Los internos de la cárcel Bellavista en Bello, Antioquia, levantaron la huelga de hambre que comenzaron el pasado lunes 9 de septiembre tras llegar a un acuerdo con las autoridades del lugar y la empresa encargada de la alimentación ante las quejas y solicitudes de los reclusos.
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Los internos, principalmente del patio 16 donde están los presos políticos, iniciaron la huelga de hambre en medio de las negociaciones que incluyeron a representantes de los reclusos, la Veeduría Penitenciaria Nacional, la Personería de Bello, la Secretaría de Salud de Bello, familiares de los internos y directivos de la empresa de alimentación Nueva Aurora.
Durante las discusiones, se mostró el mal estado de los alimentos que recibe. “Hubo un momento en que se llevó a la persona encargada del contrato de alimentación por parte de la Aurora a que intentara comerse una carne de estas; no fue capaz, totalmente de acuerdo que van a mejorar el tema de la carne, que van a mejorar el tema de las sopas, que le van a poner un poquito más de amor”, mencionó a Infobae Jorge Carmona, defensor de derechos humanos.
El compromiso de la empresa Nueva Aurora es mejorar los menús y cambiar el proveedor de carne. Se reconoció que el presupuesto actual, de $12.000 por persona, no es suficiente para cubrir las tres comidas diarias de los presos, por lo que también se acordó ajustar a los presupuestos para la alimentación.
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Frente a las denuncias hechas por las condiciones de los alimentos, la Secretaría de Salud de Bello indicó que en la cocina de la cárcel Bellavista encontró 1.300 kilos de carne en mal estado. Tras inspeccionar las instalaciones y solicitar la documentación sanitaria de los productos, se constató que la carne, almacenada en canastas en una bodega, no cumplía con los requisitos necesarios y no podía ser utilizada para alimentar a más de 3.000 internos.
Al respecto, el secretario de Salud de Bello, Julián Felipe Pineda, informó que la carne fue decomisada de inmediato y entregada a Bello Aseo para su desnaturalización, antes de ser enviados al relleno sanitario La Pradera.
Sumado a esto, los reclusos han denunciado problemas en la atención médica y hacinamiento.
Tras lograr el acuerdo, los internos aceptaron suspender la huelga, aunque advirtieron que, si los compromisos no se cumplen, podrían reanudarla. Fuera del penal, las familias de los presos también hicieron un plantón exigiendo investigaciones contra las directivas de la cárcel por las amenazas contra los reclusos que denunciaron las condiciones precarias en las que se encuentran.