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En lo que en un inicio fueron confusos hechos, cinco estaciones del metro en el norte de Medellín dejaron de operar el pasado jueves 16 de junio, afectando la movilidad de por lo menos 200.000 usuarios tanto de la capital antioqueña como de municipios del Valle del Aburrá.
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La razón fue la aparición de un socavón al costado de una de las vías del metro, que amenazaba con no solo desestabilizar el terreno, sino además llevarse la línea, por lo que con el cierre lo que se buscaba era evitar un descarrilamiento.
“Por la ola invernal, las precipitaciones de los últimos días han estado por fuera de lo normal. El daño se presentó en el piso de cobertura de la quebrada La Cantera, que está canalizada y es de concreto, pero que por las lluvias se agrietó y generó filtraciones que lavaron los materiales y dejó una gran grieta en la parte superior del terreno”, explicó a El Espectador Tomás Elejalde Escobar, gerente del Metro.
Para atender la emergencia, se inició el relleno de las grietas que han provocado las lluvias y la estabilización del terreno, con la inyección de mortero (revoque), un fluido para hacer un mejoramiento de suelo y un lleno de los vacíos existentes, así como el Área Metropolitana se comprometió a buscar soluciones definitivas para reconstruir los elementos deteriorados de los 65 metros de cobertura que tiene la quebrada sobre la que pasa la vía férrea del Metro.
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Mientras esto ocurría, se habilitó el tránsito en cuatro de las estaciones, pero no la movilidad entre las estaciones Caribe y Tricentenario, donde estaba el socavón, por lo que los usuarios en los últimos días tuvieron que optar por caminar entre estas dos estaciones o tomar uno de los buses que habilitó el sistema para transportarlos. Estas son sus experiencias.
Sara llegó a la estación Caribe y no había revisado su celular. “No sabía lo que estaba pasando con el transporte, hasta que llegué y todo estaba cerrado”. Por ello, al ver las aglomeraciones y tras revisar su cuenta de Twitter optó por buscar uno de los buses habilitados para llegar a la estación Tricentenario.
“Muchos de ellos ni siquiera paraban porque ya estaban llenos”, cuenta Sara. Por eso, tomó la decisión de caminar hasta la Universidad de Antioquia, donde estudia. Sin embargo, se tardó dos horas en llegar. “En el camino me encontré a mucha gente que también prefirió caminar a esperar los buses, todo estaba a reventar, no sentí que hubiera una respuesta oportuna. Además, ¿qué pasaba con los que no tenían Twitter? No tenían manera de saber”.
Una de las medidas que tomó la alcaldesa encargada Andree Uribe fue levantar el pico y placa en toda la ciudad, por lo que una de las personas beneficiadas de esta medida fue Patricia, quien maneja su moto para movilizarse desde su casa en el municipio Copacabana hasta su trabajo en la Universidad Nacional sede Medellín.
“El jueves 16 salí de mi casa como a las 5 de la mañana y cuando llegamos a la glorieta de Niquía vimos todo colapsado: la gente que no cabía en los buses, y los ríos de personas en las escaleras de las estaciones del metro. Llegué pasadas las 8 al trabajo, y por la tarde, ya cuando me tenía que ir, salí a las 5 y llegué casi a las 7 a mi casa”, narra Patricia.
En cuanto a los buses, señala que no dan abasto. “Cuando llegan a Caribe o Tricentenario, ya vienen llenos por las personas que los cogen desde antes”. Por lo que para muchos caminar es la única opción, lo que no solo representaba un esfuerzo, sino un tiempo extra para llegar al destino final. “Si quiero ir en metro, ya sé que por estos días, tengo que salir tres horas antes sin importar el lugar al que vaya a ir”, dice David.
Ánderson Quiroz, quien se movilizaba de Acevedo a Sabaneta, señala que su recorrido, mientras duró la contingencia, se extendió 45 minutos, pues según señaló a El Colombiano, aunque la caminata entre las dos estaciones desconectadas la puede hacer en 15 minutos, por la cantidad de gente se podría demorar el doble.
De acuerdo con el Metro, la emergencia afectó al 20% de los usuarios, pero este martes 21 de junio, el alcalde Daniel Quintero aseguró que podría tratarse de por lo menos el 40%. Y aunque se habilitaron buses y nuevas rutas desde los municipios para descongestionar el tráfico, el descontento persistió hasta este martes, ante la congestión en todas las estaciones afectadas por el cierre.
La buena noticia es que este miércoles se espera que se rehabilite por completo el paso en las estaciones afectadas, con lo que se superaría la emergencia, pero aun quedan por establecerse los trabajos sobre los más de 30 puntos críticos que se han encontrado sobre las líneas del Metro y que requieren una intervención inmediata por los riesgos que representa la temporada de lluvias que sigue en el país y el desgaste natural de las obras previas que se han hecho para mitigar las alertas.
“Si bien tuvimos aumentos en los tiempos de desplazamiento entre 30 y 45 minutos, ha sido posible mantener la operación entre las estaciones Tricentenario y Caribe a través de diferentes estrategias. Esto ayudó a mantener la conexión del norte del Valle de Aburra, que se vio muy congestionado. Logramos realizar unos llenos como paliativo debajo de la vía férrea, lo que nos permite restituir la conexión con algunas condiciones de velocidad y teniendo en cuenta que continuará la intervención”, dijo Elejalde.