lado, le dijo a El Espectador que de los 18 grupos familiares que expresaron interés en alguna de las modalidades de auxilio habitacional, se tienen cinco grupos que fueron beneficiados (uno en hotel y cuatro en vivienda).
Cuatro grupos familiares ya fueron aprobados para el beneficio; otros siete no han culminado con el envío de información solicitada, y uno de los grupos familiares canceló la solicitud.
Adicional a eso, el DAGRD afirma que brindó ayuda psicosocial a 41 grupos familiares, y se continuó con el acompañamiento a siete de esas familias.
Ana* es una de las integrantes del grupo familiar que decidió cancelar la solicitud. ”Dijeron que nos iban a llamar para los 700 mil pesos, y después nos pidieron un montón de papeles: RUT, certificación bancaria, cámara de comercio, cédula del representante legal y demás. Un día después de pasarles esos documentos, el DAGRD nos llamó y nos preguntó por nuestro trabajo y nuestros ingresos. Nos dijeron que, después de darnos esa ayuda, ellos tenían miedo de que nosotros nos quedáramos en situación de calle. Sentí que nos estaban victimizando más. Nos dieron a entender que teníamos que ser personas con muchas carencias para poder recibir los bonos”, cuenta ella.
Aunque ese es el tipo de documentación que legalmente el DAGRD solicita a las personas que quieran acceder a sus auxilios, Ana dice que “sabemos que nuestro edificio está en un estrato 6, pero eso no significa que no merezcamos recibir ayuda por parte del municipio. Después de todo esta contingencia no fue nuestra culpa, y es nuestro derecho recibir ayuda”.
Le puede interesar: La pelea por el oro en las minas de Buriticá (Antioquia).
¿Qué sigue para las familias de Interclub?
Muchas familias, según Ana y Carlos, tuvieron que buscar alojamiento temporal en casas de conocidos, airbnb u hoteles. “Las condiciones de todos son diferentes. Algunos incluso lograron sacar la gran parte de sus cosas de sus apartamentos porque fueron más prevenidos. Nosotros no, porque queríamos confiar”, cuenta Ana.
No se sabe si la situación pueda durar 30 o 60 días más. “No se trata de irse para el hotel, el airbnb, o la casa de los familiares. Se trata de la incertidumbre de dónde vamos a estar porque no hay una fecha”, dice Ana.
El DAGRD le dijo a El Espectador que se continuarán monitoreando a las familias para verificar si es necesario brindarles nuevamente una ayuda económica. Por ahora, Ana y su familia, junto a las otras 139 de Interclub, están a la espera para determinar qué sucede con sus hogares. “Una persona cuando es desarraigada de su hogar, sea del estrato que sea, pasa por un proceso difícil, de readaptación. La vida de todos tuvo que continuar”, dice Ana.
*Nombres modificados por petición de las fuentes